Capítulo VII

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|Major Arcana|
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— ¿Habéis dormido en casa de Magnus?

Isabelle dejó de rastrear sobre la pantalla en cuanto vio al mayor de los Lightwood y a su parabatai entrar en la sala. Sabía que habían estado en casa de Magnus toda la noche y una pequeña sonrisa se le dibujó ante la posibilidad de que entre ellos hubiera algo.

— No demasiado, ayudamos a curarle las heridas a Luke. — Alec ni siquiera miró a su hermana.

— ¿De verdad?

— Y preparó cócteles, pero poco más.

— Vale, cuando quieras contarme lo que quieras contarme... Me buscas.

— Yo te lo cuento todo. — el azabache se defendió y las parabatai compartieron miradas.

— Me cuentas todo menos tu vida personal y no es justo porque yo te cuento la mía sin dejarme ningún detalle. Por ejemplo, he roto con Meliorn.

— ¿En serio, estás pasando página?

— Era demasiado... y necesito a alguien que sea más shadowhunter.

— Izzy, sé que intentas asumir parte de las responsabilidades y te lo agradezco. Pero así no vas a cambiar lo que eres.

— ¿De verdad, y tú sí?

— Yo sé quién soy. — Alec subió por las escaleras seguido de las chicas — Soy a quien papá desheredará cuando se entere de que Jace y Clary siguen por ahí haciendo a saber qué.

— ¿No creerás que Jace y Clary...

La castaña dejó la pregunta en el aire y el chico frunció las cejas.

— No creo, no en un momento tan importante.

El azabache siguió por el pasillo dejándolas solas. Isabelle agarró a su amiga del brazo y la arrastró hasta quedar lo suficientemente lejos de los demás shadowhunters. Thalia no sabía lo que le pasaba exactamente, pero se imaginaba por dónde iba a salir la cosa.

— ¿Mi hermano y tú...

— ¿¡Qué?! — no se esperaba que fuera tan directa — No, Izzy, nosotros...

— ¡Shh! Sólo preguntaba, no sé, Alec parece bastante cómodo alrededor tuya últimamente. Da igual, pero sigo manteniendo lo que te dije.

Thalia rodó los ojos y se fue a su habitación. Cuando salió de darse una ducha las marcas en su abdomen llamaron su atención, no recordaba haberse golpeado entrenando o chocado con algo.

Se pasó las manos por el pelo se apoyó frente al espejo. "Tienes los ojos de tu madre y la actitud de tu padre", le había dicho Maryse. Los echaba de menos, echaba de menos cantar a pleno pulmón con Charlotte durante sus viajes en coche, echaba de menos quedarse en casa simplemente para ver una película con su familia o incluso salir a ver la batallas de bandas con su grupo... Echaba de menos su vida antes de llegar al Instituto y lo que más tristeza le producía era no poder recuperar algunas cosas.

Al salir del baño se encontró con un arcón de madera repleto de ropa. "Ahora que me toca adaptarme a mi familia no creo que esto me ayude, pero estoy segura de que a ti te quedará genial.". En el interior del cofre estaban todas las piezas de ropa que alguna vez había querido del armario de Isabelle.

— ¿Qué te está pasando, Iz? — murmuró tomando un vestido ceñido negro y unas botas de ante marrón por encima de la rodilla.

Unos golpes en la puerta llamaron su atención. Al otro lado, Alec apareció de brazos cruzados.

— Veo que Izzy te ha dado su ropa. Espero que sea cómoda, Jace y Clary necesitan refuerzos.

***

— Tenemos la copa, pero la hemos perdido dentro de la comisaría.

— Esto es un desastre. — Isabelle se cruzó de brazos.

— Desastre es la viruela demoníaca, esto sólo es un pequeño contratiempo.

— ¿Y si usamos un glamour? — sugirió la pelirroja.

— Cualquiera que trabajara para Valentine nos vería. ¿Pedimos a Magnus que invoque un portal?

— No/Sería incómodo. — los hermanos Lightwood hablaron a la vez.

Thalia vio como Clary se alejaba a responder su teléfono. Jace se lo quitó y colgó a quien estuviera al otro lado de la línea para llevársela al interior de la comisaría, los demás los siguieron.
En la recepción, una mujer se encargaba de vigilar que nadie accediera a los despachos de los oficiales.

— Bien, supongo que te encargarás tú.

— No, he decidido crecer. Además, no creo que sea su tipo. — Alec maldijo por lo bajo — Tranquilo, te vendrá bien. Para cuando quieras invitar a salir a alguien y eso.

— ¿Thalia, qué haces? — la castaña lo despeinaba mientras Izzy le desabrochaba un par de botones. — Este no es mi elemento.

— Venga, si estamos cansados de esto.

— Tú sí, yo no sé hacer esto.

La chica Blackwood alzó una ceja y lo empujó hacia la oficial.

— ¿En serio, Iz?

— ¿Qué? — las dos miraban al chico acercarse — No he dicho a quién. Además, va a ser divertido.

Alec intentó coquetear con la policía sin éxito pero al ver que no funcionaba, tiró una botella de agua sobre sus documentos e Izzy pasó por detrás. Al otro lado del mostrador, Thalia lo esperaba para guiarlo por las escaleras mientras la otra chica desactivaba la luz en todo el edificio.

— Se te da fatal esto.

— Ya os lo dije.

Los oficiales evacuaron la comisaría. Fuera, Isabelle jugaba con sus pulseras hasta que el resto del grupo llegó.

— ¿Tenéis la Copa?

— Más o menos.

La pelirroja le explicaba a Alec por qué no podía sacar el objeto de la carta, no era una ciencia exacta, no sabía cómo. El collar de Izzy comenzó a parpadear, frente a ellos patrullas de la policía los rodeaban impidiéndoles el paso. Jace tiró del brazo de las chicas por una calle contigua.

El rubio golpeó la puerta que conducía a la zona subterránea y se introdujeron por ellas. Alec paró y sacó su arco, colocando una flecha y apuntando hacia el exterior.

— Estoy ganando tiempo, marcharos. Como la pillen con la Copa podéis darla por muerta.

— Ni de coña te quedas solo. — Thalia sacó también su arco y se colocó a su lado — No es una opción.

Isabelle asintió y se llevo al resto.

***

— ¡Desde este momento asumo toda responsabilidad!

Jace había vuelto al Instituto junto a Isabelle. Clary entró acompañada de Alec y corrió hasta el rubio. La menor de los Lightwood preguntó a su hermano por su parabatai, pero aún no había vuelto.
El chico se tensó y salió de la sala de control a buscarla. Pensaba que había alcanzado al resto del equipo tras quedarse con él defendiendo, si ocurría algo no podría perdonarse. Tras recorrer el Instituto de arriba a abajo volvió al punto de origen. Nada.

En el centro de la sala, Clary agarró las mejillas de Jace y unió sus labios. Isabelle sonrió ante la escena, pero cambió su semblante al ver salir a su hermano bastante preocupado por el pasillo contrario. Nunca lo había notado así por nadie, ni siquiera por Jace.
Sabía que la tenía en un altar por todo lo que había hecho para intentar ayudarlo con el Instituto, aunque él no quisiera reconocerlo se había convertido en alguien fundamental en esas reglas que necesitaba seguir.

Thalia Blackwood era el caos que le daba sentido a su orden.

𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 || Alec Lightwood ➰Where stories live. Discover now