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Sienna trataba y trataba, pero no podía encontrar una cura para el corazón. El método de practica de la escuela de medicina a la que ella asistía era que cada uno recibía síntomas y debían descubrir la enfermedad. Tenían permitido usar los libros en solo dos ocaciones de diez. Sienna lo venía logrando bien hasta la ocho y había usado una vez los libros, pero aunque había decidido usarlos por su segunda vez, no encontraba nada. De repente sintió como la puerta se abría, alguien había entrado. Al principio pensó que era Amy, pero cuando una voz masculina la saludó, supo que en realidad era Laurie y su corazón volvió a latir como su hubiera corrido una carrera.

"No quiero verte" le dijo la chica con todavía su nariz dentro del libro, aún buscando la cura. "No estés enojada conmigo Si, vengo a disculparme por como me porté ayer en el baile" Sienna sabia que si lo miraba lo perdonaría, así que aunque ya estaba lo suficientemente desconcentrada para no seguir buscando, mantuvo la mirada en el libro "¿Has estado tomando?". La chica se paró, otro libro en la biblioteca y lo mantuvo en sus brazos para que pareciera que seguía buscando, pero solo era una fachada, en realidad, en lo único que pensaba su cabeza era en Laurie Laurence "¿Porque eres tan dura conmigo? Son las cuatro de la tarde".

A la pregunta, Sienna no pudo evitar no responderle con enojo "No tienes el derecho de decir eso Thodore Laurence, no después de lo que hiciste. Si hay alguien que fue cruel fuiste tú, al decirme que me amabas para después dejarme como muñeca de trapo al día siguiente". Laurie se acercó a Sienna un poco bajo su mirada escrutinante "Sienna yo.......necesito que me dejes explicarte". La rubia lo miró con una ceja alzada "Laurie, lo que hiciste me dolió profundamente, y no necesito más explicacion, solo aléjate de mi y estaremos bien". El no pudo evitar sentir una presión dolorosa en el pecho al saber que, porai, ya era demasiado tarde para remediar su error.

Sienna, después de respirar hondo un par de veces, volvió a su trabajo, aunque Laurie no parecía tener en mente irse. El trabajo lo tenía que entregar a fin de semana y necesitaba completarlo "¿Que buscas ahora pequeña doctora?". ¿Que estaba intentando de hacer?¿No le había dicho ya que quería que se alejara de ella? Sienna decidió ignorarlo, aunque fuera una tarea más difícil de lo que parecía.

Despues de un tiempo buscando sin éxito, la rubia cerró ruidosamente los grandes tomos de medicina y los agarro para empezar a guardarlos en sus respectivos lugares "Soy un fracaso, odio esto, Jo está en Nueva York siendo una escritora y yo acá, siendo una completa fracasada", dijo en voz alta. Laurie, que no había acatado los deseos de la mujer a quien el amaba, la veía frustrarse desde una silla "¿Porque dices eso?".

Aunque la chica no le había preguntado a el, más a si misma, decidió contestarle "Bueno, Paris me hizo dar cuenta de que nunca seré una buena doctora así que voy a darme por vencida con la medicina". Laurie no podía creer lo que estaba escuchando."¿Porqué harías eso? Tienes mucha pasión, mucho talento". La mente de Sienna sabia la respuesta a eso "El talento y la pasión no te da la inteligencia, y no importa cuánto esfuerzo ponga, eso no va a ser posible. Quiero ser excelente o nada, no voy a ser una doctora mediocre" dijo Sienna terminando de guardar los libros. "No dejan que muchas mujeres sean excelentes igualmente" Sienna se sentó en una silla al frente de Laurie "¿Las Bronte? No muchas más que yo recuerde".

"Exacto" de repente, como si fuera por arte de magia, la respuesta vino a la cabeza de Sienna "¡Ahí está!¡Fiebre puerperal!¡Claro! Como no se me había ocurrido antes, soy una tonta" la chica corrió y anotó en un papel su diagnóstico. Laurie disfruto ver a Sienna así de contenta otra vez y cuando recordó la última vez que el había presenciado ese sentimiento en la chica, su corazón se le llenó de remordimientos "¿Y en que parte de tu vida es donde entra Harry Woods?". Toda la felicidad que Sienna tenía se le fue en un instante "ya he tenido suficiente con el escándalo que hiciste ayer a la noche, no tienes el derecho a meterte más en mi vida Laurie".

"No están comprometidos me imagino" Sienna nego con la cabeza. ¿Porque le estaba contestando las preguntas? Debía echarlo y seguir con su vida, pero ella sabía que no era tan fácil como simplemente decirlo. "Pero, lo estarán si el se arrodilla y te lo pide de la manera correcta" Estar hablando de esto con la persona de la que estás enamorada era algo que la pequeña Sienna había prometido que nunca le pasaría, sin embargo, años más tarde, estaba en una situación identica. Maldijo las vueltas odiosas de la vida "Si, el es rico, más rico que tú incluso y la tía March siempre me dijo que no esperaba menos de mi, así que no tendría que avergonzarme de nada".

"Bueno, claro, siempre y cuando lo ames" Sienna sintió como su corazón empezaba a ir a mil por hora, pero se dijo a sí misma que debía mantenerse calmada. "Yo creo que tenemos poder para decidir de la persona que nos enamoramos, no es algo que simplemente le pasa a una persona" la chica cometió el error de mirar a Laurie a los ojos, y estos la hicieron no poder moverse "Creo que los poetas estarían en desacuerdo contigo".

De repente, rabia fluyó otra vez por las venas de la chica "Bueno, no soy una poeta, soy una mujer y como mujer no tengo forma alguna de lograr o ganar mi propio dinero, no lo suficiente como para ganarme la vida o abastecer a mi familia. Si tuviera mi propia plata, cosa que no tengo, esa plata pasaría a ser de mi esposo en el mismo insante en que estemos propiamente casados. Y si tuviéramos hijos serían de el, no míos, serían de su propiedad, así que no tienes el derecho a sentarte ahí y decirme que el matrimonio no es un arreglo económico, porque lo es. Quizá no en tu caso, pero si en el mío" un carruaje paró en la puerta de la escuela y Sienna supo que ese era Harry, a quien si estaba esperando, al contrario de a Laurie. Un lado de ella se desilusionó, queriendo estar un poco más con Laurie, pero otro, el más racional, pensó que era lo correcto.

"Ese debe ser Harry, ¿Puedes desabotonarme el delantal?" Era protocolo para trabajar en la escuela que todos usaran un delantal blanco para el higiene, aunque no estuvieran haciendo trabajos prácticos. Laurie se acercó a ella y empezó desabotonar el delantal lentamente, disfrutando la cercanía de la chica que en algún momento podría haber sido suya, pero ahora era casi de otro. A Sienna la cercanía le estaba poniendo incomoda, o más bien, la estaba haciendo perder el control, así que en el mismo insante en que Laurie terminó, ella casi que se arrancó el delantal y camino a paso rápido hacia el perchero al lado de la puerta.

Colgó el delantal y sacó su abrigo de piel, cortesía de la tía March, de otro de los brazos del perchero. Cuando termino de ponérselo busco la aprobación del único hombre en la sala, que también estaba agarrando su abrigo para salir "¿Como luzco?¿Estoy bien?". Laurie tenía la teoría de que, aún con barro sobre su cara y pelo o despierta en la mañana y sin peinarse, sienna seguiría luciendo como la mujer más espléndida frente a sus ojos, así que no le fue difícil contestar la pregunta "Te ves hermosa, eres hermosa".

Y fue en ese mismo instante en que sus miradas se cruzaron y el tiempo paró para ellos. Lo único que Laurie quería era correr hacia ella y abrazarla, besarla, sostenerla en sus brazos como aquella tarde en donde por unas horas lo tuvo todo, antes de que sus propias inseguridades lo destruyeran por completo. Quería que ella no se fuera con ese Harry, que lo perdonara y lo eligiera a él. Y Sienna estaba pensando en algo parecido, ya que lo único que ella quería era correr hacia Laurie y quedarse entre sus brazos para siempre. Que el tiempo se parara y no tuvieran que volver cada uno a su realidad.

Pero lamentablemente el tiempo no espera a nadie, y su conexión terminó, haciéndolos volver a la realidad. Laurie vió desde la puerta como la chica que amaba corría hacia los brazos de otro. A recibirlo con un beso en la mejilla y un abrazo, para después, pasar toda la tarde con el, regalándole su sonrisa, su belleza, su tiempo y su atención.
¿Que podía hacer?
Fue una de las pocas veces en las que Laurie Laurence se sintio con las manos y los pies atados.

Sienna March 《Little Women》Where stories live. Discover now