9-P#TO INTERROGATORIO

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Oh cierto, por si olvide mencionarlo Neall trabajaba en una oficina, por lo que siempre andaba bien trajeado, con corbata, pisa cortabas y cuando estaba de buen humor hasta pañuelo, él siempre estaba presentable y solía atraer muchas miradas, de no ser por lo cohibido y a veces poco sociable que solía ser tendría muchas chicas tras de él, ah pero no, el señor además de esto es un obsesivo con el trabajo, menos conmigo, se queja de su poca vida sexual pero pareciera que la defiende a capa y espada.

–Tienes que estar bromeando– Mencioné.

–¿Tengo cara de estar bromeando?

–Oh claro, no te preocupes por mi trabajo, al fin y al cabo, si me tomo descansos de todo un día para ir a comer y me presento después como si nada, la gente no se dará cuenta, es un excelente plan ¿Cómo no se me había ocurrido antes?– Contesté en el tono más sarcástico que estaba disponible en ese momento en mi repertorio.

–Si te doy pena sólo dilo– Esa sonrisa retadora no se quitaba y yo no perdería mi orgullo.

Me levanté, pagué y nos dirigimos a la pastelería, sigo sin saber cómo es que Neall me convenció sólo con esa mirada malditamente retadora, pero cuando menos me di cuenta ya habíamos llegado a la puerta de la ¨Pastelería C. Flores¨. Diana estaba atendiendo a un cliente y me saludó con mucha alegría cuando ingresamos mi amigo y yo, le presenté a Neall, se quedaron mirándose el uno al otro embobados por un par de segundos hasta que Neall le besó la mano para presentarse y ella se sonrojó, (creo que había perdido a mi amigo).

–¿Sabes de pura casualidad donde está Cristina?– Le interrogué a Diana mientras ella aún le sonreía a Neall.

Antes de que la chica pudiera contestar escuché la voz de Cristina detrás de mí gritando: ¨ ¡MI AMOR!¨

Volteé y la recibí en mis brazos con un beso y un abrazo.

-¿A que debo el milagro de tenerte aquí señor organizador de festivales de Primavera?– Me dijo mientras me acomodaba la camisa, y ay chico, yo sé que me pierdo muy seguido con esto, pero es que se veía tan linda con su uniforme, me daban ganas de comérmela a besos ahí enfrente de todos, pero me resistí, y mejor le contesté.

–Vine a presentarte a mi mejor amigo, amante y arruina planes favorito, él es Neall Sánchez, del que tanto te hablo– Neall y Cristina se estrecharon las manos.

–He escuchado mucho de ti, ya hasta me dan celos, parece que eres alguien difícil contra quien competir– Le comentó Cristina a Neall con una sonrisa.

–Lo mismo digo– Contestó mi amigo y luego soltó una pequeña risa– No le hagas caso, siempre me ha buscado, pero siempre lo he rechazado.

Ambos soltaron una pequeña risa amigable y algo contagiosa.

–¿Si eres el que besó a un hombre creyendo que era mujer sólo porque tenía el cabello largo?– Cuando Cristina le preguntó esto yo me tapé los ojos como buscando algún tipo de refugio en mis hermosos dedos.

–Veo que, sí te ha contado mucho, si me permites– Se aclaró la garganta– Eso se supone que era privado Ale, sobre todo porque había mucho alcohol de por medio– Me quitó las manos de la cara y me echó una mirada de mata guapos (y como yo estaba bien papacito temí por mi vida)– ¿Crees que tapándote los ojos te salvarás de esto?

–Pues es que si yo no te veo tú no puedes echarme la mirada, por ende es como si yo no hubiera dicho eso, es como romper la llave del agua y ponerle un globo, la fuga ya no estará ahí y podrás hacer guerras de globos de agua por mucho tiempo.

Cristina se rió y Neall me dio una palmada en la frente, yo solté una pequeña risa también, pero miré mi reloj y ya tenía que irme.

–Chicos los dejo, debo volver a la escuela, tengo que continuar con el maldito festival ya que sólo me quedan 5 días, y ni se imaginan lo que me hará Martita si vuelvo a llegar tarde de la comida.

Memorias de un corazón torturadoNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ