Hubo un corto silencio en que los presentes esperaron a ver si Rosier reaccionaba por sí misma. Sin embargo no hubo tal cosa y la joven sin mirar a nadie, estuvo a punto de dar el primer paso para marcharse sino fuera porque su amiga April se le lanzó encima para abrazarla efusivamente.

—¡Olivia, no sabes cuánto estuve preocupada por ti! ¡Pensé que te había perdido! —chilló por lo bajo Abrahams.

—No sabes cuánto me alegra que ya estés bien, Olivia —murmuró Draco cuando se acercó a brindarle un muy corto abrazo—. Y te aseguro que ésto no se quedará así.

Olivia les sonrió para restarle importancia. Por el momento prefería guardar las apariencias para que nadie sospeche de ella por lo que estaba por venir para aquel repulsivo Weasley.

—No hay que exagerar, no estoy herida ni nada.

Charlotte y Rosie que habían llegado hace poco para ver lo que sucedía con Olivia y su extraña actitud, también se acercaron, un tanto dudosas a comparación de los demás.

—Olivia... ¿En serio estás bien?

—No, ya dije que me duele la cabeza.

Sus compañeras compartieron una rápida mirada de incertidumbre. Era evidente que ya sabían lo del filtro de amor pero nadie parecía tomar la responsabilidad de exponerlo a oídos de su compañera.

—No se refiere a eso, Olivia —repuso Rosie, negando.

Como deber de la mejor amiga, April sería quien le diera la lamentable noticia, no obstante, al mismo tiempo se negaba a lastimar a Olivia con la dolorosa y vergonzosa realidad.

—Olivia... —inició sin mucha convicción, aunque fue interrumpida inmediatamente por el profesor Snape sin alguna clase de rodeos ni filtro.

—Al parecer, señorita Rosier, dicho alumno de Gryffindor tuvo el atrevimiento de hechizarla con un poderoso filtro de amor.

Su cerebro se detuvo por unos largos segundos. Fue como si hubiese recibido la noticia de que reprobó algún examen. A continuación y todavía desconcertada, negó rápidamente con una diminuta sonrisa torcida.

—¿Qué? No, no, conozco bien ese hechizo de ilusión. Estoy... estoy segura de que hurtaron el libro de la sección prohibida y así lo aprendieron.

—Olivia...

—April —la interrumpió, soltando una pequeña risa sin gracia—. Que los Weasley son unos vulgares pero, ¿qué no los Gryffindor se jactan de ser los seres más honrados del universo? No... no harían algo tan ruin... ¿cierto? La Amortentia es una poción peligrosa y sólo alguien tan-

—Me temo que es cierto, Olivia —intervino Draco, dedicando una fugaz mirada al profesor Snape—. Y ten por seguro que obtendrán su merecido.

Charlotte y Rosie asintieron, farfullando:

—Oh, eso dalo por hecho.

Aun así, en ese momento a Olivia poco le importaba saber lo que sus compañeras estaban dispuestas a hacer para vengarse de los Weasley. No, en ese momento Olivia sólo podía pensar en que habían pisoteado su orgullo, la habían humillado de la peor manera y muy probablemente había perdido gran respeto de sus otros compañeros de casa.

El color abandonó su cuerpo, las náuseas aumentaron y tuvo que reprimir una arcada respirando tan hondo como sus pulmones le permitieron para mantener la compostura por unos cuantos minutos más.

Era totalmente indignante y si, probablemente estaba por llorar de la rabia apenas tuviera la oportunidad de estar sola.

Al percatarse de ello, inmediatamente April dio inicio a un bullicio donde todo aquel que quisiera despotricar contra los Weasley era muy bien recibido.

NOVEMBER RAIN [Fred Weasley]Where stories live. Discover now