Pues si soy suficiente (Guate x ?)

Sueño húmedo

- S-Siria... Más... Fuerte - Su carita estaba sudada por los fuertes espasmos, su cuerpo sobrepasaba la temperatura normal pero el pequeño aún deseaba más y se reflejaba en sus dos orbes repletos de lujuria.

- Como desees mí querida primavera - Siria estaba más que perdido en el placer, parecía que partiría al otro por la fuerza con la que aremataba.

Tardaron un rato así, mientras las embestidas eran certeras y profundas, después de un rato ambos terminaron corriendose.

- Te adoro - Declaró el europeo en el cuello ajeno empezando a morder ahí, iba a seguir pero de repente sintió un horrible tintineo y buscando al causante espabiló.

Despertó de una, sudado y con un problema en medio de las piernas, maldijo al aire y con aires de enfado se dirigió al baño, tiró la ropa en el camino y al llegar rápidamente encendió la regadera empezando a empapar todo su cuerpo con un toque de hielo, al estar el agua tan fría, pero pareció no inmutarlo pues se quedó recibiendo todo el chorro.

El agua recorría cada parte, se miraba y no podía olvidar el espantoso sueño, joder, él trataba desesperadamente de olvidar al chapín para no meterlo en problemas pero su mente jugaba con él.

Empezaba a odiar aquellos sueños que parecían no acabar, pues deseaba que fueran reales pero se sentía incorrecto.

Después de algunas horas ya se encontraba vestido y desayunado, debía ver a Rusia así que fue directamente para haya. Al llegar oyó desde la puerta voces así que se quedó inmóvil al reconocerlas.

- Rusia, creí que habíamos dado punto y final a esta discusión -

- No, esto no acaba aún, te conozco, se que seguirás detrás de él, por favor reflexiona y piensa en seguir adelante - Era un enorme deyavu el estar ahí escuchando una discusión sobre él.

- Por amor de Dios, de verdad te detesto, aún sin ser nada sigues controlandome -

- No te estoy controlando, como amigo me preocupo por ti, es solo eso -

- No comparto esa idea de que un amigo me de órdenes - Guate empezó a salir, casi palidece al verme ahí parado a punto de tocar la puerta, sus ojos instintivamente trataron de ocultarse de mí, yo tomé su mano por puro impulso, la atenta y abierta mirada de Rusia me incomodaba, no se que fue lo que me pasó, ni lo que pensé al acercar al pequeño para luego llevarmelo en brazos de ahí. Lo lleve al primer lugar solitario que encontré, y corroborando no hubiera nadie lo baje mientras su mirada y rostro se avergonzaban, cohibido se tomó a si mismo como queriendo autoprotejerse lo que me causo algo de desconcierto.

- ¿Oíste acaso lo que dijo Rusia? - Su voz tan vibrante como siempre me hizo sentir escalofríos.

- Lo he oído, y no estoy molesto por ello, por lo que estoy molesto es por ti, intenté alejarme para ya no amarte, pero ahora estás en mí mente todo el día, es horriblemente trágico amarte tanto - Su mirada se poso en mí extrañada por tal confesión, seguramente no se lo esperaba - Todos me lo han dicho mí querido Guatemala, amarte sería causarte un daño, pero viéndote frente a mí comprendo que él que me causa un daño eres tú, y lo más absurdo es que adoro lastimarme con recuerdos tuyos sabiendo que no es correcto, sé que debes elegir a alguien para ti, pero no quiero, quiero que solamente yo te vea como ahora te veo, con ojos abiertos de sorpresas y esos labios cargados de amor con sabor a cerveza - Su rostro se embellecía al sonrojarse delatando el efecto que mis palabras causaron en él, aquel efecto que solo yo quería causar - Mí hermoso quetzal, deja de lado todo pensamiento moral, tiralos todos al vacío, y se mío, se mí pareja, ya no esperes más, solo dime cuánto me amas, y yo te diré lo cuánto que te deseo - Para ese entonces yo ya tenía sus mejillas entre mis manos con una enorme sonrisa de oreja a oreja.

- Siria, bésame, y hazme sentir tuyo, quiero tenerte para mí solo y por primera vez ser egoísta sin importarme nada, quiero estar contigo aún cuando el mundo desee caerse - Nuestros ojos se conectaron en un chispazo, revelando un desmedido amor, no espere nada para probar aquellos labios que tienen mí nombre grabado, por qué si, Guatemala desde hoy es mío.