Parte Única

126 12 2
                                    

DISCLAMER: no soy japonesa así que no tengo ni la más remota idea de como son las bodas japonesas, así que la única información que tengo son blogs y videos de Internet, gracias por su comprensión.



Me estaban acabando de maquillar y arreglar para la boda.

Si, has leído bien, BODA. La verdad es que me parece que fué ayer que conocí a mi prometido. Que quien es mi prometido os preguntareis, pues muchos lo conocen por su nombre de héroe, Suneater, pero para mi simpre será Amajiki Tamaki.

Ahora también os preguntareis como conocí a un héroe tan famoso, la respuesta es fácil, lo conocí en UA, él ya iba a tercer grado, mientras yo acababa de entrar en la problemática clase de primero A.

Bueno, ese fué el momento que Tamaki empezó a notar mi presencia. Yo lo había notado mucho antes, fuimos al mismo instituto y lo veía con su mejor amigo Toagata Mirio. No os penséis que fue amor a primera vista, la verdad es que simpre me había parecido alguien adorable, pero no le digáis que he dicho eso, porque os saldrá con la frase de " Como voy a derrotar a los villanos siendo adorable, necesito ser amenazante para ellos" Y luego todo pasa a tener un ambiente triste.


Bueno, volviendo al tema, que me voy por las ramas. Como llegamos a ser pareja Tamaki y yo.


Todo fue de forma gradual, primero lo conocí en los pasillos de la UA, ambos llevábamos la misma marca de libretas y en un choque, sin querer evitarlo, intercambiamos libretas y bueno le escribí un mensaje en esa libreta y a partir de allí empezó nuestra amistad, utilizando una libreta, que íbamos intercambiando mientras nos mandabamos mensajes, hasta que le di mi número de teléfono.

Para mi sorpresa esa misma tarde, mientras hacia mis deberes me entró una llamada de un número desconocido, simpre me acordaré de esa llamada.

-¿Si?

-¿ Kazashi Hiraku? Soy Amajiki Tamaki de tercer grado.

-Guau, ¿enserio eres Amajiki? ¿No me estas tomando el pelo?

-Por supuesto que no Kazashi, soy yo, la verdad es que me ha costado mucho hacer esta llamada pero mis amigos me han animado mucho a hacerla, espero que no te moleste... Si te molesto puedes colgar ahora mismo y no te volveré a llamar nunca más y te dejaré tranquila...

-No te preocupes, no me molestas, es más me agrada mucho que me hayas llamado, y puedes llamarme por mi nombre, creo que nos conocemos lo suficiente para eso.

-Oh, em, esto, vale, tu también puedes llamarme por mi nombre, así será más cómodo para los dos.

-Hay, estoy muy emocionada de que me hayas llamado, pensaba que siempre nos estaríamos enviando mensajes, estoy muy contenta.

-Bueno, me cuesta mucho hablar con la gente y hablar por teléfono es mucho más fácil para mi, también quería conocerte un poco más.

-Awww, eres súper adorable, has hecho que me sonroje.

-Ah, em, lo siento, no era mi intención, ahora todo será muy incómodo entre nosotros, y todo por un comentario, es por mi culpa, siempre lo arruino todo.

-Hey, calma, no es nada, no has arruinado nada es solo un comentario. Dejemos este tema de lado y hablemos de otra cosa, ¿Como han ido las clases hoy?

Y seguimos hablando por aproximadamente dos horas más. Esa fue la primera de las tantas llamadas que realizamos, había veces en que podíamos estar hablando por media hora, otras veces pasamos horas y horas hablando, también había días que no hablabamos por culpa de nuestras residencias, hasta que me enteré por mi superior, Edgeshot, que Tamaki, Midoriya, Kirishima y más compañeros de la UA estaban internados en el hospital.

De inmediato pedí permiso para ir a visitar a mis compañeros y salí corriendo hacia el hospital. Recuerdo la desesperación fluir por mi cuerpo, la tensión era horrible y fué en ese momento que empecé a darme cuenta que, tal vez, Tamaki me importara mucho más de lo que creía. Recuerdo correr por los pasillos del hospital hasta llegar a su habitación. Abrí la puerta sin hacer mucho ruido, y allí estaba él, rodeado de vendajes, me miró a los ojos y sin querer empecé llorar.

-Hiraku, ¿Que te pasa, estas bien? ¿Necesitas que llame a una infermera?- me preguntó descolocado.

-No, no, estoy bien, solo estoy feliz de verte, no sabes lo preocupada que estaba por ti, cuando Edgeshot me ha dicho que estabas aquí me he asustado mucho- dije secando mis lágrimas.

-Ya ha pasado todo, ahora no me apetece hablar del tema- desvío la mirada hacia la ventana.

-Todo va a mejorar, ya lo verás

Y esa fué la primera vez que hablamos fuera del ámbito escolar. Recuerdo esa época como algo muy duro para Tamaki y los demás. Pero no todo eran caras tristes, por ese tiempo, tuve mi primera "cita" con Tamaki.

Había quedado con los tres grandes para ir a tomar un café en una cafetería que habían abierto nueva, cuando de lejos veo a Tamaki como se acerca.

-Hey Tamaki- saludé muy contenta.

-Ho—Hola, Hiraku, Mirio y Nejire no podrán venir, si—si quieres podemos dejarlo pa—para otro día - me explicó con cierta timidez.

-Oh, no te preocupes, esta bien, vamos tu y yo y para la próxima ya iremos los cuatro- Respondí.

Tiempo después, Mirio y Nejire me confesaron que no fueron a propósito.

A partir de aquella cita me sentí un poco más libre para mostrar señales de cariño a Tamaki, como que nuestras manos se rozasen cuando andábamos, que nuestros abrazos fueran un poco más largos o algún que otro beso en la mejilla.

Y para cuando llegó la graduación de los tres grandes Tamaki y yo éramos inseparables. Ya era algo común vernos juntos por los pasillos riendo y los rumores sobre nuestro posible noviazgo se habían extendido como la pólvora.

Pero en ese momento aún no éramos más que amigos, fué un tiempo después, cuando yo iba a tercer grado que todo se aceleró.

Yo había continuado mi residencia con Edgeshot, pero en una redada contra unos criminales salí muy mal parada, rozando con la yema de los dedos la muerte. Cuando me desperté estaba por supuesto en el hospital, la luz entraba por la ventana, así que supuse que era por la mañana. Mis ojos viajaron por toda la habitación hasta toparse con una cabellera de color azul marino y unas orejas puntiagudas que reconocí al instante. Masajee la cabellera con gentileza, hasta que su propietario movió la cabeza y se levantó poco a poco y por fin pude contemplar el rostro de Tamaki, al cual le habían aparecido unas pronunciadas ojeras y se veía muy cansado.

Nuestros ojos no tardaron en encontrarse.

-Buenos días Tamaki- saludé intentando sonar natural.

Él tardó unos segundos en reaccionar y se tiró a mis brazos a abrazarme, mientras las lágrimas abordaban sus ojos.

-Pensaba que te perdía Hiraku- repetía una y otra vez.

Poco después llegaron las infermeras que llamaron rápidamente a la doctora para que me revisara, allí me explicaron que llevaba dos meses en coma. Pero como no estaba mal, no tardaron mucho en darme el alta. Ese día Tamaki me vino a buscar y me invitó a comer para celebrar mi salida del hospital y ya desde un principio noté que algo pasaba ya que estaba más nervioso que de costumbre.

-Hey Tamaki, ¿te pasa algo? - pregunte mientras comíamos.

-N—no, osea si, pero no, quiero decir no es nada malo, a ver como lo explicó... - dijo mirando a su alrededor y bajando la mirada.

-Hey, si no quieres explicarmelo ahora, no pasa nada, luego iremos a un lugar más tranquilo- intenté tranquilizarlo.

Él agarró mi mano y depósito un suave beso en el dorso.

-Eres un sol Hiraku-

Y entrelazó nuestros dedos mientras comíamos. Después de comer y con un frío invernal, fuimos a pasear por un parque en el cual no había ni un alma, me senté en el columpio, quedando Tamaki enfrente mío.

-Hiraku- empezó- no sabes lo mal que lo he pasado estos dos meses...

-Me puedo hacer una idea Tamaki, Mirio no me ha parado de decir que no querías apartarte de mi lado, que te tenían que venir a buscar para que fueras a dormir a tu casa, la verdad es que lo siento mucho, pero tenía que salvar a esa gente- le interrumpí sin levantar la vista.

-Se que esta es tu aspiración como heroína profesional, pero no puedo evitar sentir terror cuando se que estas allí fuera, quiero que estés a mi lado para poder protegerte, no quiero volver a sentirme importante, no quiero sentir que la persona que quiero esta en peligro y no puedo ayudarla.

Y se hizo un silencio. Tanto Tamaki como yo sabíamos que los sentimientos de ambos, había habido más de un beso entre nosotros, pero nunca, ninguno de los dos había dicho lo que sentíamos el uno por el otro, hasta ahora.

-Di algo por favor- suplicó con esa timidez que tanto lo caracterizaba.

-Quiero entender bien lo que me estas pidiendo- respondí aún un poco afectada por sus palabras.

-Quiero que cuando salgas de la UA te vengas conmigo, quiero que cuando me despierte por las mañanas te encuentre a mi lado, quiero pasar tiempo contigo, los dos juntos- soltó rojo como un tomate.

Me levanté de golpe y envolví su cuerpo con mis brazos.

-Me encantaría hacer eso. - murmuré cerca de si oído notando como sus orejas se ponían rojas.

-¿E—Entonces quedamos con que cuando salgas de UA vendrás a vivir conmigo? - susurró escondiendo su rostro en mi cuello.

-Pero antes de que pase eso podríamos, no se, yo ir a tu casa o tu pasarte por mi habitación, para ya sabes comprobar que la convivencia es buena y ese tipo de cosas.

En ese momento os puedo jurar que vi como a Tamaki le salía humo de las orejas de lo rojo que estaba.

-Po—podría ser una buena idea.

Y así fue como durante un año Tamaki y yo nos fuimos viendo, a veces me iba a su casa a escondidas y otras veces él se colaba en mi habitación, hasta que los profesores y el director se cansaron y le dieron un pase especial a Tamaki para que me viniese a ver. Hasta que salí de la UA, salí del nido, dejé la protección de los profesores y me enfrente definitivamente al mundo de los villanos.

Luego vino la pérdida de matrimonio, bueno si es que eso se puede entender como una pérdida de matrimonio.

Estábamos en el sofá de casa, era nuestro día libre y habíamos decidido que nos lo tomáramos con mucha calma, ninguno tenía ganas de salir de casa, así que allí me encontraba con una mano en mi teléfono y la otra en el pelo de Tamaki, estaba cotilleando las redes sociales, cuando me salió un anuncio de vestidos de boda y empecé a mirar diferentes vestidos, hasta que una idea cruzó por mi mente.

-Hey Tamaki, llevamos años juntos, ¿ y si nos casamos? - Solté como quien no quiere la cosa.

-¿¡Como!? - exclamó el chico mientras se levantaba de su sitio.

-Pues eso, casarnos, de una formal sencilla boda occidental con cuatro amigos y ya, algo sencillo.

Tamaki me miro ya más tranquilo, se sentó a mi lado y se volvió a estirar apoyando la cabeza en mi falda.

-Entonces ¿tengo que comprar los anillos?

-No hace falta, podemos ir a comprarlos juntos así decidimos cual es mejor.

Nos pasamos todo lo que quedaba de día discutiendo sobre que haríamos en la boda, a quien invitariamos y bueno otras cosas banales.

Unas semanas después, mientras estábamos de servicio nos llamaron por una pelea entre bandas al lado de nuestra agencia. Con nuestros trajes salimos a enfrentar a esos yakuzas. No fue algo que nos diera mucho problema, pero allí estaban Mirio, Nejire, Kirishima y Midoriya, los miré extrañada.

-¿Que hacéis aquí chicos? No es algo tan problemático, Tamaki y yo nos hemos salido perfectamente.

Se sonrieron entre ellos y señalaron detrás de mi. Con curiosidad miré detrás y allí estaba Tamaki, tapando su sonrojado rostro con la capucha de su uniforme de héroe mientras que con su otra mano me ofrecía una cajita de terciopelo.

-No puede ser... - me llevé las manos a la boca. -Tamaki... Sabias que no hacia falta que hicieras esto...

Con una sonrisa que no se me podía quitar avancé hasta estar a su altura, me agaché y con delicadeza aparté la mano que sujetaba la capucha de su uniforme y descubrí su rostro, agarré mi mundo entre mis manos y lo besé.

Y así fué como todo el mundo se enteró que nos casabamos y eso provocó que nuestra boda pasará a ser tema principal en los medios por semanas. Hasta que llegamos al día de hoy, habíamos tenido una boda al estilo occidental para la prensa y un poco más pública y habíamos decidido hacer una boda al estilo japonés solo con la familia y amigos cercanos.

-¿Nerviosa? - me preguntó Nejire.

-Un poco, no es como si me casara cada día- comenté.

-Ya está listo- comentó la maquilladora.

Asentí con la cabeza y me levanté. Anduve fuera de la habitación y una vez en la entrada del hotel me encontré con todos los invitados, busqué con la mirada a Tamaki, estaba con Mirio y Kirishima, nuestras moradas se encontraron y una sonrisa tonta apareció en mis labios.

-¿Estas preparada? - Shinya, el conocido héroe Edgeshot.

Él iba a ser el que me acompañara en la entrada. Normalmente la novia entra del brazo de su madre y sale del brazo de su suegra, pero mi madre murió poco después de que yo naciera y mi padre desapareció cuando yo tenía 10 años, Shinya me acogió y me trató como una hija, por eso le pedí que fuera él quien me acompañara.

Los invitados empezaron a entrar a la sala, poco a poco nos quedamos Tamaki y su padre y Shinya y yo.

-¿Vamos? - pregunté en general.

-Tengo ganas de acabar esto ya- se quejó Tamaki por lo bajo.

Solté una pequeña risa y entramos a la Sala donde se haría el ritual. Y fué una cosa rápida, en unos 30 minutos completamos el ritual, primero la purificación, luego leímos las los votos y intercambiamos los anillos, por último hicimos la ofrendas a los dioses y el San san Kudo*.

Una vez terminado todo esto, dimos paso al banquete, donde estuvimos con nuestras familias y amigos más cercanos. La verdad es que lo disfruté mucho, nos divertimos mucho y pudimos pasar un día tranquilo, con amigos y familiares, sin villanos que nos acecharan ni nada por el estilo.


NOTA: Hiraku significa que brilla con luz propia.

*para más información y precisión con la boda pasaros por este blog:

 http://www.elpantanorestaurante.com/blog/boda-japonesa/

Wedding Dress- Tamaki AmajikiWhere stories live. Discover now