─Si llegan a tener hijos espero que sean hombres para poder jugar con ellos.

─Adrien, para cuando eso suceda tú ya serás adolescente ─le aclaró.

─Rouse, por favor cállate. No pedí tu opinión.

Loren se rió.

─Ya niños, coman en silencio y no demoren mucho que sus profesores ya vienen ─ordenó la madre.

La señora Bayly hace cuatro meses contrató a profesores particulares para sus dos hijas. La diferencia de edad era por un año. Así que ambas llevaban los mismos cursos. Rouse este año postularía para la universidad, a Loren le faltaba un año. Luego de terminar de desayunar y agradecerle a todos. Rouse fue a lavarse los dientes. En el camino se encontró con Joey, el mayordomo.

─Buenos días Joey ─sonrió ella. Tan amable como siempre.

─Buenos días mi querida Rouse ─le dio un pequeña reverencia─. ¿Ya te dijeron?

─¿Decirme qué? ─frunció el ceño y mostró interés ante las palabras de Joey.

─Bueno... Veo que aún no les han dicho nada... ─se mostró nervioso.

─Ay, ya. Sólo dilo ─rió.

Joey miró hacia ambas direcciones del pasillo y en susurro le dijo:

─ Harán una reunión para el regreso de Regina ─ese no era un problema. A decir verdad, siempre hacen reuniones cada que pasa algo─. Y están pensando en invitar a la familia Kim...

La familia Kim;

Mejor conocida como "Las Bestias Extintas" un apodo hecho por la tía Lord, claro. A pesar de no agradarse la una a la otra, ellas seguían muy unidas como buenas hipócritas que son. Desde el incidente que tuvieron los Kim con los Bayly ─cabe recalcar que ya ha pasado un año─. Se dijeron sus indiferencias y desde entonces no volvieron a verse. La hipocresía de ambas familias había decidido terminar.

─ ¿De verdad? ─rió.

─ Sí ─afirmó─. Tu tía Lord cada día está más loca... Espero que eso no te haga sentir tensa. Si quieres ese día puedo llevarte de compras para que no estés aquí.

─ No lo creo, mamá querrá que toda la familia esté presente... Ya sabes... Es Regina... ─hizo una mueca dejando sus labios en una línea.

─ Ay, mi niña. No te pongas así ─se acercó y acarició su hombro─. Te lo recompensaré. Le diré a las cocineras que te preparen un postre ─sonrió y siguió su camino.

Después de un año volver a recordar todo lo que vivió con aquel hombre. A decir verdad, no lo ha olvidado, y nunca lo olvidará, pero debe de intentarlo. Cómo explicarle a su corazón que no se acelere cuando lo vuelva a ver. Cómo reordenar todo el caos que originó con su sonrisa. Cómo no mirar esos ojos que algún día la miraron también. No era fácil olvidar... Y mucho menos olvidarlo a él. Y eso Rouse lo sabía a la perfección.

***

El profesor que tenían las hijas de los señores Bayly no era para nada apuesto. En realidad era todo lo opuesto a eso. En las telenovelas suele pasar que cuando contratan a un profesor particular, la estudiante se enamora por su gran belleza. Pero ellas estaban en la realidad, en esta triste realidad.

─ Muy bien, eso es todo por hoy ─dijo guardando sus cosas─. Necesito hablar con su madre. Por favor pueden llamarla...

─ Yo la llamaré ─replicó Loren parándose de su asiento.

Estas clases ya habían empezado hace cuatro meses. Loren se ponía al día en lo que quedaba de su último año y Rouse se preparaba para el examen de la universidad.

Loren entró acompañada de su madre y junto a su profesor salieron de la biblioteca, acompañándolo a la salida. Se sentó en su mismo sitio donde estuvo hace unos minutos y empezó a ordenar sus notas y cuadernos.

─¿Sabes quiénes vendrán a la fiesta? ─Rouse rompió el silencio mientras la miraba detalladamente. Pues su hermana era bonita, al igual que ella y todos sus hermanos.

─Ya sabes cómo son... Ellos invitan a la gente importante, no importa si ha habido problemas antes. En esta sociedad no funciona la amistad ─le sorprendía la madurez que tenía su hermana y la gran observadora puede llegar a ser. A sus 17 años ya era toda una señorita, a comparación de ella cuando tenía 16, aunque ahora tiene 18 y sigue comportándose como de 13─. Escuché que invitarán a los Kim...

Nadie olvidaría el pasado. Siempre te persigue y deja de hacerlo cuando decides romperlo y avanzar sin él, pero esto era diferente. El escándalo que armaron ambas familias era la mayor atracción turística del parque. Todos hablaban de ello, y lo seguirán haciendo.

─ Escuché lo mismo... ─jugaba con un lápiz.

─ Rouse tú... ¿Aún sientes algo por él? ─esa pregunta estremeció su alma. ¿Por qué preguntarlo ahora? ¿Y por qué no preguntarlo nunca? ¿Aún dolía? Sí, aún dolía─. Es decir... Ya ha pasado un año y sé que lo quisiste mucho... Desde entonces nada ha sido igual. Y siendo sincera yo ya no quiero que te metas en más problemas. Tampoco quiero que cuando veas a Regina actúes como si nada hubiera pasado porque sé que tú no eres así ─la miró a los ojos pero ella los desvío de inmediato─. Rouse... Sabes que te quiero, y también quiero a Regina. Por eso quiero que hagan las paces y al menos intenten dejar de pelear.

─¿Por qué ya no sales con los Park? ¿No eran tus amigos? ─cambió de tema pero no por mucho tiempo.

─ Sabes, antes no creía en ese dicho de que los hijos son iguales a los padres, porque ya sabes. Tú y yo no somos como ellos. Pero el día que fui a su casa escuché que su madre hablaba mal de nosotros. De todos nosotros. En verdad pensé que era mi amiga. Hasta le presté mi vestido, que por cierto no se lo pediré porque de lo contrario tendría que lavarlo con lejía.

Rouse rió.

─ Hablaba mal de mi mamá, de Regina, de los Kim y de ti... Creo que los amigos no hacen eso... ¿Verdad?

─ No, no hacen eso ─aseguró.

─ ¿Quieres salir a tomar algo? Estoy cansada y no sé...

─ Quiero una bebida helada.

***

─ Hace tiempo que no veníamos por aquí. Mamá siempre quiere que estemos en la casa.

─ Sí, pero solo vinimos para comprar los batidos, luego vayamos a casa antes de que mamá se entere. Joey nos está esperando en el auto.

Ambas hermanas habían ido a un centro comercial. Hace un buen tiempo que no salían, pues su madre siempre fue muy estricta con sus horarios. Loren estaba tan distraída conversando con Rouse. No se dio cuenta de quién caminaba a su dirección contraria. Pues ese chico también andaba distraído. Fue así como todo el batido pasó de estar en el envase a su ropa.

─ Perdóname, lo lamento... ─dijo sumamente preocupado y recogiendo su celular. Alzó la mirada y la vio después de tanto tiempo. Después de todo seguían siendo amigos─. Rouse...

─ Jimin...

Después de un AdiósWhere stories live. Discover now