- I -

1.1K 68 9
                                    

No sé dónde bien dónde está mi cabeza ahora mismo. Apenas se a donde voy en este momento y tengo tantas cosas cruzándose por mi mente, ¿Que haré? ¿Como me presentaré? ¿Les caeré bien? ¿Me llevaré bien con mi primo?

Me parece estupido el hecho de que estoy dando vueltas sobre mi mientras que todas esas preguntas jamas serán respondidas hasta que llegué.

No estamos lejos, con mis padres nos estamos mudamos a Seúl por estas cortas vacaciones de 3 meses, solo 3 meses.

Solo hay un problema. He dicho "estamos", pues, debido a estos cambios de aire en mi familia con respecto a mis tíos lejanos, nos han invitado a pasar las dichosas vacaciones en su casa.

— ___, ¿Trajiste ropa interior verdad? —pregunto mi madre observándome tan metida en mis asuntos.

— Si, he traído... —susurre en un tono bastante bajo. Podría decir que hablar en voz baja ya es algo bastante normal en mi cuando estoy distraída o pensando en algo.

A veces cuando estoy alterada gritó sin saberlo y cuando estoy nerviosa gruño, ¿Es raro? Jamás escuché a una chica estando nerviosa gruñir, supongo que es algo "mío".

— Bien, oh, solo una ultima cosa, recuerda entregarle a tu primo su regalo por navidad ¿Si? —asenti sin mirarla ya que tenía la vista pegada al vidrio— Mirame cuando te hablo ___.

— Si, se lo daré mamá —la mire con algo de enojo. Se que esta mal verla así, pero a veces puede serme estresante tener que obedecerle.

Siendo la única mujer de la familia se han dedicado a hacerme ser la mujer "perfecta".

Ser el orgullo del apellido Kim.

He vivido desde temprana edad bajo una lista donde tienen planeado todo lo que debo hacer y estudiar.

Realmente, una lista que me gustaría romper pero que jamás hice.

— ___, —hice una leve mueca escuchando— el otro día, te vi con un chico sabes...

Ahí viene el sermón.

No puedo tener amigos y simplemente estar con ellos, lo tengo casi prohibido.

— Solo quiero repetirte que —abri mis labios para decir lo mismo que ella— no es bueno salir con alguien que no se apellida Kim.

— Lo se, porque soy la única mujer de sangre en esta familia... —me se el diálogo de esta pelicula de una forma tan completa.

Mi padre es mucho más flojo ya que es "tranquilo" con el tema de mi apellido, podría decir que le da igual que yo pudiera estar con un chico que se apellida, por decir un apellido común, Choi.

Es algo sin relevancia para él ya que lo único que quiere es mi felicidad, pero mi madre necesita que sea un Kim para heredar el apellido.

De todas formas, con el pasar de los minutos en que estuve metida en mi cabeza, llegamos a la casa de mis tíos.

Grande como todas las demás de mis otros tíos, y por suerte, de un color mucho más "chillon", comúnmente estoy acostumbrada a ir a casa de mis parientes, quienes tienen colores mucho más relajados como el crema o un blanco básico, pero esta casa era color salmón con algo se rosado, una pequeña mezcla entre esos colores.

— ___, baja tus maletas —dijo mi padre al otro lado de mi ventana.

Sonreí al verlo a él también sonreír, mostrándome sus bonitos hoyuelos.

Baje del auto y me dirigí al maletero, observando como este era abierto dándome la vista de mis únicas dos maletas con ropa y zapatillas, o alguna que otra cosa necesaria dentro de ellas.

Sujete las manijas de ambas y saque una antes que la otra para así llevarlas con cuidado a la puerta, donde esperaba mi madre con sus maletas.

— Mira tu cara... —dijo con molestia, limpiando mi mentón— cuando comes usa servilletas, no quiero volver a verte la cara sucia.

Rode mis ojos y los deje sobre mi padre quien se acercaba alegremente a nostras con su equipaje.

Al llegar el a nuestro lado, toco la puerta y con nosotras espero a que nos atendieran.

Jadee cuando la puerta se abrió, dejándome ver a un chico de cabello negro y labios gruesos, acompañado de unos bonitos ojos y una preciosa piel pálida.

— ¡Tíos! —grito alegremente, rompiendo ese pequeño cristal de ilusión que tuve, donde rogue internamente que no fuese mi primo.

Se acercó a ellos y los abrazó con cariño, recibiendo el mismo de mis padres.

Al separarse se quedó unos instantes mirandome, causando que me sintiera avergonzada y apenada, logrando así que mis mejillas se tiñeran de color rojo si es que podían.

— P-prima... —dijo con una sonrisa nerviosa, abrazandome por unos cortos instantes.

Instantes donde me di cuenta de lo fuertes que eran sus brazos, y del delicioso aroma a fresa que desprendía, logrando que pudiera hasta dormirme en el mismo.

Sonrei sin mostrar mis dientes. Estoy segura de que este verano, tal vez, no lo pase tan bien como creí.

Secret -K.SJ-Where stories live. Discover now