Cap 31

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Una sonrisa se instaló en sus labios, el sentimiento de satisfacción llegó a él al llegar a su hogar después de una semana de viaje con Naruto. Miró a su lado aquel muñeco que Naruto había metido a su maleta ya que no cabía en la suya, era un muñeco muy viejo, suspiro estirándose.

No es que no lo haya disfrutado el viaje pero una semana con Naruto era simplemente una gran aventura, su novio era muy peculiar si podía mencionar. Con una sonrisa grande y una calidez enorme, a sus ojos Naruto brillaba como el sol, sus ojos le daban la sensación de ver el cielo, para Sasuke, Naruto era...

Perfecto.

Tal vez exagere pero aveces se llevaba a preguntar ¿qué podía ofrecerle él a Naruto? Conocía a Naruto mejor que nadie, por eso sabía que no podía ofrecer nada que fuese material porque Naruto, aunque lo apreciaría, no le importaría mucho el objeto si no el hecho de ser él quien se lo de, él muñeco a su lado era un ejemplo.

Pero...
¿Qué podía él ofrecerle además de eso?

Naruto se empeñaba día con día en ser mejor por él, por tener un buen trabajo con el sueño inquebrantable de poder darle una buena con la excusa de "Es porque lo mereces" pero si él hacía eso entonces ¿qué debía ofrecerle él? Esa era la pregunta que siempre se hacía.

— Querer a alguien es muy complicado ¿no es así? — Sasuke sonríe con ironía mirando a su hermano sentarse en la cama a su lado.

— No empieces... — se queja tapando su cara con su brazo.

— Eso debería decírtelo yo ¿no crees? — Sasuke le muestra un ligero y casi imperceptible puchero.

Sasuke siempre lucia como un bebé a los ojos de su hermano.

— No tienes que preocuparte por cosas como esa — Sasuke suelta un suspiro sintiendo la mano de su hermano acariciar su cabello.

— Es un asco no saber que hacer...

— La gente nunca sabe qué hacer cuando es algo que realmente le importa — Itachi le sonríe a su hermano con calidez — La vida es impredecible pero cuando nada es seguro todo es posible.

— No me gustan las cosas impredecibles.

— El amor no es algo que personas como tú y como yo podamos entender.

— ¿Cómo tú y como yo?

— Sociopatas — eso saca una risa de parte de Sasuke — No te rías es serio.

— No lo hago.

— Si lo haces — se queja tomando la nariz de Sasuke jalándola un poco — Tonto hermano menor.

— Hermano mayor... — le murmuró sintiendo como su hermano lo abraza con cuidado — A veces llegó a olvidar lo molesto que sueles ser.

— Y yo lo tonto eres hermanito... — ambos comparten la misma sonrisa — Deja de preocuparte por eso, estoy seguro de que Naruto es más que feliz con sólo tenerte a su lado.

— Eso es porque él no tiene grandes expectativas sobre mi.

— Porque te ama — Itachi sonríe al ver a Sasuke desviar la mirada — Te dire algo ese cabeza hueca diría "A veces las cosas más pequeñas ocupan más espacio en tu corazón"

— Es un tonto... — Itachi ríe para después mostrarle nuevamente esa sonrisa que le transmite paz y seguridad, sabía la tradición a sus palabras.

— Por cierto, vine a buscar a Solodo, no lo he visto por ningún lado.

— Aquí no está.

— Eso ve... — un gran estruendo lo silencia.

— ¡Sasuke atrapé a la ardilla bastarda! ¡Ayúdame a acaba-! — se detiene congelado.

Itachi mira a Naruto, quien tenía atrapado a Solodo con sus dos manos elevándolo para mostrárselo a Sasuke, Naruto rápidamente pone a Solodo tras su espalda.

— Oh Itachi ¿Qué te trae por aquí dattebayo?

— No lo sé ¿qué haces aquí Naruto? — pronunció con su enojo evidente.

— Nada realmente, sólo venía a hablar con Sasuke — miente.

— ¿Ah si? ¿Y de paso decidiste secuestrar a Solo?

— Claro que no — le mira indignado — Para ser un pez payaso no tienes gracia ttebayo.

— Estas muerto Uzumaki — murmuró mirándolo con claras ganas de matarlo, Naruto toma la iniciativa corriendo por el pasillo.

— ¡Este día será recordado como el día en que casi atrapan al capitán Jack Sparrow! — grito sin parar de correr.

— Dios... — murmuró Sasuke con una sonrisa.

Algo en él supo entonces que, no importaba si llegaban a separarse, al final del camino sus vidas se iban a entrelazar una y otra vez. Pues él que ellos se conocieran no era para nada un error.

Los errores no existen de pues de todo ¿no?

Fin.






Nota de la autora:
Invito a los lectores de esta historia a leer la nueva historia Narusasu que cree, espero sea de su agrado.

¡Se igual a mí ttebayo! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora