Capítulo 18: Escapada litoral

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La chica hizo una pausa dramática y lo miro a los ojos.

-Aclara tus sentimientos pronto, no quiero seguir esperando por algo que quizás no pase.

Y Sucrette se fue, un poco aguantando lágrimas, pero sabiendo que sea lo que sea, quería que su mejor amigo fuese feliz.

~•~

En otro lado de la ciudad, Nathaniel amaneció en una casa que no era la suya.

- ¿Eh? -miró a todos lados y se encontró con que tenía puesta la camiseta de Castiel- ¡Mierda!

Se levantó y agarró unas pantuflas que encontró. Seguía pensando en cómo a Castiel no se le ocurrió despertarlo y cómo no había escuchado las llamadas de su padre que por cierto, lo llamó... ¿dieciocho veces?

-Mmmm... Me suena a castigo.

-¿Hablas solo?

Nath saltó del susto, el pelirrojo había aparecido en el umbral de la puerta.

-El desayuno está listo.

El rubio, confundido, lo siguió a la mesa del comedor. Ni si quiera recordaba haber entrado a la casa. Sólo sabía que había sido una noche movida, y que la cama de Castiel sabía más secretos que cualquiera.

-Castiel, ¿por qué no me despertaste antes?

- Ay, perdona por dejarte dormir, levantarme sin hacer ruido y prepararte pan tostado con huevo.

-Perdón... Gracias, debo admitir que me sorprendiste.-rió-El tema es que mi padre me llamó casi 20 veces. Me va a matar.

-No exageres, rubia.

-Miento, me FUSILARÁ.

Castiel no entendía el porqué Nathaniel estaba tan enojado. Pensaba que su gran esfuerzo por hacerlo sonreír había sido suficiente para que amaneciera bien.

-Muy bien, ahora sí estás exagerando.- lo miró a los ojos y luego, miró hacia arriba- Al menos dime que te gustó.

-No he comido nada aún.

-No hablaba del desayuno.

Nath se puso rojo, no sabía si gritarle, golpearlo con la silla o matarlo. Al final, sólo se tapó la cara con el brazo mientras que el otro, lo miraba con una sonrisa burlona.

- Te propongo algo. Te acompaño a tu casa, buscamos tu ropa y nos vamos a la playa con nuestros amigos. ¿Te parece?- se dio una pausa para esperar a que el de ojos miel se calmara - Al menos así, estaré de testigo de tu muerte.

El delegado no pudo hacer nada más que reír y aceptarlo. Le dijo:

-Está bien, pero no me hago responsable si te termina matando a ti también.

Unas dos o tres calles más allá, un albino estaba bañado, desayunado y guardando su ropa de cambio para la playa.

- Lysandro, recuerda ponerte bloqueador.-le dijo su hermano, asumiendo el rol de madre sobreprotectora- Recuerda que tu piel es ultra sensible.

Sin más que agregar, Lys sacó un bloqueador solar de tamaño industrial y se empezó a poner en todas partes de la piel expuestas a los rayos solares.

- Tampoco te preocupes tanto, Leigh. Hace mucho frío, ni pienso ponerme traje de baño.

-Está bien, solamente me preocupaba-le dijo mientras le dedicaba una sonrisa hermanable- Esperemos a Rosa afuera, no debe tardar en llegar.

Ambos se sentaron a esperarla. Tanto Lys como Leigh estaban pensando mucho. De pronto, el albino soltó una pregunta para su hermano:

-¿Sabes a qué conclusión llegué?-Leigh negó haciendo un gesto con su cabeza- He estado pensando mucho en esa vez que te dije que te amaba.

No te lleves el control  (Lysandro X Armin)Where stories live. Discover now