Capítulo 3: Un pequeño malentendido

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Narra Armin

Había pasado una semana desde que llegué a Sweet Amoris, muchas cosas habían pasado desde entonces.

Me había vuelto muy amigo de Sucrette y Rosalya, al igual que Alexy. También tenía un seria relación de amistad con Nathaniel. (Bueno,eso creo yo. Siempre me decía que fuera a verlo a la sala de delegados, por que tenía un "castigo"... Estoy seguro de que quiere conmigo).

Con respecto a Lysandro, no habíamos hablado otra vez (desde lo del peluche), al parecer su amigo el pelirrojo había estado faltando todos estos días a clases y él se sentaba solo, pero, no se hacía problema. Al parecer le gustaba la soledad.

Estuve jugando videojuegos hasta las 4 AM, gracias a mí Alexy no durmió para nada, así que quiso quedarse en casa. Yo me fui solo al Instituto. No era como si quisiera estar con él, en todo caso.

Hoy tenía un plan, pasar tiempo con Lys y acompañarlo en su soledad. No me rendiré hasta que sepa que soy una persona de confianza y MUY SIMPÁTICA.

Y tenía un gran plan para ello.

Llegué al instituto, tarde. Entré a clases, el señor Farrés me miró enojado.

- Señor Armin, ¿Por qué llega tan tarde?

- Mi hermano no me dejaba dormir anoche, y no desperté con la alarma, mentí.

Todos me miraron cómo si yo mintiera, todos menos Lysandro, quien estaba metido en su libreta.

Farrés suspiró.

- Está bien, siéntese.

Fui buscando con la mirada a Sucrette y a Rosalya, pero ninguna de las dos estaba. Qué raro, ninguna de las personas con las que me paso más tiempo está, ni si quiera mi hermano. No sabía con quien sentarme, ni LOCO me iba a sentar solo.

De pronto recordé. ¡Lysandro! El raro ojos bicolor estaba solo. Me fui a su lado de la forma más discreta posible.

- ¡¡LYSAAAANDROOO YO ME VOY A SENTAR CONTIGO!!

SÍ, sin llamar la atención.

Ví como Lysandro pasó de estar blanco como la nieve, a estar rojo como el pelo de Castiel.

—¡Señor Armin, silencio por favor!, me regañó Sr. Farrés.

¡No entendía por qué todos se reían! Había sido TODO UN NINJA, ¡mejor que Nathaniel!

—Armin... Sólo ven a sentarte— habló por fin el albino.

Me fui a sentar con una sonrisa en la boca, mientras todos reían (aún no entiendo el por qué).

- Hola Lysandro — le dije sonriendo y ya sentado.

Pobre, creo que mi presencia le excitaba, aún estaba rojo.

- Hola Armin.

- Me preguntaba si... ¿Me acompañarías a hacer algo, durante el almuerzo?.

El plan empezaba.

- ¿Acompañarte... a qué?

- Es una sorpresa.

Me miró levantando una ceja.

- Bueno... está bien.

- ¡Perfecto! ¡No te arrepentirás!

- Shhh, interrumpió Farrés. Cómo decía... Napoleón Bonaparte fue...

Que paja escucharlo hablar. Iba a sacar mi consola, pero recordé que no la tenía.

Tranquilo Armin, ya la tendrás pronto. Por mientras podría hablar con Lys.

No te lleves el control  (Lysandro X Armin)Where stories live. Discover now