Capitulo 37

8.4K 213 46
                                    

POV Luisita

-No, no has entendido, si queres estar conmigo, salir conmigo, ¿sabes a lo que me refiero?

Amelia preguntó con una mirada esperanzada. Yo todavía estaba procesando las palabras que habían salido de su boca. Confieso que todo me estaba dando vueltas lentamente, no sé si son los efectos del alcohol o mi mente me estaba jugando trucos.

- ¿Me estás preguntando...

Susurré las palabras mirándola de reojo. Amelia formó una pequeña sonrisa, tímida, pero aún preciosa. La penumbra de la noche dejaba su cara parcialmente iluminada, resaltando sus muy bien dibujadas líneas faciales.

-Sí, Gomez ¿Quieres ser mi novia?

La sonreí ampliamente, recibiendo la pregunta de Amelia que me había dejado muy sorprendida.

- ¿Es enserio?

Amelia se sentó, por lo tanto, quede sentada yo también. Nos miramos la una a la otra por largos segundos, delicadamente, ella colocó unos mechones de pelo que insistían en caer por mi cara, detrás de mi oreja.

-Nunca hable más enserio, sé que recién volvimos, y que todavía tenemos cosas que hablar..

La morocha habló con la mayor de las calmas, con sus ojos fijos en los míos mientras sus dedos me hacían ligeras caricias en mi fría mano.

-...Pero estoy segura de lo que siento por ti. Te amo Luisita, y quiero que estar con vos. Sé de todos tus problemas y dificultades, pero creo que podemos solucionarlos todos. No sé si tú quieres lo mismo, estoy muy nerviosa por estar hablando de esto. Pero simplemente necesito esto, necesito estar con vos.

Ella sonrió tímidamente, haciendo mi corazón derretirse. Miré a la mujer frente a mí y la vi tan frágil y delicada. Debo confesar que no tenía suficientes palabras para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento. Amaba a Amelia de una manera que nunca pensé que fuera posible. En medio de todas las incertidumbres de mi vida, sabía que ese sentimiento era real. Y recíproco.

Lentamente moví mi mano a la mejilla de la mujer, haciendo que me mirara. Sus ojos miraban algo temerosos en mi dirección. Sonreí y lentamente acerqué su rostro al mío sellando nuestros labios.

En perfecta sincronización sus labios se movían sobre los míos, causando ese sentimiento en mi interior. Las famosas mariposas en mi estómago. En efecto eran reales, estar con Amelia siempre era tan intenso y confuso. ¿Podría ser alguien una tormenta en un mar revuelto y al día siguiente la calmada mañana con un brillante cielo abierto? Sí, era posible. Amelia era así. Ella era mi cielo y mi infierno. Lentamente dejé ir los labios de la mujer que se abrieron con una sonrisa divina. Estábamos tan cerca que teníamos nuestras frentes pegadas. Tomé una profunda respiración.

-Realmente pensaba que sería yo la que hiciera esta propuesta, señorita Ledesma. Pero como siempre no para usted de sorprenderme.

Ella sonrió bajando la cabeza tímidamente. Tomé una profunda inspiración y dije:

-Acepto.

Ella subió la cabeza y me miró confusa, probablemente todavía no creyendo mi respuesta. Su expresión sería muy cómica si no fuera tan preciosa viéndose confusa.

-Estás diciendo...

Comenzó a decir con una gran sonrisa. Rápidamente me ocupé de empujarla cuidadosamente contra la cama. Quedándome encima de la mujer que rió. Aprisioné la mano de Amelia encima de su cabeza justo como ya había hecho un largo rato antes. Miré a la mujer la cual me miraba con un feliz rostro.

La stripper - LuimeliaWhere stories live. Discover now