3. Sigue la voz

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NARRADOR

El ambiente se caldeaba con cada movimiento que realizaban. El resplandeciente cabello de la elfa era iluminada por la luna llena, pero a pesar de ello, no estaba en su forma lunar. Los ojos del castaño daban mérito a lo que veían. Todo aquello era tan perfecto...

La pareja humanoélfica se encontraba en un prado verde, oscurecido por la noche pero iluminado por los ojos llenos de pasión de los jóvenes. Estaban tumbados uno al lado del otro, con sus dedos entrelazados y sus rostros a apenas milímetros de distancia. El ojiverde recibía los dulces respiros de su amada, algo que realmente le encantaba.

—Rayla...—pronunció al fin, captando su atención—. Eres tan...

—Una vez ya comenzaste esa frase-rió la de ojos morados—, pero nunca la acabaste-le invitó seductoramente, cortando un poco del ya de por sí mínimo espacio que los separaba.

Eres...—inicó el castaño, aunque fue interrumpido por unos labios cortados, que tan bien conocía.

No sigas. Guárdatelo. Así la llama seguirá viva hasta que esas palabras no se pronuncien—sonrió la elfa, acariciando el suave pelo de su novio.

Esas palabras desconcentraron a Callum. Recordó el momento exacto en el que se atrevió a abrir la carta de su padre y le dijo lo mismo a su amigo Cebo.

—¿Qué pasa?—se preocupó la adolescente, notando el repentino cambio de expresión.

—Nada—el ojiverde posó su mano en la mejilla de su pareja, y comenzó a dar dulces caricias-. Solo he recordado a mí padrastro...

Rayla sonrió con amargura por sus palabras, aunque fue respondida por una sonrisa más sincera, una llena de deseo. En principio se alertó, nunca antes había visto ese brillo en los ojos del ojiverde, y nunca antes se sintió así. La tomó por desprevenida un beso de su enamorado, el cual siguió gustosamente.

Lo que comenzó como un acto inocente, se volvió uno más travieso. En un momento dado las lenguas comenzaron a jugar entre sí, una experiencia realmente nueva para la pareja. Rayla aferraba sus manos a los brazos y espalda del principastro y viceversa. Al separarse por la falta de aire, Callum se encontró encima de la elfa. Su mirada era tan seductora que no podía evitarlo, moría por ella. Se volvió a lanzar encima de los labios de su novia, solo que esta vez, inconscientemente, comenzó a atacar su cuello.

Callum...—suspiraba la fémina— Callum...

—¡Callum!—el grito hizo incorporar al castaño, quien aún confundido se sobaba sus cansados ojos desde su cama.

—¿Qué quieres, Ezran?

—Anoche vi algo.

—¿De verdad?—se volvió a tumbar el mayor con cansancio.

—¡Si, te juro que lo he visto! Era grande y oscuro...—intentó convencerle Ezran.

—¿Y donde lo has visto?—inquirió el ojiverde.

—Lo vi en la esquina de mi habitación antes de dormirme. Abrí los ojos y lo vi, luego volvió a desaparecer. ¡Tengo miedo, Callum! Sé que es algo muy malo.

—Así que solo lo has visto durante menos de un milisegundo. Ezran, creo que tu imaginación te está engañando—razonó Callum intentando sonar lo más amable posible.

—Sabía que no me creerías...—el príncipe dió espalda a su hermanastro con cabeza gacha.

—No es eso, solo que—el castaño se levantó y tomó al moreno de un brazo—es un poco increíble. A tu edad yo también tenía pesadillas de ese tipo y veía cosas que no son, pero no dejes que tu mente te engañe.

[TDP] Rενσʟυcıσ́пDonde viven las historias. Descúbrelo ahora