ACEPTADA

Parte #6 "Dolor"

Después de mis quince, todo siguió igual entre mis primos y yo, incluso Axel parecía el mismo de siempre, solo que cuando lo volví a ver ese año era diciembre, el tenia el cabello totalmente rapado, según él fue por una apuesta, pero quien sabe; el punto aquí no es ese, recuerdo ese día como si hubiese sido ayer, la familia de mi papá tiene la costumbre al casi terminar el mes de diciembre hacer una caminata al cerro y ahí montar un campamento, todo normal, ese día la espera de los integrantes fue como siempre, aburrida, siempre solían ser impuntuales para llegar al punto de reunión, yo estaba ansiosa por la llegada de mis primos, pues todo el camino cantábamos, bromeábamos, entre otras cosas, se podría decir que era el evento más esperado del año, o al menos en ese entonces lo era para mí.

Recuerdo perfectamente el momento en que la vi, el día de la caminata ya había llegado la mayoría, solo faltaba una de mis primas llamada Salma y justo en ese momento estaba llegando con una chica que jamás había visto en mi vida, era alta, delgada, de rostro fino al igual que sus facciones, tez morena, ojos oscuros, cabello lacio castaño oscuro en melena, con una enorme sonrisa de dientes blancos y perfectamente alineados, no me parecía realmente hermosa pero si resultaba un poco llamativa; mi prima la presento con toda la familia menciono que se llamaba Jazmín y era su amiga; creo que hasta ahí iba todo bien, me resulto una persona interesante y me dispuse a ser amable con ella, lo cual no sé si fue lo más idóneo.

En el transcurso del camino me sentí como perro abandonado bajo la lluvia, es bastante contradictorio si supuestamente era todo lo contrario al estar rodeada de personas, pero lo realmente malo es que ninguna de ellas me prestaba atención realmente; quizás se piense que soy una persona egocéntrica o niña mimada que siempre ocupa atención, realmente es todo lo contrario, esa vez me sentí así porque yo trataba de platicar con mis primos como siempre y me hacían a un lado con tal de hablar con la amiga de mi prima Salma, en un momento de desesperación total me acerque a hablar con la chica, la acapare para no sentirme sola y al resto los dejamos atrás, en la plática me di cuenta que éramos bastante parecidas, incluso cumplíamos años casi el mismo día, fue bastante raro, pero al menos después de ello ya me incluían en las platicas. Al seguir caminando y casi llegar al cerro, iba medio escuchando la conversación de mis primos que iban platicando a nuestras espaldas, mi primo Axel decía que le gustaba su trasero y mas obscenidades, no sabía a quién de las íbamos adelante se refería, por un momento me ruborice al pensar que podría ser yo.

Al ya casi terminar el día me sentía igual que al comienzo, ósea fuera de lugar, me habían hecho a un lado de nuevo; me encontraba en una enorme piedra contemplando el campamento montado, cerca de un estanque estaba Salma y Jazmín, cerca de unos troncos alrededor de la que sería la fogata estaba Mariana con los adultos, en otra piedra parecida a la mía estaba Axel y Emiliano, ellos parecían hablar animadamente, volteaban mucho en la dirección de Salma y su amiga, fue así por media hora hasta que decidieron arrimarse con ellas, me parecía raro porque ellos no solían comportarse así, mucho menos Axel, realmente quería aparentar que me daba igual, cosa que distaba mucho a la realidad; así que decidí acercarme a la fogata con el resto de la familia, realmente pienso que nunca pensaba en mis acciones hasta que es tarde.

Al estar en la fogata en compañía de mi familia pensé ilusamente que era lo mejor, pero como en todas las demás veces, me había equivocado. Comenzaron a preguntarme que si me parecía que me hiciera a un lado Salma, dijeron que de seguro era yo una aburrida, le hacían burla a mi tía Gabriela (madre de Axel) por el comportamiento de su hijo, pues parecía que coqueteaba con Jazmín, cada vez me sentía más sofocada, no sabía que pensar, decir o hacer; por lo cual esa noche le pedí permiso a mis padres para caminar un rato, accedieron siempre y cuando alguien más me acompañara, yo les dije que iría con Axel para que no se preocuparan, pero lo cierto era que hace rato no sabía dónde estaba, así que me puse en marcha sin dirección fija.

Estuve aproximadamente vagando sin rumbo media hora, hasta que me pareció escuchar las voces de Axel y Emiliano a lo lejos, justo tras unos arbustos, me dispuse acercarme para escuchar mejor, al estar tras los arbustos que los separaban de mi pude escuchar lo que en lo más profundo de mi corazón me temía. -¿Te gusta la amiga de Salma?- le pregunto Emiliano de manera picara a Axel, se produjo un silencio, se la pensó en contestar pero finalmente lo hizo. – Puede que sí, la verdad nunca había visto una chica tan... tu sabes, quizá y le pida que sea mi novia cuando volvamos – lo dijo con una suficiencia y seguridad que me dio justo en el alma, me dolía mas que cualquier dolor físico que puede haber experimentado con antelación, para mi sus palabras no tenían sentido, la chica no concordaba con sus supuestos gustos, pero ya no quería pensar mas, me di la vuelta y corrí como si mi vida dependiera de ello, mis lagrimas caían sin control alguno, mis pies dolían y al no prestar atención al camino termine en el suelo, comencé a gimotear por mi caída, voltee a todos lados para identificar donde me encontraba, al no tener ni la mas mínima idea me comencé a alterar y no era para menos, estaba sola, era de noche, no tenia celular, linterna, mapa, suéter, cobija, creo que ni dinero, así que era mi fin; volví a buscar a mi alrededor y encontré una especie de cueva, no sabía si era buena idea dirigirme a una cueva sola en medio del cerro pero que mas daba, ya no me importaba que pasara conmigo, al entrar me di cuenta que no estaba tan mal, pude distinguir unos dibujos en las paredes gracias a la luz de la luna, caí en cuenta que termine en la misma cueva en la que me perdí hace ya varios años junto a mi amado primo, ¿casualidad? no lo creo, al menos ya sabía que iban a dar conmigo tarde o temprano, sin importarme más me dormí en el frio suelo de la cueva.

A mi despertar me sorprendí que ya fuese de día y aun no dieran con mi paradero, quizá no se habían dado cuenta de mi ausencia, no le vi el problema, decidí regresar por mi cuenta, al ya tener el sol bien puesto en el cielo debía ser fácil dar con el campamento; una hora después di con el campamento o al menos con lo que quedaba de el, como lo leen, nada mas quedaban los restos de la fogata y una que otra basura, el pánico invadió mi sistema, ¿Acaso me dejaron varada en medio del cerro a mi suerte?, al parecer así era, la pregunta era ¿Por qué?