XVII (Parte 2)

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HASTA QUE ME OLVIDE DE TI
Por Ami Mercury


XVII (Parte 2)

La oscuridad los amparaba a esas horas de la noche. La luna en su cuarto creciente permanecía oculta tras densas nubes que amenazaban tormenta, y la escasa iluminación de por allí convertía la zona en un lugar casi idóneo para buscar alimento. Solo había dos inconvenientes: la escasa presencia de gente y que fue entre esas calles donde tuvo lugar cierta persecución días atrás.

Ronja y Oskar habían retrasado su incursión en el antiguo distrito industrial. No era prudente, pensaban, pero transcurrido un tiempo era de esperar que la seguridad se hubiera relajado por allí. La idea de continuar vigilando ese barrio medio abandonado rozaba el absurdo, y los efectivos de la ciudad, después de peinar la zona en varias ocasiones, tenían mejores cosas que hacer que seguir insistiendo con tan pocas probabilidades de éxito. Aun así, actuaron con toda la cautela que pudieron.

Por suerte, el rostro de ella todavía era anónimo. No el de Oskar, como vampiro censado que era, pero ¿qué mal hacía buscar un lugar apartado para darse el lote con su novia? Esa sería la excusa oficial en caso de tener que responder preguntas inoportunas, a pesar de no mantener con Ronja ese tipo de relación en realidad. El resto, era cuestión de paciencia y de saber dónde buscar.

Aparecieron bien entrada la madrugada. Un coche destartalado pasó a su lado a poca velocidad. Ronja esperó unos segundos, arrancó el motor y siguió al vehículo a una distancia prudencial y sin encender los faros. Condujo un par de manzanas más, hasta que lo vio detenerse sobre la acera, bajo la marquesina de un edificio. Ronja hizo lo propio a varios metros y aguardó. Tanto ella como Oskar supieron que nadie iba a salir de aquel coche en cuanto empezó a dar bandazos. En ese momento, compartieron una sonrisa y abrieron las puertas despacio.

Ambos tenían esa especie de fetiche. Tiempo atrás, cuando todavía eran humanos, su interés en el sexo había sido nulo. Ronja lo intentó durante una época, espoleada tal vez por cierta presión social y por un rechazo férreo a ser diferente. Pasó por la cama de muchos chicos y algunas chicas, y no podía decir que lo pasara mal, pero después de acumular una experiencia tras otra, decidió rendirse a la evidencia de que el sexo quedaba muy abajo en su lista de cosas imprescindibles en la vida. Oskar, por su parte, esperó durante toda su vida a que la persona adecuada apareciera. Nunca sucedió. Y, cuando todo cambió y se convirtieron en vampiros, ambos continuaron igual a ese respecto con una única salvedad: alimentarse de personas teniendo sexo era casi una droga para ellos. Y no es que pudieran o quisieran rendirse a esa perversión muy a menudo, pero los acontecimientos de los últimos días lograron que necesitasen un buen estimulante.

Las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer y su sonido amortiguaba los pasos de los vampiros. Se detuvieron junto al coche, cada uno a un costado. Eran dos chiquillos de no más de veinte años. Ella, rubia, de prominentes curvas y pechos grandes, se mantenía la falda por encima de la cintura con las manos mientras él, de piel oscura y sin un gramo de fibra en los músculos, se perdía entre sus piernas en el asiento de atrás. La expresión de puro gozo de la chica despertaba en Oskar y Ronja el deseo, el hambre más voraz. Sus jadeos, que les llegaban a través de las ventanillas cerradas, les espoleaban los sentidos.

—¿A quién prefieres? —preguntó Ronja a su compañero, su voz apenas audible entre los labios.

—A él —replicó Oskar.

Ella asintió y volvieron a centrar la mirada en la pareja. El chico se incorporó. Estaba tan atento a su novia que ni siquiera advirtió la silueta tras el cristal. Tras secarse la boca con el dorso de la mano y mientras se acomodaba, se sacó un preservativo del bolsillo trasero de los vaqueros y se lo dio a ella para que rasgara el envoltorio. Una risilla traviesa acompañó al momento. Los vampiros temblaron por el hambre que sus rostros les provocaron en el momento en que él la penetró.

Hasta que me olvide de ti (#LatinoAwards2020)Where stories live. Discover now