Harry y Ginny

Fiesta de Slughorn

-Eh... Ron... Hola...- -Te pasa algo amigo?- -Que? A mí, no... Nada... En especial Ehh- -Sabes Harry estás un poco raro hoy- -Yo?? No, para nada, estoy normal- Ron lo miró con cara extrañada y alzó las cejas. Harry suspiró y siguió avanzando al gran comedor. Alguien le tocó el hombro y Harry se asustó tanto que soltó un grito. Hermione se hechó a reír -Tranquilo Harry, no soy Ginny- -Shhh alguien te puede escuchar!- -Harry, no hay nadie- rió Hermione.

Llegaron a la clase de Defensa contra las artes oscuras, como siempre, Snape se puso a dar un gran discurso de algún tema que Harry no escuchó, estaba demasiado desconcentrado, miraba a los alumnos, luego al profesor para disimular, veía las mesas hasta que se concentró en un cabello rojo que tenía en su regazo, lo tomó, y como un lunático lo guardó. Se puso a pensar en Ginny, en cuanto tiempo había tenido que soportar y verlo embobado por Cho. A Harry le dió náuseas y pesar en pensar en eso, no sabía cómo se había podido enamorar de una persona como ella.

-Potter!- Harry maldijo por lo bajo -Podrias resumirme lo que acabo de explicar?- Harry sintió la horrible sensación que Snape entraba en su mente, claramente, en blanco. -Bueno, ya que veo que no eres útil en prácticamente nada, tal vez tus piernas pueden servir de algo y te diriges a mi despacho después de la cena- Dijo Snape con una mueca que era lo más parecido a una sonrisa. Harry lo miró con repugnancia, una mueca que no sentía para nada suya, era una mueca muy parecida a los Malfoy de hecho. El timbre sonó y todos se fueron a sus siguientes clases.

El día transcurrió muy normal para los demás alumnos, pero para Harry fue un gran esfuerzo concentrarse. -Harry... Estás bien...? En casi todas las clases andas desubicado- Preguntó Hermione a Harry, al salir de transformación -Si... Estoy bien...- Dijo Harry entre un suspiro y miró a Hermione tratando de decirle "Tu entiendes" y Hermione lo miró con pesar, su amigo jamás se había comportado así, con nadie, fuera lo que fuera, ni siquiera lo veía muy enojado por el castigo de Snape, era como si todo a su alrededor le diera igual, eso le preocupó.

La cena llegó pero Harry no tenía hambre, sólo le dió un mordisco a una pierna de pollo y se fue a la sala común. -Herms... Tu sabes lo que le pasa...?- preguntó Ron que al igual que su amiga estaba preocupado por Harry. Hermione suspiró -E-Es difícil de explicar Ron- Dijo Hermione y siguió leyendo su libro para no volver a tener que tocar el tema con Ron.

Harry notó que sus amigos comenzaban a llegar, así que se dirigió a las mazmorras donde seguramente ya estaría Snape, sin embargo, cuando él llegó, la puerta seguía enllavada, se sentó a la orilla y esperó, al cabo de un rato llegó Snape con aire de suficiencia. Harry no lo había notado ya que tenía su cabeza en sus rodillas, hasta que Snape dijo: - Entra Potter- Con su usual tono áspero.

Harry entró al despacho en el que había estado tantas veces, nada había cambiado, todo estaba exactamente igual. -Bueno Potter, me parece que Filch necesita ayuda a limpiar la biblioteca, serías tan amable de ayudarlo?- Dijo Snape con tono arrogante -Si... Señor- Respondió Harry con arrogancia, si Snape no mostraba respeto ante él, no sabía por qué el debía hacerlo.

Se dirigió a la biblioteca junto a Snape. -Te lo encargo Filch, el señor Potter te acompañará esta noche- Filch hizo un gesto de asco y lo agarró del hombro tirándolo a un estante y lanzándole un trapo que apestaba, Harry no se quería ni imaginar qué cosas había limpiado con ese bendito trapo. Snape sonrió y se retiró.

Harry estaba limpiando un estante de libros de enfermedades muggles cuando, al tomar un libro para limpiarlo, este lo vomitó, Harry escuchó que alguien se reía y se volteó. -Vaya Potter, das tanto asco que hasta los libros te vomitan?- Harry lo primero que pensó fue que era Malfoy, se volteó pero para su sorpresa era Dean Thomas que iba con Seamus. Harry sabía que Dean no era así, pero Dean lo había pillado varias veces viendo a su novia, y eso lo molestaba.