Capítulo único

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ACLARACIÓN: Esta historia participa en el #ConcursoBTFlowers, realizado por YuuHope y MonnieMoon94 ¡Gracias por la oportunidad! :)

Si se definiera la insolencia a groso modo podríamos mencionar dentro de ella esas actitudes y actuares, que con descaro y atrevimiento, tienden a ofender o insultar a alguien (o algo) en un rango más allá de quien o quienes accionan. Aquella palabra fue acuñada por primera vez para un espíritu que ofendió a los dioses, una desdichada alma que pecó a tal grado que fue castigada de una forma cruel por quien rige en el mundo terrenal y espiritual. Condenada a enlazarse para siempre con alguien, a quien no podrá hacer feliz, y quien no permanecerá por siempre a su lado. Sufriendo por tal fracaso y corrompiéndose hasta su inminente final.

La primera historia de amor que cuenta ese trágico ciclo está protagonizada por un triste aprendiz de músico en aquella portentosa corte, quien con melodía alegre y amena, cuenta entre acordes y silencios, su amor imposible hacia la hija del monarca. Su obra, inmortalizada bajo el anonimato, y su cuerpo, yaciente tras una enfermedad incurable para su época. La siguiente vida de la desdichada alma tuvo un poco más de suerte, un joven pianista y compositor, que empezaba a hacer su camino y su historia, terminó loca y profundamente enamorado de una dama, quien le fue arrebatada cruelmente en un accidente de coche donde ni el conductor ni los pasajeros tuvieron un destino favorable.

El músico, desecho y guardando en su corazón el dolor, compondría una melodía coral y sinfónica que trascendería décadas y siglos; a pesar de cumplir su obligación de contraer nupcias y formar familia, enfermó su mente y su cuerpo, poniendo fin a su vida con un enfermad atroz, que hasta la fecha horroriza al mundo entero. Con el mismo final, está una nueva vida de ese pobre espíritu deudor, esta vez bajo la apariencia de una bella mujer, que con su hermosa voz cautivó a muchos, entre ellos a ese hombre con el don de las letras, un hombre que no podría ser suyo nunca, porque pertenecía a alguien más. Escribiendo un himno a su triste vida y fallido amor, su mejor remedio al mal, fue inmolarse a sí misma en compañía de él, con quien nunca podría compartir nada más que la muerte.

Siempre el mismo inicio, pero también el mismo fin. La vida y el amor de aquellos enlazados terminan sin que se pueda poner un pero. Y en recuerdo a ello, un testigo en papel y al aire, para que el mundo conozca que lo que por los dioses está destinado a fallar, nunca podría ser. La insolente alma, será castigada por la eternidad...

Esta era su última cerveza, Min Yoongi se juraba a sí mismo, a sabiendas que era mentira y que bebería una vez más hasta perder la conciencia.

— Moon Hui —Volvió a decir al aire, a manera de alarido. Rió sardónicamente despeinando a su paso todo su cabello al pasar desesperadamente sus manos por su cabeza. Hacían cuatro años de la separación, y uno del terrible accidente. Yoongi ni siquiera sabía por qué lloraba. Por su partida, claro estaba, pero ¿en cuál de los dos momentos?

Miró la pantalla de su ordenador y la pista en aquel programa, terminada y lista para subirse en cualquier momento a una de esas plataformas de música en las que él, bajo el anonimato, libera sus canciones más íntimas y secretas. Pero le temía a eso, no podía dejar ir esa pieza, si lo hacía ¿Ella qué? ¿Lo haría también? Cerró los ojos sin ganas de meditar en nada, y se centró en no pensar en nada más que en el sabor amargo de la cerveza en su paladar. Lamentaba no encontrar un licor más fuerte en su nevera.

Recargó su cabeza y todo su ser en el sofá de la sala, y emprendió una búsqueda incansable por tranquilidad en su subconsciente, en el mundo onírico dentro de sí, condicionado en ese instante por las grandes cantidades de alcohol ingeridas. Paz, sólo quería paz por un momento, porque llevaba ya cuatro años sin dejar de sufrir.

[OS] Cancionero de un alma insolente - YMWhere stories live. Discover now