Parto

3.1K 163 63
                                    

Era un 13 de abril. Tom estaba durmiendo a tu lado con su mano en tu barriga. Lo hacía siempre desde que le diste la noticia de que estabas embarazada.
Le encantaba sentir las pequeñas pataditas que te daba el bebé aunque para ti a veces eran un poco dolorosas.
Adorabas esa sonrisa sincera y dulce que te regalaba cada vez que hablaba de vuestro futuro bebé y de todas las cosas que le enseñaría.

- Si es niño, ¿cómo le llamamos? ¿Y si es niña?
Le brillaban los ojos cuando lo pensaba.

Bromeabas llamando a tu barriga "pequeño Tom" cuando te dijeron que era niño y a Tom le recorría la felicidad por el cuerpo cada vez que te escuchaba decirlo.

Había comprado todo lo necesario para cuando llegara el día y a medida que se acercaba te preguntaba cada vez más cómo estabas.

- Si tienes contracciones llámame cuando antes y vendré a la velocidad de la luz.

Y mientras estabas pensando en lo buen padre que sería para vuestro pequeño Tom, sentiste la primera contracción, tan fuerte que te retorciste de dolor.
Tom se movió un poco.
Te relajaste por fin y cerraste los ojos. Te daba miedo el día del parto, pero a la vez te alegraría ver a vuestro hijo en tus brazos.
Unos minutos después sentiste otra contracción, con la misma dureza que la anterior.
Te levantaste de la cama y respiraste hondo.
Estabas llorando un poco.
Tenías miedo.
Tom se incorporó y te miró con los ojos casi cerrados.

- ¿Te encuentras bien?
Te preguntó adormilado.

Asentiste con la cabeza.
- Solo ha sido una contracción muy fuerte.

Tom, al escuchar la palabra "contracción" se levantó y cogió su móvil.
- Cada vez que tengas una, me avisas.

Era algo que se debía hacer. Lo habíamos hecho más veces cuando tenía dolores.
El médico decía que si había una diferencia de apenas 10 minutos entre una contracción y otra, sería el día, el momento, de tener a vuestro pequeño Tom.

Te tumbaste de nuevo en la cama, al lado de Tom. Él, expectante, preocupado y agobiado.
Tú, intentando tranquilizarte, con los ojos cerrados.
Sentiste otra de nuevo y se lo hiciste saber a Tom agarrando lo primero que pillaste, cosa que fue mala idea, ya que apretaste su miembro sin darte cuenta, consiguiendo que chillara de dolor.

Soltaste una risa entre bocanadas de aire. Te había dolido mucho y a Tom le habías hecho daño.

- El pequeño Tom te hace mucho daño eh.
Bromeó mientras os lo tomabais con humor.

- Perdón.

- No pasa nada darling, pero ¿estás bien?

Asentiste y le miraste.
-Tengo miedo.
Confesaste mientras una lagrima caía por tu mejilla.

Te dio la mano, entrelazando sus dedos con los tuyos y te miró fijamente.

- Voy a estar aquí. No me voy a ir. No vas a estar sola. Esto lo vamos a hacer juntos.

Apoyaste la cabeza en su hombro y te tocaste la barriga, él hizo lo mismo.
Unos minutos después sentiste otra.
Calculasteis el tiempo, habían pasado 17 minutos con 38 segundos entre las dos últimas.
Todo iba bien, solo estabais asustados.
Era vuestro primer hijo juntos y estabais preocupados, queríais hacerlo todo bien, no queríais fallar en nada.

Tom Holland is the type of boyfriend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora