Se escucha el ruido de la camioneta alejarse y en menos de dos segundos tengo a Patrick a mi lado. Desata mis manos y en el momento que la cuerda deja de apretar mis articulaciones, un grito lastimero abandona mis labios cuando el dolor recorre mi muñeca.

—Creo que está rota —susurro con las lágrimas picando en mis ojos.

—Déjame ver.

Patrick toma mi mano y la evalúa como si fuera el mejor médico del mundo. Está bastante inflamada, hasta yo puedo notar eso, pero Pat asegura que solo debe ser una fisura y me obligo a creerle.

—No creo que pueda caminar… —Mi voz se atasca y comienzo a toser.

Enseguida destapa una botella y me hace beber hasta el último trago. Mi garganta agradece la frescura que recibe y literalmente puedo sentirme con más energía sólo por beber un poco de agua. No quiero ni pensar las fuerzas que tendré cuando pueda comer algo, pero esa fantasía deberá esperar.

—Un último esfuerzo Em, es todo lo que pido.

Asiento sin fuerzas y con su ayuda me pongo de pie. Cada célula de mi cuerpo revive y me recuerda lo herida que estoy a través de un dolor descomunal. El aire se paraliza en mis pulmones y me quedo quieta mientras Patrick me sostiene entre sus brazos. Necesito adaptarme al dolor que voy a sentir con cada paso que vaya a dar, siento que me voy a desmayar con solo pensar todo lo que debo caminar.

—Quiero hablar con Zac.

—Em, mi padre fue con Dawson y otro tipo por el dinero, pero debemos movernos rápido porque su intención no es dejarte libre. Él te quiere muerta.

El terror que me traen sus palabras me deja sin habla y sin que pueda hacer mucho con mi cuerpo, lo obligo a caminar a la par de Patrick.

Cuando abre la puerta, me sorprendo al notar que casi es de noche y estuve casi 24 horas ahí metida. La bodega está literalmente en medio de la nada y mis ojos no pueden evitar mirar hacia todos lados en busca de mi chico, sé que está esperando donde Patrick le dijo, pero a veces es tan impulsivo que no me sorprendería verlo por aquí.

Mis manos se aferran al material de la camisa de Pat mientras me obliga a caminar a través de las grandes plantaciones de maíz, ¿acaso estuve en una granja? El maldito lugar parece salido de una película de terror y con la noche cayendo a toda velocidad, sólo se oye el sonido de los insectos y nuestros pasos apresurados.

—¿Cuánto falta? —murmuro con la respiración agitada.

—Este camino nos lleva directo a donde nos está esperando, le dije que llamara a la policía cuando caiga la noche así que supongo que dentro de poco veremos las sirenas.

Una felicidad se apodera de mi sistema y quiero correr a toda velocidad hasta llegar al punto de encuentro, pero debo obedecer los límites de mi cuerpo. No pensé que fuese a vivir después de todo esto y quien menos lo esperaba me está ayudando con ese objetivo. Tengo mucho que sanar y ahora me doy cuenta de eso.

No quiero tomar esta decisión, pero creo que va a ser lo mejor por ahora y creo que ahora mismo soy capaz de sentir como el corazón me duele más que el cuerpo.

—Pat… —Él me mira, pero no detiene su paso—. Lo siento.

Ahora sí, Patrick deja de caminar y me mira ceñudo.

—¿Por qué?

—Por haber sido tan perra contigo.

Una sonrisa baila en sus labios y finalmente la deja salir.

—Me lo merecía.

—Pero ahora no y esto que haces por mí, te lo voy a agradecer por siempre.

—Él no es malo y de verdad me alegro que se hayan encontrado. Admito que tiene un carácter de mierda y casi me muele a golpes cuando se enteró que mi padre te había secuestrado, pero fue capaz de escuchar y entender el porqué de todo esto. De verdad estoy feliz por ti Em, aunque me joda admitirlo porque todavía te amo como a nadie.

Lo abrazo. Lo aprieto con más fuerza de la que realmente tengo porque sé que, por primera vez desde que rompimos, estoy viendo al verdadero Patrick. El que jamás me ocultaba nada y mucho menos sus emociones, ese del que me enamoré alguna vez y que creo que por fin lo podré considerar mi amigo.

—Gracias, Pat —balbuceo con un nudo en la garganta.

—Amo cuando me dices así, no te puedes imaginar el martirio que me da cada vez que me dices Patrick.

Sonrío a pesar de las lágrimas y aferrándome a su brazo, ambos reanudamos nuestro camino.

—Pues a partir de ahora serás Pat.

Cuando lo miro de nuevo, no está sonriendo y lo miro ceñuda. Entonces él se voltea a toda velocidad y sin que pueda reaccionar siquiera, me empuja y caigo al suelo.

No entiendo nada hasta que escucho el estruendo atravesar mis oídos. La desesperación resurge en mi interior cuando veo a Dawson a pocos metros de nosotros. La pistola que sostiene aun apuntando hacia donde estábamos parados, sigue igual y una especie de vaho sale por la punta del cañón. Mis ojos no dan crédito a todo lo que veo, la imagen de la sangre se infiltra en la parte más oscura de mi cerebro y me hace gritar. Chillo con desesperación porque ese disparo debería haber sido para mí.

Patrick me mira, sus ojos no abandonan los míos ni por un momento y cuando su cuerpo cae al suelo… Mi mundo cae con él.

¡Boom! No sé como no lloré a la hora de escribir este capítulo  -será porque estaba en el trabajo- el punto es, que yo siempre tuve la idea clara de que Patrick la iba a ayudar de alguna forma y darle éste giro me partió el corazón 😥 muchas gracias por leer y por tener paciencia, cada vez falta menos y espero que les guste el capítulo ❤ los leo...x

FIGHTOVE © 《DISPONIBLE EN AMAZON》Where stories live. Discover now