-Si señora, hemos revisado todo y...

Ya estaba impaciente, no soportaba a ninguno de ellos aquí. Además de Amelia, por supuesto, la única que me transmitía calma. Suspiré profundamente y dije:

-¡Suficiente! - Solté con fuerza, haciendo eco por toda la sala.

Las miradas fueron hacia mí con miedo.

-No tengo que pensar nada. No está a la venta ni hoy ni mañana ni nunca. ¿Entienden?

-Luisita...

Escuché la suave voz de Amelia cerca de mí.

-No necesita ponerse así, Luisita. Son sólo negocios. – Dijo Lourdes.

-Negocios que no me interesan ni un poco. No voy a dejar que el nivel de mi compañía caiga por vendérselo a usted. Todo esto es mucho más que dinero, señorita Ordoñez. Ahora si me perdona, la reunión ha terminado.

-Luisita...- Interrumpió Miguel.

- ¡Dije que la reunión ha terminado, Miguel!

Los miembros de la mesa empezaron a levantarse rápidamente, todos muy desenfrenados por mis palabras durante la reunión. Miguel saludó a todos los empresarios de Ordoñez con una de sus falsas sonrisas, quiénes empezaron a vaciar la sala.

- ¿Amelia?

Cerré mis ojos escuchando la voz de Lourdes todavía en la habitación.

-Vendré por aquí a verte, tenemos que hablar.

Me volví en la dirección de la mujer que dejo ver una gran sonrisa hacia la morocha de mi lado. Amelia asintió con una corta sonrisa. Mónica la guiñó y salió de la sala. Dejándonos solas.

-Organizaré los informes para entregarlos a los financieros.

-Vale, pero no te vayas sin hablar conmigo primero. Tenemos algo muy serio de que hablar, señorita Ledesma.

Amelia suspiró profundamente y asintió.

POV Amelia

Después de la reunión con Ordoñez. Luisita se quedó todo el tiempo encerrada en su oficina. Ella no se fue ni hablo con nadie. La ira y el mal humor eran notables a kilómetros de distancia. Simplemente no sabía la verdadera razón. ¿La propuesta de compra su empresa la habría irritado tanto? Tal vez sí. Industrias Gomez tenía un valor mucho más que comercial para Luisita. Comandar algo que fue construido por su padre era un deber que ella no podía abandonar.

- ¿Amelia, en qué planeta estas? ¿El beso de Luisita en el elevador temprano todavía está teniendo efecto en ti? – Ana preguntó mientras chocaba sus manos frente a mí.

- No seas idiota, Ana. Sólo estaba pensando.

- Sinceramente, no esperaba esa reacción.

Dijo Ana, sentándose en la silla al lado mío. Estábamos en la oficina de Mónica revisando algunos documentos importantes que Luisita solicitó.

- Yo tampoco. Nunca imaginé que Luisita te besaría enfrente de nosotras. – La más pequeña dijo mientras escribía en su libreta.

- Eso sí que silenció a Amelia. Tenías que haber visto la cara atónita de Mónica cuando Luisita te agarró.

Me reí.

- ¿En serio?

- Sí, estaba aterrorizada. -Ana dijo riendo.

- ¡Ana! ¡Yo solamente no me lo esperaba! La señorita Gomez no es de las que hace ese tipo de cosas. Casi se tragan la una a la otra en frente de nosotras. – no pude evitar reír por el pánico con el que Mónica habló.

La stripper - LuimeliaWhere stories live. Discover now