13. Huyendo del Caos.

6K 602 171
                                    




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




— Ninguna hembra desea hacerse cargo de está cría, Z-1. Nosotros decidimos que tu serás el que vele por su seguridad hasta que crezca un poco y sea llevado a la cabina de incorporación de maná.

— Me niego. No pienso hacerme cargo de esa cría débil, ustedes quisieron que Z-2 lo tuviera y ahí esta. Ahora deseo que no me sigan molestando.

— Es una pena. Sin nadie que cuide de Z-102 será imposible que el experimento sea llevado a cabo.

La antigua doctora madre observó al primer amo asentir a lo que ella con pesar llevó la cobija con la cría durmiendo plácidamente al cuarto de expulsión dónde se arrojaban las máquinas o experimentos fallidos al espacio.

— Espera —. El gruñido del Alfa causó que más de uno se estremeciera. La doctora se giro ante el llamado y sorprendió al ver a esa enorme bestia muy cerca, intento retroceder atemorizada apretando a la cría en su pecho causando que este gimiera ante la falta de oxígeno.

Gruño, guiado por sus instintos que salieron a flote al percibir que la cría estaba temblando. La doctora sin saber que hacer o decir optó por dejar a la cría en el suelo e ir con los amos.

El imponente líder de tujllakis bajó su mirada rojiza y quedó sorprendido al ver tan pequeño ser que se retorcia como un gusano buscando el olor delicioso que solía emanar de las hembras luego de parir.

Es tu elección, Z-1. Puedes hacer lo que quieras con esa cría, incluso te lo puedes comer—. El amo sonrió provocando que los otros dos rieran maliciosamente.

La doctora madre se cubrió los labios horrorizada al notar como las fauces del tujllaki se acercaron a la cría esperando lo peor, pero tal fue la sorpresa de todos al ver lo contrario. El Alfa que unos segundos antes se negaba a cuidar de su cría ahora lo estaba sujetando del cuello con sus fauces teniendo sumo cuidado de no lastimarlo para luego salir de ahí rumbo a la parte sur de la nave que era su territorio.

BESTIA MORTAL  [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora