Hora del Show

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   El silencio reina y me habla al oído, aunque es opacado por la hermosa melodía que produce cada tecla del piano frente a mi, mis dedos bailan, abrazan y se coordinan para crear una melodía melancólica y tétrica. Observo a mi alrededor dispuesto a dar la cara a mis espectadores, la penumbra y un tono carmín adorna sus cuerpos y rostros, respiro, me siento nervioso de dar esta función.

   Puedo sentir el rico aroma a madera vieja proveniente de este piano, la escenografía natural de este teatro es perfecta no hay nada que cambiar, es rustica y oscura.

   La melodía es interrumpida por los llantos de uno de mis espectadores, creo que tendré que improvisar. Mis dedos se detienen, me levanto de mi asiento y con un giro completo tomo mi arma y me preparo para actuar.

   4, 3, 2, 1... El silencio reina una vez más. Todos los ojos están posados sobre mi, escucho los pasos retumbantes de los que serán mis compañeros en esta función, justo a tiempo.

   Sus pasos resuenan en las tablas de madera, son cuidadosos con cada paso, pero un sonido peculiar los acompaña, por la puerta entran mis compañeros. Traen armas consigo, que raro, eso no venía en el libreto. Mi vista luego se posa en una mujer que los acompaña, es muy bella, alta, delgada y su vestuario es el mejor que he visto en mi vida.

   Sus piernas roban mi atención y la del público, dos peculiares y brillantes cuchillas remplazan sus extremidades inferiores. No me mencionaron que habría una coestrella.

   Los demás caminan revisando todo el lugar, cautelosos, esperando lo inesperado.

   Los pies de varios de mis compañeros son atrapados por los lotos dorados en el suelo del teatro. Doy vueltas mirando como todas empiezan a girar y brillar, la dama posa sus ojos brillantes sobre .

   Los lotos estallan en una explosión de colores brillantes y hermosos para quien sea que los vea. La dama corre hacía el escenario, moviéndose de forma errática y ágil, esquivando los estallidos coloridos sin problema alguno.

   Saco mi arma y le disparo; la dama libera unas cuerdas de sus anchas caderas, las cuales se posan en el techo del teatro, la observo maravillado por su actuación, ella baila en el aire con las cuerdas. Respiro hondo para esperar el acto final de esta obra.

   Ella toma impulso y se abalanza girando su pierna como si de una espada se tratara, me agacho para agradecer al público por otorgarme su vida para mi obra. Este a sido un show estupendo.

   Solo puedo observar el telón de humo y colores que me envuelve.

   El show a terminado.






Historia inspirada en fragmentos del vídeo musical:

Awaken de Valerie Broussard
  

RunaterraWhere stories live. Discover now