The Best Thing I Ever Did Under The Mistletoe (FINAL)

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Suspiré.

– ¿No te alcanzó para un traje de Santa verdadero? – pregunté mirándola.

– Al menos aprecia el detalle – intentó cruzar sus brazos pero le fue imposible – Yeojin estaba emocionada.

– Tu hija es una niña – dije sin pensar.

– Mi hija... – repitió – ¿consideras que soy su madre?

– Te comportas como una y Yeojin te adora – afirmé – para mí y para ella eres su madre.

Se quedó en silencio un momento y cuando pensé que no iba a hablar, escuché un sollozo.

– ¿Chaeng? – me acerqué a ella – bebé, ¿estás bien? – movió su cabeza en afirmación y me abrazó, con dificultad pero al fin y al cabo, lo hizo.

No quiero perderme las celebraciones, pero no puedo dejar de ver tu rostro.

– Ven – tomó mi mano y me llevó hasta el sofá que estaba en frente de la chimenea.

Debería estar divirtiéndome con amigos, lo sé, pero me quedaré con ella.

Se dice en las calles que Santa llegará pronto, que los renos volarán en lo alto del cielo.

Debería estar haciendo una lista, lo sé, pero tengo todo lo que necesito a mi lado.

Me sentó en el sofá y ella por fin se sacó ese ridículo pero tierno disfraz.

– Hola – sonrió sentándose a mi lado – volví.

– Hola, amor – acaricié su rostro – ew, estás sudada.

– Cuando estoy sudada en la cama no te da asco – subió sus cejas y reí.

– Idiota.

Los magos fueron guiados por una estrella de la forma que sigo mi corazón.

– Mina – llamó mi atención y la miré, sus manos temblaban.

– ¿Sucede algo? – pregunté preocupada.

– Tengo un par de cosas que decirte y si no las digo ahora siento que moriré – rió.

La miré expectante.

– Verás... hace muchos años atrás cuando yo tenía 6 años, era una niña tímida que le costaba hacer amigos...

*FlashBack*

La pequeña Chaeyoung iba caminando de la mano de su madre. Iba dando pequeños saltitos causando que sus coletas danzaran de un lado a otro.

– ¡Mira, Mami! – exclamó entusiasmada – ¡hay jueguitos!

– Sí, sí, cariño – suspiró cansada su madre sin despegar la vista de su celular – jueguitos.

– ¿A ti no te gustan los jueguitos? – hizo un puchero.

Su madre levantó la vista y vio a su hija, inmediatamente una sonrisa surgió.

Mi Dulce Albañil Piropero |Michaeng|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant