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Alva atendió la puerta de milagro, por poco no escuchaba los golpecitos que reclamaban ser atendidos. Se sorprendió al encontrar a Márgu al otro lado, no porque fuera raro que la visite, sino porque estaba llorando muy fuertemente. De inmediato la tomó entre sus brazos y cerró la puerta tras ella. La dejó en la silla de su comedor, y se inclinó para estar a su nivel.

—¿Que pasó Márgu? No tienes porqué llorar, mira, te voy a dar chocolate caliente para que te sientas mejor, ¿si?

Pero la niña seguía llorando, inclusive después de haberle puesto en frente una taza llena de la caliente bebida. La volvió a tomar entre sus brazos, mesiendola de tanto en tanto a ver si se calmaba, sin embargo no parecía ser algo que fuera a suceder pronto.

—Ya, ya, pequeña. A ver, cuéntame lo que sucedió, ¿esta bien? Por favor, no me gusta verte triste porque yo también me pongo triste.

Dear Alva, I think I'm in love ;; klausperKde žijí příběhy. Začni objevovat