XV

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Tomioka miro con orgullo la cena lista para él y Shinobu más al ver la hora suspiró. Su amada había salido hace ya 11 días exactos a una misión como cazadora de demonios que era, dejándolo en casa a su esperá. Y por tanto él no tenía idea cuando llegaría ella, pero, estaría preparado. Así que con calma tomo haciendo frente a la entrada de su hogar en espera de ella como buen chico.

Pasaron unos minutos, y luego de una hora, la puerta se abrió.

—Giyuu~san.—Ese tono juguetón lo encantó.

—Shinobu.—Sin esperar algo la abrazo con fuerzas sintiendo como acariciaban su cabello para luego alejarlo y darle una sonrisa.

—Te traje muchos regalos, Giyuu-san.—Giyuu no evitó dudar al ver como está fruncía el ceño de sólo mirarlo.—Ara, ara, Giyuu-san... ¿Por qué no llevas puesto lo que te compre?—Repleta de frialdad soltó aquella venenosa pregunta, Tomioka trago saliva tocando su cuello.

"Mierda."

—Yo... L... Lo lave, discúlpame, Shinobu.—Miedo, inseguridad, decepción, ella lo iba a odiar por no llevar su amado collar. Detuvo sus pensamientos al sentir la mano de ella en su mejilla.

—Ya, ya, si ese es el caso, está bien, no estoy enfadada.

—¿De verdad?—Acariciando la mano de la mariposa, deseando que nunca se detuviera, la miro con agrado.

—Por supuesto, sabes que te amo.—No evitaba sentirse bendecido de oír aquella palabra.—Pero sabes, Giyuu-san, estoy cansada, ¿No tienes nada para mí?

—Ah... Si.—Algo fastidiado de tener que acabar con el contacto, se alejó de Shinobu.—La cena está lista.

—Are, ¿Cómo sabía que llegaría hoy?—Sonriente y curiosa pregunto. Casi le da un ataque oír aquello.

"¿De que modo le explicaría que era un enfermo acosador que la esperaba cada día durante 4 horas frente a la entrada con la cena lista?"

—No lo sabía, pero... Siempre cocinó para ti, aunque esté de misión.—Confeso, cubriendo sus mejillas.— También te espero varias horas en la entrada por si llegas de repente... ¿Soy repugnante?

Está mostraba total seriedad, asustandolo.

—Lo eres.—Tenso temió.—Pero eso está bien si es conmigo.

—¿E... Enserio?—Sintío como alguien tiraba con fuerza su cola de caballo.

—Pero, sabes, me preguntaba, ¿Has salido de casa cuando no estuve?—Otra vez se contrajo su cuerpo.—No me mientas, Giyuu-san, confía en mí.

—L... Lo siento, y-yo... Debía comprar... Unos vegetales que se habían terminado.—El temor en su voz era desgarrador. Shinobu suspiró.

—Nee, nee, Giyuu-san, Sabes que pasara ahora, ¿Verdad?

—Lo siento.

—Lo sabes, ¿No es así?—Con su sonrisa oscurecida volvió a preguntar, jalando aún más del cabello ajeno.

—P... Perdóname.

—Serás castigado, Giyuu-san.—Soltandolo, fue donde se encontraba la cena.—Espero estés preparado, Cariño.

El azabache tembló en su lugar, la mariposa ya había desaparecido de su vista. Y sus azules ojos vieron la salida del hogar de ambos con ligera tentación.

Podía huir, podía acabar con aquello que ambos llamaban relación.

—Aveces.—La escucho a la perfección.—Creo que haces estas cosas a propósito para que te castigue.

Tomioka no se movió, ni dijo nada, sólo la escuchaba, extrañaba esa voz tan dulce y autoritaria.

—Nee, nee, Giyuu-san... ¿Te gusta ser castigado?, ¿Tanto amas que lo haga?

Asomado la observó apreciar su collar.

Su collar de perro.

Shinobu le sonrió al verlo

—Deberías agradecer que sea tan buena contigo.—La chica movió todo su cuerpo, sin levantarse de la mesa, para extender el collar.—Giyuu-san, póntelo y dime a quien amas por sobre cualquier cosa en este mundo.

Tomioka no dudo, lo único que le detuvo era el indescriptible calor que se apoderaba de todo su cuerpo al saber que su amada le entregaría nuevamente aquel obsequio en su cuello.

—S... Shinobu.—Quería pedir un minuto antes de hacer algo tan humillante y vergonzoso.

—Te daré 5 segundos, si en ese tiempo no estás de rodillas, el castigo sera mucho peor, pero, ¿No quieres eso?—El sonrojo de Giyuu era intenso.—Quieres que te haga hacer algo aún peor, porque eres esa clase de persona, ¿No es así?, Asqueroso perro solitario.

5...

No es cierto, Giyuu no era así. Ella lo hizo así.

4...

Pero él no iba a responder eso. Porque ella justo ahora tenía razón.

3...

—Un gran pervertido... Que quiere ser castigado por mi.—Shinobu río.—Nee, nee, Giyuu-san...

2...

—Dime...

1...

—¿S-Shinobu?—Tomioka se sobresalto al verla ya frente a él.

0...

—¿A quién todos odian?—Con los brazos extendidos y de puntillas, colocó aquel collar de perro en su cuello.

Patético, humillante, repugnante, sin valor.

Giyuu tocó su cuello, sintiendo aquello que representaba en él, era una propiedad.

Sólo de ella.

Y de nadie más.

—¿A.... A mí?

Tomioka hizo una mueca tan similar a una sonrisa...

¿Eso era el amor?


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Fin

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Adiós

Que les vaya bien

Los quiero mucho

Feliz navidad (atrasada) y año nuevo (adelantado)

Baibai

Giyuu no quiere estar solo | GiyuushinoWhere stories live. Discover now