XII

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Giyuu bufo, seguía ahí en la entrada de su hogar, con la puerta cerrada a duras penas después del incidente con Tengen. Cuando había decidido levantarse e irse oyó algo.

Tocaron la puerta, 4 veces.

Se movió en dirección a su cuarto, seguramente el trío anterior volvió.

—Nee, nee, Giyuu-san.—Tropezó cayendo al piso.—¿Giyuu-san?

Conocía esa voz, la conocía perfectamente.

—¿Giy-?

En cuanto la vio, una fuerza mayor a la suya tomo a Shinobu y la jaló hacia si mismo.

—Kochou.—Dejo salir ese nombre que tan ansiosamente quería decir hace ya semanas.—Quería verte.

Necesitaba ese calor. La necesitaba a ella, no quería soltarla jamás, necesitaba tenerla a su lado.

—Oí que fuiste muy malo, preocupando a todos los pilares y al patrón.—Al oírla despertó del ensueño.

—¿Te preocupé?—Aquello fue lo único que le interesaba, no quería saber que la molestó en algún sentido.

—¿Are?, ¿Sólo te importa si yo me preocupé?—Él asintió de inmediato.—Que simple eres, Giyuu-san.

—Lo siento.—Eso parecía un defecto, pero podía cambiarlo si era por ella.

—No me disgusta tu simpleza, pero, nee, nee, Giyuu-san, ¿Por qué no has salido en 2 semanas?

Se separó un poco del abrazo, para así ver bien a Shinobu, notando así al fin lo desaliñado que él se veía, avergonzandolo por completo. No llevaba el uniforme, su cabello con una colega alta desordenado, y su rostro seguramente era terrible.

—Dijiste que no nos veríamos hasta la reunión.—Al ver a la mariposa asentir, sintió que no se estaba dando a entender del todo.—Yo... iba a esperar en casa hasta que el día llegará.

—Por qué.—No fue un pregunta, más bien, fue una orden.

—No... No quería...—Nervioso dudo de seguir, ¿Y si ella sentía asco de él por tomar tan literal sus palabras?, ¿Y si era considerado repugnante?

—No querías salir si no podías estar conmigo, ¿Es eso?—Al oír aquello tan acertado, asintió, mientras movía un poco su rostro, simulando que Shinobu le acariciaba la mejilla, ella lo entendía.—Giyuu-san...

—¿Es enfermizo?—Mostró una expresión nueva. Estaba desesperado.—No vas a odiarme... ¿Verdad?

Shinobu sonrió, con esa sonrisa que para Tomioka era aterradora y muy hermosa.

—Sabes bien que soy la única que no te odia.—Notó como Shinobu quiso alejar su mano de él, pero lo impidió.

—Quiero estar... Un poco más con Kochou.

Le apenaba rogarle, quizás lo considere molesto, pero él solo quería...

—¿Quieres ser mío, Giyuu-san?

Giyuu no quiere estar solo | GiyuushinoWhere stories live. Discover now