El primero era un esquite, desdé que nos conocimos le regalaba uno cada año en su cumpleaños, era una tradición y un chiste que solo él y yo compartíamos, luego pasó a la siguiente caja donde contenía un pequeño diario, el viró hacia mi sin comprender.

-Es para que escribas tus canciones- sonreí- y también si algún día sientes la necesidad de decirme algo lo escribas ahí y cuando pueda lo leeré.

Me observo mientras se crispaba su mirada recomponiéndose al instante para regalarme un beso en la mejilla.

-Voy a necesitar más de una porque querré hablar contigo diario

-¡No seas codo Aristóteles!- le sonreí-las demás debes comprarlas tú.

El asintió divertido mientras habría otro regalo esté era una foto de nosotros, cada año nos regalábamos una de nuestro recuerdo favorito del año, por lo mismo nuestra casa estaba repleta de fotos nuestras.

-¿Un atardecer? – me miró confundido ya que en esta ocasión esa era la foto, sin nosotros solo un pequeño momento de la vida.

-Siempre vemos el atardecer juntos, tal vez no tengamos una foto mirándolo pero quiero regalarte este momento porque siempre me veras ahí en el atardecer, justo cuando se mezclan los colores del arcoíris

Sonrió guardando la foto y entonces tomó entre sus manos el último regalo el cual era un sobre, en cuanto lo abrió se quedó sin palabras.

-¡No inventes!- gritó emocionado- ¿Te cae?

-¡y me aplasta!

-¡Iremos a ver a Ricky Martin!

-¡Iremos Tahi!

Él se levantó de la banca completamente eufórico y me tomó entre sus brazos mientras giraba conmigo.

-¡Te amo! ¡Te amo tanto Cuahutemoc!

-¡Te amo Aristoteles!

Me bajó mientras me robaba un par de besos.

-¡De aquí al infinito!

Sonreí mientras recibía gustosamente sus abrazos, cuando nos calmamos recogimos todo regresamos a nuestra casa para cambiarnos antes de irnos a la fiesta en casa de mi familia.

En cuanto entramos sentí como si de repente toda mi batería se bajará, sabía que ya no tenía toda la fuerza y energía de antes, de nuevo esa sensación de tristeza me invadió mientras mis manos comenzaban a temblar levemente. Aristoteles me miró y sin decir nada tomo mi mano para guiarme hacia nuestra recamara.

-Tenemos que comenzar a cambiarnos para la cena- susurré

-Tomemos un respiro amor, además tus hermanos siempre llegan tarde tenemos una hora.

-¡Pero sabes que odio ser impuntual- me dejé guiar mientras me sentaba en la cama y el me quitaba los zapatos

-Solo será un momento – sonrió mientras se quitaba los suyos- estamos en excelente tiempo

No pude oponer mucha resistencia ante sus palabras ya que en esos momentos mis músculos sintieron consuelo al tener contacto con la cama y en tiempo record me encontraba en el mundo de Morfeo.

No supe cuánto tiempo pasó pero luego de un momento escuche a Ari llamarme entre sueños y despertarme a besos.

-Hasta que te despiertas Temo durmiente- susurró

-¿Qué hora es? – Tomé mi celular mirando que ya era de noche- ¡No inventes Aristoteles me hubieras despertado antes!

Me levanté corriendo mientras comenzaba a buscar nuestra ropa.

SUNSET - ATARDECER /  Aristemo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora