VIII

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PROV CUAHUTEMOC

En la actualidad existen muchas películas y libros acerca del cáncer, esa clase de novelas llenas de fetiches románticos donde él protagonista aunque se encontrara vomitando hasta el estómago se lograba ver hermoso o hermosa, o dónde la típica chica conocía al amor de su vida en plena quimioterapia le ayudaba con su enfermedad siguiendo una trama romántica y cursi hasta que sanaba, pero esos libros ni de cerca te mostraban lo cansado que era la enfermedad con el pasar el días, tampoco narraba la desesperación de ver a tanta gente entrar y salir de la habitación a diario, mucho menos explican lo mucho que llegas a odiar el olor a cloro que se extendía por todo el hospital, ningún libro o película te narra sobre lo molesto que puede llegar a ser el tratamiento, y de la misma manera ninguno me preparó a mí para lo que había pasado en los siguientes treinta días.

Después de la crisis por alergia me habían dado unos días de descanso de quimioterapia, además tenían que valorar como reaccionaba mi cuerpo, realmente la situación podía ser un poco engañosa, recuerdo que mi primera sesión fue como una montaña rusa, donde te elevas muy alto sintiendo mil emociones mientras el viento corre sobre tu cara, para luego llegar a la cima ,ver el paisaje y de pronto caes de picada sintiendo como todos tus órganos inferiores suben a tu cabeza provocando un cosquilleo en tu estómago, dejándote caer de nuevo en la realidad, así fue mi primera sesión, los primeros días me sentía estupendamente, incluso me sentía más sano que nunca, cuando desperté al otro día tuve demasiado apetito terminándome todo lo que trajo mi familia, platiqué animadamente con cada persona que me visitaba ya que habían armado una lista de horarios de visita para no llenar el hospital de los López, incluso Ari y yo habíamos bajado al patio a tomar un poco de aire mientras charlábamos de lo que haríamos saliendo del hospital, los restaurantes que visitaríamos, los parques, incluso uno que otro viaje fuera del estado, todo marchó bien los primeros dos días, pero el tercero todo cambio, lo supe en cuanto abrí mis ojos esa mañana. Un dolor espantoso se presentó en mi cabeza, no soportaba la luz del sol ni el ruido, el cuerpo me dolía como si me hubiera aplastado una piedra que no me podía quitar de encima y no podía describir el cansancio que sentía, ni siquiera podía mantener los ojos abiertos sin sentir que Morfeo me arrastraba hacía su mundo, aún asi quería aparentar que todo estaba bien, había comido, recibido a mi hermana Ana y Guadalupe mientras escuchaba las aventuras de la casa en mí ausencia y en algún punto de la conversación simplemente el cansancio me venció.

En cuanto abrí mis ojos me sentía un poco mejor, como si mi cuerpo hubiera recargado energía, cuando desperté lo primero que percibí fue a Aristóteles que se encontraba acurrucado a mi lado durmiendo profundamente, y a pesar de que la cama era pequeña para ambos el intentaba respetar mi espacio hecho un ovillo lo mejor que podía.

-No tiene mucho tiempo que se durmió- mencionó el médico asustándome al ver su presencia mientras revisaba mi expediente, supuse que venía a su visita diaria- parece que al fin despertó joven Cuauhtémoc, pensé que si no lo hacía pronto su novio me iba a demandar por negligencia al imaginar que le puse algún sedante a su tratamiento.

-¿Cuánto tiempo dormí?- mencioné mientras dejaba que me revisara sin moverme mucho para no despertar a mi prometido

-Casi dos días- respondió de la manera más natural del mundo mientras yo habría mis ojos por la sorpresa- tranquilo, es completamente normal, regularmente el agotamiento físico y emocional es el síntomas más común e inevitable de la quimioterapia, ya que como ataca su cuerpo este al defenderse suele agotar toda su energía, y sumando que los días anteriores estuvo muy activo en cualquier momento iba a colapsar.

-¿Y porque no me advirtió esto antes?- susurré hablando bajo para que Ari no despertara- Podía haber guardado más descanso...

-Porque estar enfermo no quita que esté vivo – sonrió mientras se sentaba en la silla más cercana- justamente es lo que hablábamos la vez pasada, quiero que su enfermedad no lo limité, quiero realice cosas que lo hagan feliz, tendrá que tener cuidados sí, pero si usted no está bien emocionalmente entonces el tratamiento no ayudará en nada, sé que es difícil para ambos ya que es la primera vez que se enfrentan a una situación asi, pero puedo ver claramente que su amor puede ayudar bastante a su tratamiento, por ejemplo su novio no se durmió en ningún momento esperando que despertara, incluso se desesperó por más que le expliqué la situación y como claramente no quería dos enfermos , le mentí que si se acostaba a su lado despertaría más rápido al sentir su calidez, sin embargo sabía que eso lo relajaría lo suficiente para descansará su lado.

SUNSET - ATARDECER /  Aristemo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora