Capítulo 19: Final

1.8K 127 9
                                    

Despertó y la miró a su lado. Estaba totalmente desnuda, solo cubierta por una sábana.

Besó cada centímetro de su piel de la espalda, esperando a que despertara por su toque. Y justo así lo hizo.

-Buenos días, mi amor.

-Buen día, amor.

-¿Cómo te sientes?-dijo acariciando su mejilla.

-¿Verdad o mentira?

-Verdad.

-Felíz por estar contigo y por todo lo que pasó anoche.-se sonrojó.-Y triste porque hoy me voy a Phoenix.

-No me lo recuerdes.

-No quiero irme, Kendall.

-Ni yo que lo hagas, ______.-besó su frente.-Pero eres menor de edad y Victoria es tu madre.

-Después de esto, menos lo quiero hacer, Kendall.

-Cuando regreses lo repetiremos una y otra vez.

-Eres un pervertido, Kendall.-se sonrojó aún más, tapándose la cara con ambas manos.

-Es la verdad, mi niña.-rió.-Te quiero desnuda junto a mí, besándome y dándome amor.

-¡Oh, Kendall!-rió.-No me digas eso que me tendré que aferrar a casa para no irme.

-Me gustaría ver eso.

-Eres un tonto.

-Pero me amas así, mi amor.-la besó.

-Sí, siempre te voy a amar.

-¿Hasta cuando sea viejo y use un bastón?

-Hasta siempre, Kendall.

-¿Y cuando tengamos hijos?

-Los voy a querer por igual, Kendall.

-¿Osea que sí tendremos muchos hijos?

-Sólo si tú quieres, amor.

-Me parece perfecto, ______.-la besó.

Y solo este beso bastó para que se entregaran de nuevo en cuerpo y alma el uno al otro. Unieron sus anatomías en una demostración de amor y pasión puro, sin ningún tipo de perjuicio o miedo, dejando de lado cualquier rastro de culpa o temor.

Pasaron una gran parte de la mañana acostados en esa cama, donde ambos se desvirgaron unas horas antes, hasta que el tiempo hizo de las suyas y ella se tenía que ir.

Se bañaron juntos y se cambiaron por ropa limpia. Ella guardó su vestido de decimosexto cumpleaños  junto con sus zapatillas en una mochila, para cambiarse por unos jeans, una blusa blanca y unas Converse. Él no tenía ánimos de nada, pero trataba de fingir para no decepcionar y hacer sentir peor a ______. A pese se vistió con unos pantalones de mezclilla, un suéter rayado, unos zapatos negros y un gorro.

Salieron de la casa de Kendall y caminaron hasta la de _______.

La acompañó por sus maletas y las acomodaron en la cajuela del auto de Victoria.  Nadie decía nada.

Sabía _______ que iba a ser un poco difícil mantener una relación a distancia, pues ella se quedaría en un internado exclusivo de mujeres, pero él quedaría expuesto a cada chica que le pusiera los ojos encima. Pero también confiaba plenamente en su novio, y lo amaba más que nada en el mundo.

Ana y Carlos llegaron con un gesto fúnebre y solamente pudieron darle un abrazo a su prima en seña de despedida. Para todos era difícil decir "adiós", aún más a Kendall.

-¿Se nos olvida algo?

-Sé que nunca te olvidaré, Kendall.

-Yo tampoco, mi amor.-se limpió una lágrima.-Y cuando tú regreses aquí, yo estaré listo para darte un beso y un abrazo, y para llevarte al fin del mundo, mi niña.

-No me digas eso, porque me vas a poner a llorar.

-Lo siento.

-Prométeme algo, por favor.

-Lo que quieras, ______.

-Si después de que me valla encuentras a alguien especial, que te quiera enserio, te irás con ella y me dejarás en el pasado, ¿sí?

-No te lo prometeré, porque no es necesario. Siempre te voy a amar, ______.

-Pero si la encuentras, dile que es muy afortunada en tenerte.

-Entonces tú eres la afortunada de tenerme, amor.-rió.-Porque ya encontré a esa chica especial que enserio me quiere y a la que siempre amaré.

-Te amo.

-Te amo.

Ana entró a casa con pesadez de interrumpir, pero debía hacerlo.

-Kendall, ______.-los tomó de los hombros.-Ya es hora.

-No.-sollozó ella, aferrándose más a Kendall.-No quiero hacerlo.

-Te juro que te iré a ver cada semana o cada mes, te lo juro, ______.

-Te amo, Kendall.-lloró.

-Yo más, mi pequeña princesa.

Ella subió al auto mientras miraba por la ventana al hombre que más había amado, alejarse rumbo a su casa, totalmente destrozado.

-Te amo, Kendall.-dijo recargada a la ventana, derramando lágrimas por toda su cara y sin obtener respuesta.

El motor se encendió y poco a poco su figura se fue perdiendo entre las calles de Kansas, donde su vida había cambiado gracias a ese chico que pudo ver más allá de sus lentes y las cortadas de sus muñecas. Él pudo ver su corazón y se había enamorado de él, sin importarle el no haberla conocido.

Una melodía proveniente de su iPhone invadió sus pensamientos.

Era un mensaje de Kendall.

"¿Aceptaría usted, princesa mía, que la acompañe mañana a recorrer las calles de Phoenix?
Déjeme decirle que es un lugar precioso, y podría conocer mi nuevo departamento que compré solo para estar con usted.
Kendall"

Sonrió tontamente limpiándose las lágrimas y respondió.

"¿Saldría conmigo, gentil caballero, aún sin conocerme?
_____"

Y la respuesta fue inmediata.

"Con usted hasta siempre, dama mía"

Fin

"No me conoces" con Kendall Schmidt♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora