"No me conoces" con Kendall Schmidt♥

Capítulo 17

-Bien, empiecen.

-Yo lo haré.-dijo la morena.-Kendall y yo estamos saliendo desde ayer. Mañana te diríamos todo, ¿sí?-cerró fuertemente los ojos ante la mirada atónita de su madre, esperando que Ana le ayudase un poco.

-Victoria, yo la ayudé en todo momento y también cometí el error de no decirte bien las cosas. No es sólo culpa de ella.

-Excelente.-aplaudió unas cuantas veces Victoria.-Un pequeño error en no decirme nada, hija.

-Y lo sé, mamá, pero en verdad lo siento.-suspiró con fuerza.-Quiero demasiado a Kendall y no lo quiero perder.

-¿Perder, hija?-rió frívolamente.-Esto no es más que un juego que terminará ya.

-¡No es un juego!-atacó la morena.

-Espera...-intervino Ana después de analizar sus palabras.-¿A qué te refieres con qué termina ahora?

-Eso, queridas.-volvió a reír, con amargura.-A qué tendrás que despedirte de él, porque en dos días irás a Phoenix, con Michael.

-¡¿Qué?!-gritaron al unísono.

-Aura me lo advirtió y tú, hija, tienes un gran futuro por delante y no lo arruinará Kendall.-dijo nerviosa.

-¡Él no lo hará, lo harás tú si me alejas de él!-gritó entre lágrimas.

-Cállate.-la retó.-Ya tomé la decisión.

-Victoria, piénsalo muy bien. ¡Es tu hija!

-Y por éso mismo no arruinará todo. Michael está conmigo.

-¿Y él que sabe de lo que me conviene?-dijo con suma ironía.-¿Qué sabes tú y Aura?-lloró.-Joder, que no me conocen. No saben como me siento yo y cuánto amo a Kendall, mamá.

-Victoria, esto es un error.-dijo desesperada Ana.-Ellos en verdad se quieren y no los puedes separar así.

-¿Que no puedo?-rió.-Tus lágrimas no funcionan, hija.

-Yo lo amo...

-¡Que no es amor, por dios!

-Váyanse al demonio.-gritó la morena mientras corría a su habitación.

-Sólo tú le haces esto a tu hija, Victoria.-negó con la cabeza.

-Ana, sirve de algo y avísale que se irá un día después de su cumpleaños.

-Eres de lo peor, Victoria.

-Gracias, pero sé que tengo razón y será lo mejor para ella.

Ana corrió a gran prisa hasta la habitación de su prima. La encontró botada en su cama, llorando sin control alguno.

-Ya, ______.

-No, no puede.-sollozo.-Yo lo amo.

-Estará aquí en veinte minutos, _______.

-¡¿Qué?!

-Le dije todo a Kendall y vendrá a hablar con tu madre.

-Sólo será peor. Conozco a mi madre, por dios.

El timbre sonó. Era Kendall.

-Yo iré.-dijo Ana levantándose.-Lavate esa cara y ve al estudio.

-De acuerdo.

Ana dejó pasar a Kendall. Él estaba totalmente alterado, tenía los ojos un poco rojos de furia o quizá de tristeza.

-¿Dónde está ella?

-Ahora hablaremos con Victoria, pero calmate, Kendall.

-No me refiero a Victoria, sino a mi novia.

-Está en su habitación.-no pudo terminar porque él ya iba escaleras arriba para encontrarse con ella. La vio secándose la cara con cuidado, evidentemente por haber llorado. La abrazó.

-¿Kendall?

-Sí, mi niña.-le besó la frente.-Ya estoy aquí, nada malo va a pasar.

-Excelente, Schmidt.-dijo Victoria desde la puerta.-¿Nunca puedes ir directamente conmigo, cierto?

-Señora, quiero hablar bien con usted.

-¿Entrando a la habitación de mi hija a escondidas?-se acercó más.-¿Qué imagen puedo tener de un chico que no respeta a una niña de 15 años y la ve escondiéndose?

-Mamá, déjalo en paz, ¿sí?

-No, hija.-rió.-Yo podría demandarlo por entrar a mi casa sin más ni más y él quedaría fuera de tu vida por siempre.

-¡No!-chilló ______.

-O puedo dejar que jueguen a estar enamorados por dos días más y tú irás a Arizona con Michael.-dijo fría.-Tu elección, querida.

-¡No puede hacer eso!

-¡Claro que sí!-sentenció.-Ella es mi hija, menor de edad y hará lo que yo ordene, sin excusa alguna.

-Iré a Phoenix.-cerró con fuerza los ojos.-Si tú dejas en paz a Kendall y nunca más tocas a Manú.

-¡No, ______!-dijo Kendall.

-¿Ese es el trato, entonces?

-Sí.

-Pues prepara tus cosas, hija, que en 2 días irás a ese internado.

***

-¿Por qué lo hiciste, _______?

-Hoy golpeó a Manú.-él abrió bien los ojos.-Es capaz de volverlo a hacer y también te puede hundir a ti.

-Y yo soportaría cualquier cosa por que no te alejes.

-No lo quiero hacer, pero no nos dejará ser felices igual y te podría dañar a ti o a Manú. No me lo perdonaría nunca, Kendall.

-Eres egoísta.

-¿Qué?

-Piensas primero en nosotros que en ti, niña hermosa.-sonrió de lado.-Y te amo por eso.

-Voy a volver, enserio.

-Te creo, pero estaré mucho tiempo lejos de ti.

-No será tanto.

-¿Y si te enamoras de alguien más?

-Es un internado solo de chicas, Kendall.-rió.-Pero, ¿tú lo harías?

-Nunca, mi amor.

-¿Entonces estamos juntos en esto?

-Sí.-suspiró.-Después de tu cumpleaños todo será diferente.

-Lo sé.