Faded Fantasy part.2 (Joker)

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Categoría: One-shot

Resumen: Continuación de la primera parte de 'Faded Fantasy'

Advertencias: Mención de acoso enfermizo, MUUUUUY ENFERMIZO y probablemente voy a abordar el tema de abuso sexual no consensuado al principio, así que sí quieren leerlo bajo esas condiciones ya no depende de mi, solo es un aviso:c
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-¿Sabes lo hermosa que te veías por mi ventana?- Todo tenía sentido cuando Michael mencionó haber creído ver a alguién que los observaba -Ya nadie va a hacerte daño, ____- Sus dedos se deslizaron bajo tus pantalones de vestir, lo permitiste y su lengua viajó a través de la piel de tu cuello dulcemente. Arthur había estado tan necesitado de tu amor por mucho tiempo que el probarte ahora era mas que suficiente. Ver tu satisfacción provocada gracias a él lo encendió -Yo t-te conozco- Tu voz vacilaba y trataste de apartar su mano de debajo de tus pantalones pero su agarre contra tu cuello fue aún mas fuerte
-¿Ah, si?-
-¡Me seguías todo el tiempo! E-estás enfermo - Él se quedó atónito ante el miedo que en tu cuerpo comenzó a manifestarse y tus lágrimas ahora estaban humedeciendo tus mejillas y las mangas de su saco. ¿Cómo podía ser? Se supone que debías enamorarte de él por haberte salvado.
-Pero te salvé...- La confusión en su voz se percibió de la manera mas decepcionante posible
-No puedes ir asesinando p-personas sí crees que eso significa salvar a otras- Una risa llena de hilaridad salió de la garganta de Arthur, aún que Arthur ya no estuviera ahí y fuera Joker quién tomó su lugar esta vez.
-Deberías ser un poco mas agradecida, _____-

Y eso fue suficiente. Te llevó a uno de los sofás mas cercanos arrojandote contra el bruscamente y se posicionó sobre ti tomándote fuertemente de las muñecas colocándolas sobre tu cabeza.
-No haremos nada que tu no quieras, preciosa- Se burló notando la tela de tus pantalones estár suficientemente humeda para saber que deseabas aquello profundamente.
-¿Sabes lo duro que fue...- Introdujo su dedo medio en tu vagina y soltaste un audible gemido -ver a través de esa ventana cómo él te cojía cada noche?- Añadió otro de sus dedos y comenzó a penetrarte con ellos, dentro y fuera, dentro y fuera observando tus labios ligeramente abiertos para él. Te besó como nadie nunca te había besado antes, sentiste el extraño sabor de la pintura roja en su boca y una de sus rodillas se mantuvo entre tus piernas para obligarte a mantenerlas abiertas. Sus besos bajaron por tu mandíbula lentamente hasta llegar a tu cuello.
-Desabrochate la blusa- Te ordenó, tus dedos temblaban al tacto de cada botón y él te miró con deseo en la oscuridad, tu piel tersa bajo el detallado sosten de encaje que dejaba ligeramente a la vista tus rosados y erectos pezones. Te había deseado con firmeza durante tanto tiempo, que el tenerte ahora ante su goce estaba siendo suficiente.

La yema de su pulgar acarició tu areola, y lo hizo con tanta dedicación como sí estuvieras hecha de cristal, como sí el hecho de acariciarte fuera de total devoción y admiración, como sí deseara mantener grabada la forma de cada parte de tu cuerpo.
-Eres mía, _____- Bajó la tela del sostén, descubriendo tus senos y su lengua caliente recorrió cada parte de ellos -Dime que eres mía- Bajaste tus brazos con cautela y los colocaste sobre sus hombros apretandolos un poco por el placer
-S-soy tuya- Sonrió ante la aclaración y lo empujaste ligeramente hacía abajo, entendió fácilmente lo que querías y lo haría con gusto.

Desabotonó tus jeans corriendolos a lo largo de tus piernas hasta tirarlos al suelo. Tu entrepierna goteaba del buen trabajo que había hecho follandote con sus dedos, dejó besos pequeños en tus muslos cada vez subiendo más y más, la punta de su nariz y barbilla hundieron la tela de las bragas mientras besaba con vaivén tu centro. Subió una de tus piernas a su hombro para tener un mejor ángulo, verlo arrodillado para complacerte estaba siendo tortuoso para ti, lo necesitabas dentro, tus bragas tocaron el suelo y probó tus fluidos por primera vez, justo como se lo imaginó desde el principio, sabías tan dulce, tan bien, como a ese tazón de arándanos que su madre solía preparar para él. Tus pies se curvearon ante el placer que sentiste cuando introdujo su lengua y sus dedos se enterraban en la piel de tu cadera, buscaste algo en lo que sostenerte y él tomó una de tus manos para dirigirla a su cabeza, estrechaste su cabello entre tus dedos sin apartar tu atención de Arthur el cual mantenía sus ojos cerrados al probarte. Bajó una de sus manos al cierre de su pantalón, liberando su erección para darse placer a él mismo, su empuñadura se movió alrededor de arriba a abajo, dejándo salir unos apenas audibles jadeos de su garganta. Estabas a nada de venirte, intentaste apartarlo de ti sintiéndo las punzadas de placer en tus labios vaginales.
-Follame- Fue mas una orden que una sugerencia. Tomó asiento en el sofá sin quitar su mirada de ti, su miembro estaba firme y la cabeza ligeramente rosada de su pene la cubría una delgada capa de fluido pre-seminal
-Ven aquí- Te sentiste avergonzada por el hecho de estár desnuda frente a él, no lo conocías en absoluto y te hacía sentir tan caliente, mas que cualquier otro hombre con el que hayas estado. Gateaste sobre los cojines afelpados del sillón hasta llegar a él, acarició tu mejilla despacio hasta llegar a tu barbilla para obligarte a mirarlo.
-Eres muy obediente, _____- Tomó tus labios entre sus dientes mordiendolos e impregnando su fragancia en ti, Arthur olía a cigarrillos, vainilla y sudor. Su maquillaje estropeado y el hilo de sangre que se extendía de debajo de su nariz hasta sus labios lo hacían ver tan atractivo -De ahora en adelante- Te acercó a él y su cálido aliento toco el borde de tu oreja, enviando escalofríos a tu espalda en cuestión de un par de segundos -Cuando hayan venido por mi todos esos...imbeciles oficiales- Rió -Y ya no esté aquí los próximos meses, vas a encargarte de tocarte mirándo justo a mi apartamento- El tono de su voz te provocó -Y cerraras los ojos, pensándo en todo lo que voy a hacerte esta noche por haberme hecho sentir miserable cuando ese hijo de puta te follaba frente a mi-  Una sonrisa se dibujó en sus labios -¿Entendiste bien?- Asentiste, te atrajó a él bruscamente obligándote a montarlo, sus manos se aferraron a tus glúteos y su miembro se ajustó a lo apretados que estaban tus pliegues. No era un tonto, esa posición le estaba dando el lujo de ver perfectamente como entraba y salía de ti, con cada movimiento haciéndote aún mas de su pertenencia. Su cabello ya estaba hecho un desastre, pequeñas gotas de sudor bajaron por su frente y tus senos estaban mojados gracias a la saliva que había dejado de tanto haberlos chupado.

Te imaginaste la forma en como solía verte a través de su apartamento, las tantas noches que te desnudaste para él, las mil maneras que te tocabas y llegabas a un orgasmo creyendo que estabas sola. Te imaginaste a ese hombre acariciandose con la imagen tuya en ropa interior, hundiéndose en amor y devoción por no poder tenerte.

Luego recordaste la madrugada en la que no lograbas conciliar el sueño debido a que tu cuerpo sintió escalofríos , la noche en la que sentiste que alguién estaba contigo en la habitación, la noche en la que tuviste un orgasmo sin presencia de sueños humedos y despertaste por la necesidad.
Arthur había estado ahí, sus dedos estaban tocándote bajo las sabanas y cuando observó la reacción de tu cuerpo ante sus caricias, se ocultó en el armario en silencio y te vió deslizar las manos a tu entrepierna antes de volver a dormir.

Eso fue un buen impulso para que estuvieras a nada de correrte en él, pusiste mucho de tu parte por así decirlo, brincabas sobre el pene de Arthur, la piel de tus gluteos golpeaban sus delgados muslos y eso provocava un sonido excitante en el ambiente. Tu cadera se movió lentamente y él ocultó su rostro entre tus pechos, estimulandote con impregnar pequeños besos en ti. Lucías hermosa, el placer en tu rostro era todo lo que Arthur necesitaba, saber lo mucho que podía provocar en ti. Usualmente nunca te arriesgabas a mantener relaciones sexuales sin protección o permitías que se corrieran en otro lugar de tu cuerpo, pero carajo como deseabas que Arthur se viniera dentro de ti.

No se lo impediste, sus bolas tocaban el final de tu vagina y glúteos, estaba tan duro que por su expresión sabías lo cerca que estaba de liberarse.
-Correte en mi- Suplicaste y sonrió, apartando un par de cabellos de tu rostro
-No iba a preguntartelo- Jadeó, aumentando su ritmo y la punta de su pene golpeaba rítmicamente tu punto G. Su semen caliente se expandió dentro de ti y un segundo orgasmo se apoderó de tu cuerpo hasta hacerte temblar. Su rostro se ocultó en tu cuello inhalando profundamente el perfume de cerezas que siempre llevabas. Su respiración chocó con la tuya y ambos se sentian exhaustos.
-¿Qué tal sí me limpias un poco, bonita?- Tantas noches había fantaseado con tener tus labios alrededor de su pene, que ahora era el momento.

Te pusiste de rodillas entre sus piernas abiertas, su erección ya no estaba completamente dura, era un poco mas flacido y de la punta goteaba pequeños residuos de semen. Lo tomaste entre tu mano izquierda mientras con la restante te sostenías de la tela roja de su pantalón de vestir para mantener el equilibrio de lo débil que te encontrabas por el intenso orgasmo que te había otorgado. Bajaste un poco el prepucio y tu lengua acarició la piel mas sensible, su sabor era salado y suave, te dedicaste a llevar a tu boca cada fluido en el, Arthur se sintió maravillado de lo buena que eras.

Las sirenas en el exterior comenzarón a reflejarse en las paredes del apartamento, sabía perfectamente que lo estaban buscando en el edificio de enfrente, donde solía vivir junto a su madre, pero no tardarían mucho en buscar en este también. Como deseó que te tomaras tu tiempo, pero era imposible, no quería arrastrarte con él siendo complice de todo el caos que había provocado. 
-Creo que aquí acabó nuestro pequeño juego, gatita- Te ayudó a incorporarte y fue ahora él quién se levantó cerrando la cremallera de su pantalón.

Se inclinó posicionando sus manos al lado de tus mejillas y sus labios se hundieron en los tuyos de la manera mas profunda y romántica posible que incluso se sentía triste, atrapaste su labio inferior entre tus dientes mordiendolo un poco, su reacción de dolor y placer fue suficiente para que sonrieras ligeramente. Después de lo que parecieron minutos, se alejo con un jadeo aliviado y llevó sus dedos a la herida de la cual comenzó a brotar un poco de sangre.
-¿Vas a volver?- Internamente esperabas que su respuesta fuera un 'si'.
-Así lo tengo previsto- Sonrió y su pulgar se deslizó sobre tus labios y la comisura de estos. Por el sabor a metal de la sangre, sabías que había dibujado una sonrisa en ellos.

Esa noche él se marchó y al día siguiente cada canal noticiero en Gotham estaban repletos con notas sobre el asesino de los 3 chicos de Wall Street, Murray Franklin y Randall Fleshler. (No pongo a Penny porque creo que nadie se enteró que él la mató)

Se referían a él como 'Joker' hasta que uno de los canales televisivos reveló el verdadero nombre del hombre que te volvió loca la noche anterior, lo cual para ti fue suficiente. 'Arthur Fleck'. 

Imaginas & Oneshots (Arthur Fleck/Joker)Where stories live. Discover now