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Ella era la única flor que había entre tantos espinos y hierba mala, amaba el brillo de sus ojos cuando se reflejaba el mar, su cara iluminada por las hojas blancas de un libro nuevo era lo más bello del día, su pasión por las cosas simples de la vida era inspirador. Su alma rebelde y revolucionaria abría las mentes hasta de los más obtusos y retrógradas seres. Algún día encontrará un jardín donde pueda crecer lejos de los espinos que la oprimían y le las malas hierbas que la querían secar. Un alma como la de ella solo merece libertad y amor

Versos rotos de una persona rota.Where stories live. Discover now