Conociendo a los merodeadores (Sirius Black Y Casidi Potter)

Capitulo 79 - Duelo -

Las criaturas andaban de un lado a otro, con platos, alimentos y bebidas, arriba debian de estar comiendo todos los alumnos para que estuvieran de aquella manera, no parecía molestos o cansados de su trabajo si no al contrario alegres de servir a sus diferentes amos.

- Ahora cualquier compañia es más agradable que la de arriba - señalo el techo donde estaban los alumnos y las mesas.

Desde hacía días que no tocaba el piso del gran comedor, no era por vergüenza o molestia simplemente por que le dolía, le dolía ver que Dumbledore no estaba en su habitual silla, que era ignorada por su padre y su tío y sobre todo que era la peste más grande de todo Hogwarts.

- Me reconforta que mi presencia le sea más agradable que la de los demás - dijo en modo de broma hasta que repentinamente se puso serio y suspiro - Lo digo enserio Casidi no deberias de estar aquí, deberias de andar por los pasillos y los comedores con el mentón en alto puesto no eres la atacante y nadie puede decir lo contrario -

- Basta Regulus, no me molesta ¿Si? Los elfos son demaciado amables conmigo, me alimentan, cumplen mis caprichos y estoy bien rodeada de ellos -

- ¿Entonces por que pareces tan enferma? - se quedó callada ante su pregunta - Pensé que con el tiempo y por qué me acercaba a usted mejoraría, pero no lo ha hecho, lo que me hace pensar indudablemente, que aquien necesita no es a mi -

- ¿Que? - levanto el rostro de su plato y lo miro.

- Vamos Casidi no tiene que actuar sorprendida ni siquiera tiene que avergonzarse, esto ya lo sabía incluso antes de volver a entablar una amistad contigo, me temo, y demaciado la verdad, que no soy la persona indicada para hacerla mejorar, no es a mi a quien necesita o requiere y ambos sabemos quienes son esas personas -

Permaneció en silencio más tiempo del debido, escucharon de fondo el sonido de los sartenes y las teteras.

- Lo lamento -

No valía la pena mentir, el tenía razón y ambos lo sabían.

- ¿Lamentar que? El echo de que su enorme corazón ama tanto a sus amigos que no es capaz de olvidarlos, que usted no es cruel e inhumana como los son ellos para dejarlos como si jamás hubieran existido - el chico estiró una mano y pretendió tomar la suya pero se detuvo a mita de camino - Comprenda Stone que jamás podría dañarme, jamás se disculpe conmigo, no importa la razón, el motivo o la situación, jamás vuelva hacerlo - suspiro con pesar y su mirada gris se perdió en los bocadillos - Me duele el no ser yo el que pueda salvarla de su calvario pero... Pero no importa ese dolor mientras usted siga bien -

- Regulus ellos no lo son todo, tu también me das la paz y cariño que necesito, eres incluso más de lo que ellos me pueden dar -

- Lo se - asintió aunque no parecía muy convencido - Pero hay algo, no se como explicarlo, pero estoy seguro de que hay una razón por la que ellos sean tan importantes en su vida -

Era verdad, James era su padre era el hombre al que había querido conocer toda su vida, y Sirius, el era el único que provocaba sentimientos verdaderos y tan puros que hasta le asustaba.

- Cuando esto se arregle solo espero señorita Stone y desde el fondo de mi corazon, que usted pueda lucir como antes, ya no importa si es conmigo o con ellos, solo debe mantenerse estable -

- Soy la de antes -

- No, no lo es, y no me malinterprete en cada faceta es igual de bella y perfecta pero se ve que esto de verdad te esta afectando -

Sus ojos fueron tan tristes al recorrerla que por unos segundos de verdad creyó que era otra.

¿Tan mal se encontraba?  No quiso saber la respuesta.