PD1: cuando seas la gran y poderosa señora del clan le haces un gran dedo medio y vienes a visitarnos.

PD2: Te amamos. Melissa, papá y mamá."

Darius caminaba a mi lado serio, sus ojos firmes en la línea horizontal de su mirada. Antes de terminar el gran pasillo y a unos metros previos a mi prometido, me detuve e intentando que nadie más oyera, susurré.

—Espero que comprendas la abismal diferencia entre lealtad y fidelidad —lo observé seria a él, quien ante mis ojos dejó de ser el imponente hombre que se encargaba de proteger y velar por el bienestar de mi futuro marido. —Y el día en que el momento llegué, sepas hacer lo correcto. Eso —señalé su puño, —ha sido solo una deducción de mi parte.

Me sentí eufórica y orgullosa de mi misma al dejarle en claro que yo solo me hacía cargo de mis deducciones, no de su verdad. Ahora entendía porque la señora Violet se había molestado tanto con mi falta de carácter. La Thara de hace dos semanas atrás hubiese disfrutado la comidilla del chismerío que este insólito, pero esperado, triangulo trajese.

No ahora.

—¿Qué te sucede? —preguntó Märco cuando llegué a su lado. Él beso mis nudillos, —Pareciera que hubieses comido heces en lugar de estar festejando tu boda.

Miré esos fríos ojos azules y una resolución se abrió paso en mi cabeza: yo los calentaría.

"Quiero que sepas que deseo esto con todo mi corazón"

"Märco Sneider, yo te elijo ahora y siempre."

Lo que esperaba era recibir una mirada de sorpresa más no una lastimera. Por una fracción de segundo, que es lo que se habitúa decir en estos casos, pude ver ese hielo cristalizarse. Fragmentarse a causa de mis palabras.

—Lo sé.

Märco

Había aprovechado el ajetreo que mi madre estaba haciendo con la boda y la elección del súbdito de Thara para realizar un pequeño viaje y que nadie notara mi ausencia.

Lamentablemente el viaje relámpago hasta Luxemburgo había resultado frustrante.

Después de que Darius informara que el pequeño clan allí radicado no había tenido oportunidad de defenderse o pedir ayuda, decidí que lo mejor era un análisis directo de la zona de la catástrofe.

—¿Crees que preveían el ataque y por eso su ímpetu en aliarse? —pregunté en voz alta con una sola idea en mente; quien hizo esto buscaba esconder algo.

Íbamos en el avión después de haber coordinado una visita con uno de los sobrevivientes del ataque. El centinela nos había informado que nadie notable había visitado la cuidad, pero que una noche previa a los ataques, se había visto una celebración privada por la llegada de alguien en casa de los líderes.

—No lo creo, son demasiados años esperando la aprobación —respondió Darius con seriedad, él ojeaba un informe que Joseff había enviado de nuestra frontera. Lo único que tenían en común los ataques era el clan involucrado. —Según recuerdo el anciano líder de Luxemburgo no tenía posibilidad de ver el futuro... destacaban más bien en habilidades físicas —rascó su barbilla, —y los pequeños aliados de las últimas décadas poseían habilidades básicas.

Había algo escapando de mi razón.

Una vez que descendimos del avión, y posterior a avisar al piloto que estaríamos de regreso en unas cuatro horas nos dirigimos a la ciudad, no sin antes detenerme en un lugar en concreto.

El ambiente allí era lúgubre. Para la mayoría de la población, humanos, había pasado como un trágico accidente a causa de una perdida masiva de gas y que había finalizado con un par de explosiones seguidas.

HIELO [en tu mirar]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin