¿Dónde está el amor?

3.6K 153 222
                                    

Una gota de sudor se deslizaba por el bello cutis de la frente de Sarada Uchiha.

La pelinegra yacía seria firmando unos documentos en su oficina.

El calor de ese medio día la ponía de mal humor.

Luego del supiro número 124 de día, tuvo que volver a tomar aire para decir:

Sarada: ¡Adelante!

La puerta de la oficina se abrió y quién entraba era su ex-compañero de equipo.

Boruto: Buenos días Señorita Hokage.

Sarada: ¡Boruto!

La alegría reflejada por la sonrisa y el brillo en los ojos de la Uchiha no se hacía rogar.

Sarada: Me alegra mucho que estés aquí. Debo suponer que la misión fue un éxito...

El rubio asintió la cabeza con mucho orgullo.

Boruto: En efecto.

Sarada: Excelente. No podía esperar menos del mejor shinobi de la aldea.

Boruto: Te recuerdo que eres tú la que está en el trono de Hokage...

Sarada: No es un trono. Es una silla. Y eso es debido a que eres un pelmazo en cuestiones diplomáticas y administrativas. Pero eras el candidato firme a dirigir la aldea.

Boruto: Yo creo que hicieron lo correcto en posar sus ojos en tí.

Sarada debió cambiar de tema por el sonrojo que le provocaba el rubio.

Sarada: Te tengo buenas noticias...

Boruto: ¿Vas a aceptar mi petición sobre el cupón de hamburguesas gratis para shinobis?

Sarada: Ni loca. Acaba de llegar una misión de clase A para este sábado. Así que ya tienes quehacer muchacho.

Boruto: Este... Sarada...

La interrupción de Boruto no era normal.

Él no se rehusaba a ese tipo de encargos.

Lo que alarmó un poco a la Hokage.

Sarada: ¿Hay algo que quieras decirme?

Boruto: Sí. Es que... quedé con Sumirse para este sábado y no quiero cancelar nuestra cita. Dijo que tenía un anuncio importante que hacerme.

Sarada: Ya veo...

La desilusión en la cara de la Uchiha se notaba.

Luego de unos incómodos segundos de silencio, Sarada prosiguió.

Sarada: ¡De acuerdo! Enviaré a otro shinobi de alto rango. No te preocupes.

Boruto: En verdad te lo agradezco Sarada. No quiero faltarte el respeto negándome, es solo que...

Sarada: Oye, oye. Tienes una cita con tu novia y lo entiendo. No tienes nada que explicar aquí.

La sonrisa del rubio iluminó la habitación para Sarada.

Boruto: Te lo agradezco mucho. Me retiro.

Luego de inclinarse ante su superior, el Uzumaki se marchó.

Al oír la puerta cerrarse, Sarada lanzó otro suspiro, pero de los largos.

Cho-cho: Así que todavía te gusta...

Sarada: ¡¿NOS ESTABAS ESPIANDO?!

Cho-cho: Oye, yo siempre estuve aquí. Lo que pasa es que ustedes, tortolitos, pierden la noción del espacio cuando están juntos.

One-shot BoruSaraWhere stories live. Discover now