Gatito Draco ya no era un gatito, ya es un gato grande de 3 años.
Un gato muy hermoso a opinión de su padre, que le decía que había heredado la belleza de su mamá, y por supuesto, el difícil carácter.
Junto con su mamá gata, había ganado muchos concursos de mascotas, siempre quedando en primer lugar.
Acababa de volver de Londres de un desfile de modas, su ama Pansy recién convertida en diseñadora de ropa, le pareció buena idea darse un viaje a la glamurosa Londres para inspirarse y crear sus propios diseños.
Ahora mismo está con el veterinario, siempre tiene citas cada 2 meses con él, le gustaba su ama verificar que este sano, y pues, ya le tomo costumbre que le examinaran, es un gato que siempre está al ojo del público.
Aunque no puede decir lo mismo de Pavo Blaise.
Sentado en la barra de la caja mostradora, a la esperaba de su dueña que salió retirar algo de dinero para pagar la consulta, volteo su mirada al escuchar la campana de la puerta, entrando un nuevo cliente.
Era una chica rubia, cabello ondulado con flores, mirada soñadora y sonrisitas, que apenas le vio pretendió acariciarlo, pero le gruño, no cualquiera podía tocarlo, menos al ver que traía sus manos sucias de tierra.
Con ella iba consigo un perro grande, un pastor alemán cruzado si no estaba mal, junto con ella una jaula donde se mostraba un gato anaranjado nervioso.
Pensó en lo poco que se cuidaba ese gato de sí mismo, el pelaje era un asco, y sus modales inexistentes.
El gato anaranjado el gruño al percatarse de su crítica, mientras que el solo le miro indiferente.
Pero el perro salió a su defensa, ladrándole en reprimenda.
Su mirada gris paso al perro, observándolo fijamente un poco para abrir los ojos sorprendido.
Era perrito Harry, se alegró mucho al verlo de nuevo.
Pero no era mutuo, perro Harry le gruño en advertencia, no muy feliz, y más por el insulto que le haba hecho a su amigo Gato Ronald.
Ofendido de preferir aquel gato que a el, de un momento a otro Luna trataba de separar a Perro Harry de Gato Draco.
Pansy había entrado, y grito escandalizada al ver tal escena, usando la aspiradora para asustar al enorme can.
Gato Draco estaba asustado, temblando en una esquina, faltándole algunos mechones de pelaje.
Perro Harry se quejaba de dolor por los aruñones en su hocico, gimoteando arrepentido.
