⚡️ 8 ⚡️

993 43 5
                                    


M A T E O

Había pasado una semana en la que me había acercado demasiado a Alex, esa chica me hacía bien y era muy piola.

Ahora mismo me estaba alistando para ir al departamento de Alex, hoy era sábado y había quedado con ella para ver una película, obvio llevaría a Emi.

— Dale Matu, ya vamos tarde -se quejó Emi entrando a mi cuarto.

— Ya estoy yendo -respondí.

Tomé una campera negra y bajé junto a Emi hasta la cocina en donde estaba mi viejo.

— ¿Y a dónde van boluditos? -preguntó al vernos listos.

— A lo de Alex -me senté en un taburete; tomé una manzana y la mordí.

— Dale descanso a la nena -rió- ¿para cuando lo hacen oficial?

— No hinches, sólo somos amigos -rodé los ojos. Todos los días me decía lo mismo.

— Ndaaah como querrás -se levantó- vamos que los llevo.

Salimos de la casa y en unos minutos ya estábamos en el departamento de los Caccini, no quedaba tan lejos.

— Me llamas cualquier cosa Matu -avisó mi viejo.

— Dale -asentí.

Entramos al edificio y tocamos el timbre. Segundos después nos abrió Alex sonriente.

— Hola mi amor -abrazó a Emi y le llenó la cara de besos- Hola Mateo -besó mi cachete.

— Sos re seca conmigo eh -me hice el dolido.

— Callate y entra -rió.

A L E S S I A

Deje que los nenes pasaran y saludaron a Santi que iba a ver la película con nosotros.

— ¡Veamos cars! -chilló Emi tirándose al sofá.

— No Emi -rodó los ojos Mateo- la vimos banda de veces.

— Dejalo, vamos a ver cars -sonreí.

— ¿Fuera de joda? -Santi me miró.

— Si, anda a que Emi escoja la película-le indiqué a Santi- yo voy por los snacks.

— Te acompaño -Mateo me siguió hasta la cocina.

Saqué dos bowls en donde iba a poner las pipocas y nachos junto a una salsa.

— ¿Me vas a ayudar o que? -miré a Mateo que parecía estar en la luna.

— ¿Ah? Si si si -salió de su trance.

— Fijate quién es, porfa -señalé a mi teléfono que estaba sonando en la encimera.

— Es una llamada de una tal Lena -me miró confundido.

— Contesta y decile que estoy ocupada -indiqué.

Mientras las pipocas se hacían en el microondas, me puse a preparar la salsa para nachos.

— Hola Lena, soy Mateo..., ahorita no te puedo pasar con ella, estamos ocupados -se escuchó como gritaban en la otra línea- si soy yo..., no estamos haciendo nada malo..., dale cuidate..., chau.

— ¿Que quería? -reí al ver su cara.

— Que la llames después -dejó el teléfono de lado y se acercó a mí.

— Bueno, ¿podes sacar las pipocas? -pregunté, ya estaban listas. Mateo asintió y fue por ellas.

— Apura que me muero de hambre -se quejó.

Relámpago |Trueno|Where stories live. Discover now