No me caes bien

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Virgo ♍

Llegamos a su habitación y este me tira a la cama, sorprendiendome. Me sonríe coqueto y yo sólo suspiro cansada. El ayer no me hizo nada, ya que dijo que no estaba de humor y también que no era su tipo. Pero como si él fuera el mío de todas formas.

-Aqui tienes tu ropa nueva. Ahí está el baño bonita.- me dice sentándose en una silla y fijando su mirada en su teléfono. Yo lo miro sospechosa, pero el no hace nada. Me levanto con un suspiro y cojo la ropa para meterme en el baño.

Al entrar veo una bañera y dejo la ropa limpia encima del retrete para poder quitarme el sucio uniforme. Me miro al espejo y veo que me hace falta un buen baño.

Me desnudó por completo, olvidando cerrar la puerta con pestillo. Me meto en la bañera, ya llena de un agua caliente y con burbujas. Al entrar y acomodarme por completo, no puedo evitar soltar un gemido de placer. Un baño de burbujas calentito es lo que necesitaba en estos momentos tan estresantes y difíciles.

Estoy de espaldas a la puerta, cerrando los ojos para poder descansar un poco. Siento como me voy hundiendo más para poder mojarme la cabeza. Me bajo por completo, mojándome mi oscuro cabello y vuelvo a levantar la cabeza para poder respirar.

De repente siento unas grandes manos en mis hombros, dándome una especie de masaje. Suelto un gemido fuerte al sentir como sus dedos se hunden en mi suave piel. No puedo evitar poner mis dos manos en los extremos de la bañera, sujetándome. Mi cuerpo pedía mas, más caricias por parte de él. Siento como alguien pone su boca en mi oído respirando lentamente. Su aliento me eriza los pelos del cuello. Él baja sus grandes manos, llegando a mis pechos. No me opongo, sintiendo el contacto tan placentero de sus manos en mi cuerpo. Su respiración también se va acelerando, dándome a entender que a él también le estaba gustando. Mis gemidos se hacen más altos y sus movimientos me empiezan a nublar el pensamiento. Cuando sus manos bajan a mis caderas, ya no puedo evitar soltar un gemido ronco que lo enciende más. Él se levanta un poco, para poder llegar mejor y seguir con su trabajo. Noto que estruja mis nalgas, sabiendo que estaba a punto de llegar ahí. Se que tengo que detenerle de una vez, sino no se podrá parar y yo tampoco.

Mis manos cogen las suyas para quitarlas de mi culo. Este baja su cabeza para apoyarla en mi mojado hombro.

-Casi te llevo a las estrellas nena. Pero si me paras ahora...- me dice en susurro un poco ronco. Mi respiración esta cada vez más agitada y tenerlo tan cerca no está ayudando para nada en pararlo.

Me giró para poder verle la cara y este sonríe coqueto. En ese momento lo único que quiero es sentirle dentro de mi al completo. Veo que tiene su camisa abierta, no dejándome apartar la vista de su trabajado cuerpo. Este nota esto y se la abre más, como si hubiera leído mis pensamientos. Me muerdo el labio con fuerza, intentando contener las ganas de atraerlo hacia mi. Este me sonríe seductor. Es tan tentador, tan jodidamente sexy...

-Me tengo que vestir así que si no te importa.- le digo apartando la mirada y dándole la espalda de nuevo. Escucho como se ríe, y yo trago en seco.

Este chico no me daba miedo, más bien me ponía nerviosa. Su altura imponía mucho, al igual que su mirada fuerte y sus grandes brazos. Algo en él me asustaba, pero por otra parte me intrigaba...

-Lo que tu decidas, nena. - siento su respiración alejándose y escuchó como la puerta se cierra de golpe. Me asusto, pero no puedo evitar soltar todo el aire que había estado conteniendo estos últimos segundos.

Me seco con rapidez y me pongo la camiseta verde oscura y unos pantalones de chándal que me iban bastante ajustados. Me recojo el pelo en una coleta baja y salgo del baño. Veo a G de pie con su teléfono en la oreja y escuchando atentamente a lo que decía la persona con la que hablaba.

El me ve y cuelga rápidamente, dedicándome una pequeña sonrisa divertida. Yo solo le miro seria, mostrando ninguna emoción.

-Vamos a comer con los demás nena.- me informa ofreciéndome su mano como si él fuera un caballero. Pero el no es uno, y nunca lo será.

Acuario ♒️

-¿No me vas a hablar o que?- le digo ya sin  paciencia a la rubia que tengo delante.

Desde que nos besamos ayer no se digna a hablarme o mirarme incluso. Además, no se porque la abraze o porque la intenté consolar. No es que quisiera que fuéramos amigos o algo parecido y muchos menos me importa lo que haga ella, pero no me gusta que me ignoren y más si es una chica.

Ella sigue dándome la espalda y de un movimiento la giro para que me mire a la cara. Sus ojos se posan en los míos y veo preocupación.

-¿Sabes que no te voy a hacer nada verdad?- le digo divertido y esta solo se muerde el labio nerviosa.

Empieza a jugar con sus manos y lo primero que se me ocurre es cogérselas. Ella levanta la mirada de golpe. Me pierdo en sus ojos, quedándome hipnotizado. Ella suelta una de mis manos para quitarme el pelo de la cara y no me opongo.

Al sentir sus dedos rozar mi piel no me puedo controlar más y le cojo la cara para poder besarla. Ella me responde al beso de inmediato y me tira de la cara hacia abajo, ya que es más bajita que yo, para que no me separe de ella.

La alzó en vilo y la siento en la mesa para poder estar más cómodos. Siento sus pequeñas manos recorrer mi espalda, dejando algún arañazo por el camino. Yo pongo mis manos en sus caderas y no puedo evitar soltar un gemido al sentir un arañazo en mi espalda. Ella sonríe ante esto y vuelve a atacar mi boca con deseo, como si hubiera estado esperando media vida para volver a besarme. Le abro la camisa más para poder ver su sostén de un color verde oscuro. Ella hace lo mismo con mi camisa y mientras bajo de nuevo mis manos a su culo. Yo le estrujo las nalgas con fuerza y ella se separa para soltar un gemido agudo. Yo aprovecho esta acción para probar su tentador cuello, que al besarlo me pone más caliente de lo que ya estaba antes. Ella gime con puro placer, cogiéndome del pelo. Yo bajo mi mano a su parte femenina, que ya indicaba que estaba mojada desde hace un rato. En cualquier momento explotaría...

-Al por favor, por favor...- dice al notar mis intenciones. Yo la miro a los ojos, pensando que quería parar.

-¿Por que paras?- Yo me sorprendo ante esto y sonrió divertido antes de introducir mis dedos ahí. Ella coge mi cabeza con fuerza, soltando un fuerte gemido.

-¡Dios!- exclama ella y yo sonrió.

Sigo y Sara me pide más. Seguimos así un rato, yo sintiendo las ganas de quitar mis dedos y meter ahí dentro algo más fuerte. Pero si hiciera eso, no podría parar, mejor dicho, no podríamos parar.

Cuando ya está cansada, paro para que descanse y recobre el aliento. Los dos estamos agotados y ella se quita el pelo de la frente sudada.

-Esto no ha pasado.- me dice al ajustase la falda del colegio. Yo alzo las cejas divertido y ella se mete en el baño con la ropa para cambiarse. Esta chica no la entendía para nada. Mujeres....

Secuestro ZODIACALWhere stories live. Discover now