Por la mañana el ruido de la puerta despertó a la chica y con cuidado se levantó colocándose una bata de seda para atender.
- Buenos días Saori espero tuvieras una linda noche. - le sonreía cómplice sakura. - vengo a dejarte ropa para el Sr. Uchiha. - decía pasándole una pequeña maleta. - hoy tienes el día libre mañana por la mañana sale nuestro vuelo de regreso.
Después de eso la pelirrosa se alejo de la habitación no sin antes confirmarle que ella misma pasaría unas horas antes para despertarla por la mañana.
- quién era?. - preguntaba a su espalda el mayor ya con ropa interior.
- vinieron a dejarte eso. - miraba divertida al uchiha mostrándole una pequeña maleta.
El mayor sonrió besándola y ambos se dispusieron a bañarse y arreglarse ya que disfrutarán su día libre juntos turistiando y divirtiéndose juntos.
Saori parecía una niña pequeña brincando de un lado a otro, sonriente y feliz mientras que shisui disfrutaba de la felicidad de ella. Hacía bastante tiempo que no la veía tan emocionada y tranquila disfrutando de un paseo.
- deja de mirarme así. - decía Saori divertida. - pareces un acosador.
- disculpe usted señorita Nakahara pero me es imposible dejar de admirar su belleza. - sonreía coqueto.
Ambos estallaron en risas y continuaron su camino juntos.
Pasaron prácticamente todo el día juntos y la noche disfrutando de la compañía del otro hasta que llegó el momento de despedirse pues el vuelo de shisui salía unas horas antes que el de Saori y sakura.
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- hogar dulce hogar. - soltaba cansada la joven mientras dejaba su maleta en la sala.
- que tal el viaje?. - preguntaba kakashi. - algo que tenga que saber. - La miraba divertido.
- lo sabias? Verdad?. - decía con la mirada acusadora.
- por algo nadie fue contigo, contábamos con shisui. - respondía tranquilo.
- pudieron decírmelo. - reclamaba haciéndose la molesta.
- le hubiera quitado el encanto. - levantaba los hombros restandole importancia.
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En un restaurante en el centro de la ciudad Fugaku Uchiha y Raza Nakahara se encuentraban solos en una reunión de la que solo muy pocas personas tenían conocimiento.
- nunca pensé que volveríamos a reunirnos. - soltaba el pelirrojo.
- supongo que los hijos lo valen. - suspiraba Fugaku.
- gracias por esto, no sabes lo tranquilo que me siento ahora que ustedes también velan por ella. - agradecía el Nakahara.
- es una chica increíble y además la hija de mi mejor amigo es como mi hija y nadie se mete con la familia y se queda tan tranquilo. - aseguraba el pelinegro.
- has tenido noticias sobre los hyuga?. - preguntaba Raza. - alguna novedad?
- han estado reuniéndose en secreto con Shinki y su padre, además hubo una gran inyección de capital en los últimos días de una empresa que pertenece a un prestanombres del Senri. - informaba a su amigo.
- yo sabía que había algo raro con ellos, malditos traidores. - soltaba molesto.
- creo que deberíamos hacerles ver que la familia Nakahara no está sola y que no les tienen miedo. - miraba seguro a su compañero.
- no tendrán problema con el secretario de relaciones exteriores?. - preguntaba dudoso.
- se formó un acuerdo prenupcial que preveía esto así que no, no tienen nada con que atacarnos. - sonreía de lado el Moreno.
- bien entonces hagamos oficialmente. - chocaban sus copas mientras continuaban afinando algunos detalles.
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Era viernes y Saori había ido con Temari y su madre para comprar un vestido de graduación pues ya faltaba una semana y la joven aun no elegía.
- ese! Ese es hermoso!. - gritaba emocionada su madre.
- ehhh no es para tanto. - reía burlona Temari para molestar a su hermana. - no es cierto hermana luces increíble.
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Después de comprar el vestido de graduación Temari y su madre se miraron cómplices y continuaron viendo vestidos cosa que divirtió a Saori pues para ella ambas compraban demasiado pero las veía emocionadas y no les quitaría eso.
Las mujeres se acercaron a una tienda de vestidos y observando el aparador sonrieron emocionadas y jalaron a la más joven para ingresar.
- por décima vez no necesito otro vestido puedo usar el mismo. - miraba a su madre y hermana pues la habían hecho probarse un vestido con el pretexto de que necesitaba otro para la fiesta que darían en casa de los Nakahara en su honor.
- hermanita hazme caso yo se lo que hago. - sonreía abiertamente Temari.
Finalmente compraron el segundo vestido con los zapatos y accesorios para después regresar a casa.
