Capítulo 28: "El sofá blanco"

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-Sí, he dormido en su casa.

-¿Sigues ahí?

-Sí, estaba a punto de desayunar.

-¿Oh, si quieres te llamo luego?

-No, no estoy ahora sola, podemos hablar- no me apetece que me vuelva a llamar.

-Bueno...tú y Pablo. Me ha dicho tu madre que es buen chico.

-Lo es- admito.

-¿Y vais en serio?

-Sí, llevamos poco saliendo, pero le conocí en Julio. Y no sé, le quiero- es la primera vez que lo digo en voz alta, no esperaba que mi padre fuera el primero en oír esas palabras salir de mi boca, y cuando lo digo me doy cuenta de que de verdad lo siento: le quiero.

-¡Eso es genial!- chilla- Se te nota feliz.

-Sí, con él soy diferente, supongo que él me hace ser mejor- confieso.

-Entonces dile que te acompañe- dice, no sé a que se refiere.

-¿A dónde?

-A mi boda- estas palabras hacen que mi boca se abra.

-¿Q...qué?

-Hace poco le pedí la mano a Caitlyn, nos casamos el año que viene, en verano- bueno al menos ha tenido la decencia de decírmelo mucho antes. Caitlyn era su novia, bueno ahora prometida, ya llevaban bastante tiempo juntos, al parecer cuando mi padre se mudó a Londres la conoció allí en su trabajo, desde entonces son inseparables. De las pocas veces que he ido a visitar a mi padre a Londres, la he podido conocer, y se ve que es buena persona, tiene la edad de mi padre, lo que me parecía bien, es rubia con los ojos azules.

-Me alegro mucho-

-¿Entonces vendrás?- pregunta- Yo os pago el viaje y os podréis quedar aquí en casa a dormir.

-No sé papá, aun queda mucho, ya lo iremos hablando- es verdad, en un año puede pasar de todo.

-Vale, pero a Caitlyn le haría mucha ilusión que fueras su dama de honor, ya sabes que no tiene ninguna hija y lo mas próximo a eso eres tu.

-Vale, lo haré.

-Muchas gracias pequeña- puedo notar por su tono de voz que está realmente feliz.

-Papá me tengo que ir, Pablo me está  esperando- comento.

-Vale, te llamaré otra vez la semana que viene para hablar de eso que me ha comentado tu madre.

-Vale...

-Te quiero.

-Y yo- cuelgo.

Nada mas colgar, dejo el teléfono en la mesilla y me hincho a desayunar, la llamada de mi padre me ha dejado con más hambre de la que tenía ya, y tengo muchas ganas de ver a Pablo. Cuando termino, me levanto y hago lo que dice en la nota, "sigue la música" aunque no lo entiendo. No encuentro mi vestido por ninguna parte, así que abro la puerta y me bajo más la camiseta de Pablo para cubrirme un poco, el suelo está frío bajo mis pies cuando salgo al pasillo. Miro a cada lado, son las 10 de la mañana, y realmente espero que nadie esté despierto, estoy prácticamente desnuda, eso sería muy vergonzoso. No hay ni rastro de música en la primera planta así que bajo de puntillas las escaleras, tendría que haber buscado en el armario de Pablo unos calcetines.

Cuando llego a la planta, consigo oír los acordes de una guitarra, el sonido viene de abajo, miro las escaleras por donde salió Pablo el día que su madre nos lo presentó. ¿Un sótano? ¿En serio? Bajo las escaleras con cuidado de no caerme y una puerta me separa de lo que hay detrás. Llamo a la puerta y oigo como Pablo deja de tocar la guitarra.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt