Capítulo IX

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Pov omnipresente

—¿enserio te encerrastes dos semanas en tu habitación? —le preguntó con un tono burlesco mientras que alargaba más su sonrisa dejando ver más sus afilados dientes.

La chica solo se giro y miro al ser de la gabardina apoyado en la pared de un callejón cruzado de brazos.

—eso a ti no te incumbe—dijo con un tono frío y cortante que hace un tiempo no usaba, al menos con el ser de la gabardina no, siguio con su camino sin mirar al contrario a los ojos.

—¿acaso te dolió lo que te dije?~ —pregunto siguiendo a la chica, y soltó una risa burlona por parte del hombre.

—¿por qué me doleria eso? —pregunto, aunque ella conocía la respuesta decidio hacerse la desentendida, quería saber que pensaba él.

—te enamoraste~ —dijo ampliando su sonrisa, la cual desapareció cuando escucho la risa de la chica.

Ella reía aunque queria llorar, él sonreía aunque quería besarla, ellos negaban su amor aunque querían aceptarlo. ¿Por qué?, sencillo, tenían miedo, miedo de que el otro los rechazará, miedo de que esas decisiones traigan horribles consecuencias.

—¿se puede saber a que se debe tu risa? —pregunto confundido, la chica dejó de reír y lo miro.

—¿enserio creíste que yo me iba a enamorar de ti? —le preguntó mirándolo—yo no soy una más de tus putas, no soy otra estúpida que con solo unos halagos y Rosas caerá rendida a tus pies... —dijo con un tono serio— vete olvidando de mi, eres muy bueno en eso—y sin más la chica desapareció de la vista de aquel ser.

El hombre también se fue pero en la dirección contraria, en busca de alguna víctima o de un bar, lo que encontrará primero.

(...)

—entonces *hip* me dijo que *hip* la olvidara—dijo con dificultad debido a las altas cantidades de alcohol que había en su sangre.

—¿y usted que cree, joven? —le dijo el cantinero de la tercera edad al "hombre" que se encontraba frente a él con la cabeza apoyada en la barra.

—que *hip* debería ir con ella *hip*y follarmela—dijo bebiendo el trago de tequila que le acababan de entregar.

—ay joven—expresó el hombre mientras negaba con la cabeza— ¿usted está enamorado de la muchacha? —pregunto mientras limpiaba un tarro con un trapo.

—... —no dijo nada hasta que después de unos minutos de reflexión contestó—si... —contestó seguro de su respuesta.

El cantinero lo miro y en su rostro apareció una sonrisa.

—pues luche pa' enamorar a esa muchacha o la puede perder—dijo dejando el tarro a un lado y tomando otro para repetir la misma acción que con el anterior.

—¿pero como lo hago? —preguntó— ella es... Diferente al resto de chicas que he tratado—le dijo apoyando su rostro en su mano la cual estaba apoyada en la barra.

—pos' si ella es distinta al resto de chicas traté la diferente y demuestre le que usted de verdad la ama—le dijo mirando a offenderman—lleve la a un lugar especial para ambos—intento darle ánimos.

—gracias, señor —de su gabardina saca el dinero para pagar lo que consumió y darle una muy buena propina al hombre.

[Mientras en alguna parte del bosque]

Rosas Blancas (Sexual Offenderman Y Tú) -PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora