Karina soltó el arma al intentar tapar sus oídos del intenso y al parecer letal ruido, la guadaña cayó al suelo liberando el alma la cual se alejó rápidamente de Karina, el movimiento fue más rápido de lo que se pudo pensar y cuando menos lo esperaban la enorme esfera sed encontraba introduciéndose en el cuerpo de Coraline, como si intentara protegerse nuevamente. Karina observo como alexander no se había movido ni un poco, ni siquiera con el ruido letal que había salido de esa alma...un guardián que era digno de su magnificencia, en ese instante su mente reacciono dándose cuenta que algo estaba mal con él.

Karina miro hacia donde el alma se dirigía, eso no era una buena señal, las almas no emitían ruido alguno y mucho menos podían gritar...es alma era diferente al resto era demasiado poderosa, el sentimiento que había crecido con el pasar del tempo, un sentimiento que le había dado la fuerza necesaria para soltarse de un arma hecha con huesos y sangre...no había forma de que una simple alma pudiera escapar de esa manera

-esto debe ser una broma- la voz de Karina sonaba molesta y sorprendida- ¡una maldita broma!

Mel sintió como el cuerpo de su hija se calentaba a una temperatura sorprendente, tanto fue el calor que su cuerpo emanaba que Mel tuvo que soltarlo, el cuerpo cayó al suelo en un sonido sordo, la piel del cuerpo comenzó a tomar un color rojizo, como si la vida volviera a ese cascaron vacío...el cabello de color azul creció ligeramente, sus facciones delicadas tomaron un poco más de consistencia y su rostro cambio ligeramente, dando la apariencia de un joven...su cuerpo también cambio...ya no era más una niña

-su cuerpo cambio- afirmo la Beldam mientras observaba la figura del joven- ¿Por qué?

El joven se levantó del suelo con algo de dificultad, sus ojos habían adquirido de nuevo su luz, aunque una completamente diferente, sus ojos se habían enfocado en Karina la cual se mantenía alejada, observando todo con una ira que parecía emanar de su cuerpo. El joven de cabellos azules se inclinó un poco y observo sus manos notaba algo diferente, él lo sabía.

- ¿Coraline? - pregunto Mel acercándose a su hija

- ¿Coraline? - pregunto el joven de cabellos azules- ¿Quién es Coraline?

Mel se quedó quieta había, deteniendo el poco avance que había hecho, sintió sus ojos arder al intentar contener las lágrimas, incluso la voz de su pequeña niña había cambiado, ya no era la voz dulce ahora era solo la de un niño...la de un varón. El joven miro a Mel con una expresión que denotaba confusión

-yo...yo no soy Coraline-la voz del joven se escuchaba tranquila y triste-mi nombre es Liam

El joven levanto sus manos y las miro con suma atención, los recuerdos llegaban a su mente, los flashbacks eran constantes, el dolor de cabeza fue insoportable haciendo que este se doblegara y se arrodillaba en el suelo... de la nada los recuerdos pararon. El joven inclino la cabeza hacia un lado notando la presencia de la Beldam, la mujer se encontraba aun en el suelo...el joven abrió los ojos ligeramente mostrando su sorpresa

-ojos de botón- dijo el joven con una voz aterciopelada, como si acabase de despertar- ¿Por qué tienes ojos de botón?

-ojos que reflejan lo vacío que esta mi corazón...son ojos que no tienen sentimientos- la Beldam lo miraban con atención- ojos que reflejan lo duro de mi corazón

-mi madre suele decir que...incluso el corazón más duro puede doblegarse con amor- la sonrisa en los labios de Liam era genuina- también decía que el chocolate ayudaba mucho

La Beldam sonrió disimuladamente, algunos recuerdos llegaban a su mente, recuerdos que creía haber perdido, ese joven frente a ella era su hijo...su amado niño estaba frente a ella, mirándola con curiosidad y con la sonrisa amable que siempre tenía...sus mejillas se mancharon de sangre nuevamente, lágrimas de felicidad al ver a su hijo nuevamente.

coraline 2: el misterio de la otra madreWhere stories live. Discover now