Un comienzo peligroso

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Hola, mi nombre es Mara Curvas. Puede que ya hubieseis escuchado algo sobre mi en algún otro momento de vuestra vida. Puede que también ya hubierais oido la historia de lo que sucedió entre Berry y yo, pero os lo contaré de todas formas porque es el motivo de que ahora mismo me encuentre mirando por la ventana en el coche de mis padres de camino a saber donde.

Era un domingo por la tarde cuando había quedado con Demilio, mi novio. Se presentó a eso de las seis y veintiocho en el lugar de encuentro, con su melena recogida con un coletero, su barbita de tres semanas sin afeitar y sin dientes con aspecto de no haberles rozado en su vida un cepillo ni pasta sabor menta. Apestaba a coliflor cocida y queso azul, me encantaba. Ese muchacho con pinta de no haberse dado una ducha desde navidades del 2004 provocaba que mi ropa interior se llenase de una viscosidad tan impresionante que podría arrastrar mi coño tan rápido hasta Gran Vía que no seria necesario pagar Vitrasa. Da igual que me detengan por exceso de velocidad, mi corazón late mas rápido que un Formula 1 y además ya estoy presa de su amor... o eso es lo que creía. Catalina Berry, una compañera de mi clase apareció delante nuestra, junto con Bero-Onika, la japonesa de intercambio que se residía cerca suya. Cuando mi mirada se cruzo con la de Berry me quede sorprendida. Mi corazón se paro de pronto y dio un vuelco y tres vueltas al ver los preciosos ojos de Berry: sus párpados estaban sorprendentemente rojo, tanto que no sabría decir si era maquillaje o a causa de la frotación de las toallitas desmaquillantes que utiliza cada tres minutos. Era como si en cualquier momento se le fueran a caer.

Demilio se fijo como la miraba y mostró una expresión de preocupación. El chico con aspecto de agresor sexual me pidió que le diera explicaciones ¡No me lo podia creer! El hombre de mi vida dudaba realmente si estaba con el por amor o porque realmente necesitaba estar junto a alguien terriblemente feo para que la gente me viera mil veces mas guapa por la calle de lo que realmente soy.

Me fui corriendo para casa, llorando, dejándome caer al suelo unas cuantas veces para crear dramatismo y fuerza, busque motivos para culpar a la gente del camino de mi estado de animo y llore dos veces mas hasta llegar a casa. Me limpié la cara con las bragas mojadas para ahorrar agua y salvar al planeta y a las vaquitas VR. Cojo mi nokia del 64' y entro en instagram para contar todo lo que me había pasado volviendo mas dramático el relato a partir de mentiras y sucesos surrealistas totalmente inventados, cuando de repente me llega un mensaje.

"BERRY: Hola, hoy estabas muy guapa. ¿Quieres quedar algún día?"

¡Oh, Dios mío! No me lo podía de creer. Realmente estaba pasando. Respondí "sí" inmediatamente, pero no sin a tes enviarle una foto de una chica totalmente común que no ha hecho nada de malo llamándola gordófoba anoréxica de mierda. Elle me contesto tres días después. Es la primera persona en mi vida que me ha respondido tan rápido, incluso mi madre suele tardar una semana en darme una respuesta.

Quedamos en el sótano de mi casa. Mi madre me había pedido que le trajese una botella de agua y cuando volví enseguida me dijo que la Berry estaba esperándome en el sótano. Baje corriendo y dando saltos de alegría provocando que los cimientos de la casa se sacudieran violentamente amenazando con derrumbarse encima de todos nosotros. Salude a Berry, pero ella no parecía traer buenas noticias.

"Curvas, tengo algo que decirte"

"¿Qué es, Berry?"

"Verás... yo estoy... enamorada de..."

"¡¿Queeeeeé?!"

Enseguida le arreé una hostia que la tire al suelo. Agarre una de las botellas de vino de mi padre que había en el sótano y le abrí la cabeza. No me podía creer que esa zorra de la que me había enamorado quisiera robar a mi novio con pinta de traficante de pornografía infantil. El mundo se me vino encima y me eche a llorar. Mi madre bajo gritando: "¿Por qué haceis tanto ruido lesbianas de mierda?" Cuando vio la escena se quedo petrificada. Fui corriendo a tejado de mi casa a coger a mi gallinita Gema y me metí en el coche. Enseguida apareció mi madre y arrancó.





CONTINUARÁ

Atención: Curva peligrosa.Where stories live. Discover now