|8- Las mujeres extrañas|

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El sol brillaba con un poco mas de fuerza pero no quemaba ni tampoco incomodaba. Ellos continuaban sentados en el mismo sitio, mostrandose atentos a cualquier movimiento ajeno a ellos.

-¿Estas bien?- pregunto Andrew irrumpiendo el silencio que se había formado; observo a Mikayla cerrar los ojos con fuerza, ese simple acto hizo que se preocupara y la tomo de las mejillas obligandola a mirarlo.

-Tengo sed - le murmuró Mikayla remojando sus labios resecos.

Andrew bufo un poco frustrado. Sabia que no había un lugar donde buscar agua o encontrar algo que pudiera beber. Le preocupaba bastante saber que la falta de agua seria un problema con el cual tendría que lidiar hasta que salieran de ese lugar -lo cual llevaría horas o días, en el peor de los casos semanas-.

-¿Qué le sucede a ella?- pregunto Melissa viendo a Mikayla sostenerse el vientre y balancearse hacia un lado con lentitud.

-Esta mareada, necesitamos agua -dijo sujetando el cuerpo de Mikayla que parecía que iba a perder el conocimiento en cualquier instante -¿Amor?- la llamo oyéndose preocupado, eso alertó a Seth quien solamente guardaba silencio.

-Hay que encontrar agua -dijo Melissa volteandose a los escombros del auto.

Victoria, quien se encontraba ajena a todo, se movió cojeando al auto y con la ayuda de Melissa buscaron una botella de jugo que llevaban la noche anterior cuando escapaban de la policía...

-¡Mierda!- exclamo Victoria llevándose las manos a la cabeza. Melissa la miro sin entender su reacción- El dinero quedo en el motel -le dijo frustrada.

-Eso es lo de menos -respondió la castaña con indiferencia -Lo que importa ahora es buscar el jugo para dárselo a ella -señaló a Mikayla que se mantenía inconsciente en los brazos de Andrew.

Seth se había acercado a ellos y miraba con preocupación a la joven. Estaba dispuesto a ir al motel a buscar agua cuando oyeron voces.

Si, voces.

Voces de mujeres que parecían repetir algo al unismo.

Venga a nosotras tu presencia
Venga a nosotras tu fuerza
Venga a nosotras tu sabiduria
Venga a nosotras tu templanza
Venga a nosotras tu sororidad
Venga a nosotras tu tenacidad
Venga a nosotras tu honestidad

Ante sus ojos, sobre la carretera se apareció lo que muchos podrían catalogar como una "procesión", seis mujeres con vestido de color negro caminaban con algo entre las manos. Las seis iban en fila y caminaban al mismo compás. Parecía que llevaban algo entre las manos y no se daban cuenta que frente al motel había un auto estacionado y a pocos metros un auto chocado, ni mucho menos que había un grupo de personas viendolas fijamente.

Las mujeres seguían caminando ignorando cualquier distracción y repetian las mismas oraciones una y otra vez.

-¡Oigan!- gritó Victoria haciendo señas para llamar su atención . Las seis mujeres se detuvieron abruptamente quedando como estatuas frente a la rubia -¡Necesitamos ayuda! - dijo haciendo señas para que se acercaran.

El resto del grupo no daba crédito a la intrepidez de Victoria, bueno, solo Melissa sabia lo que ella era capaz de hacer en situaciones como esas.

-¿Quien eres? -pregunto una de las mujeres, la que iba al frente para ser específicos. Tenia el cabello color plata con mechones cobrizos. Era joven, no tenia mas de unos veinticinco años.

-Soy Victoria -dijo haciendo una seña con la mano para que no le tomaran mucha importancia -Verán, mi novia y yo acabamos de tener un accidente hace como una hora. Nos acompañaban ellos tres y... una cosa se nos abalanzo y quizá quiso matarnos, no se muy bien que era si les soy sincera pero ahora la mujer que esta ahí- señaló a Mikayla en brazos de Andrew -Esta embarazada y necesita atención medica lo más pronto posible, se ha desmayado no tenemos nada con nosotros, ni celulares, ni dinero, ni siquiera agua -dijo con rapidez, tanta que la lengua se le trababa al pronunciar ciertas palabras. La misma mujer de cabello plata le hizo una seña a Victoria para que parara.

Sin salidaWhere stories live. Discover now