Capítulo 6: Eres la primera.

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Mientras Elliot rodó sobre su espalda, Emma se colocó obedientemente a horcajadas entre sus caderas y con cuidado se sentó sobre su pene. Contuvo el aliento cuando llenó su vagina por completo una vez más, saboreando la sensación de tenerlo en su interior. Él seguramente quiso cambiar de posición porque se encontraba tan cerca de correrse como ella.

Inclinándose hacia delante, puso sus manos en su torso y lentamente comenzó a montarlo, subiendo y bajando. El movimiento condujo a su eje profundamente dentro de ella con cada embiste y gimió de placer. Había planeado ir lento y suave, provocándolo como lo había hecho con ella, pero él la agarró del culo con ambas manos, haciendo que se moviera más rápido. Dios, era tan excitante cuando un hombre se hacía cargo de ese modo durante el sexo.

Recordando de forma abrupta la cámara, lanzó una mirada hacia el monitor y observó con asombro cuán increíblemente caliente lucían los dos juntos. La cámara los había capturado justo cuando ella iba a tomarlo en su interior de nuevo, con su pene a punto de sumergirse en su vagina y sus fuertes manos afirmando sus nalgas.

Se volvió hacia Elliot para ver que éste tenía una sonrisa tirando de su boca. -Caliente, ¿ah?

Sus labios se curvaron en una sonrisa. -Muy caliente.

Reclinándose hacia delante, deslizó las manos por su cabello y lo besó. Él gimió en contra de su boca y apretó el agarre de su culo, moviéndola arriba y abajo mientras bombeaba sus caderas. El movimiento acompasado envió a su eje más y más profundo con cada embiste. Con él haciéndose cargo del ritmo, todo lo que ella tuvo que hacer fue entregarse al placer y disfrutar del viaje.

-Más rápido,- exigió Emma en contra de su boca. -¡Fóllame más rápido!

:lliot obedeció, empujando dentro de ella con tanta fuerza que seguramente habría brincado fuera de él si no la hubiera tenido bien afirmada. Su vagina se contrajo alrededor de su pene, indicando el inminente orgasmo, y arrastró su boca lejos de Elliot.

-Oh sí, justo así,- lo instó. -No te detengas. ¡Por favor, no te detengas!

-No lo haré,- le prometió, con su profunda y ronca voz en el oído mientras bombeaba de su interior. -Córrete para mí, nena. Córrete para mí.

Esas palabras fue todo lo que se necesitó para enviar a Emma sobre el borde. Aferrándose a sus hombros, ella dejó salir un grito de éxtasis lo suficientemente fuerte como para que toda la ciudad lo escuchara. Elliot hizo un sonido propio, gimiendo profundamente por su garganta mientras alcanzaba su propio clímax.

Cuando su orgasmo finalmente cedió, Emma se deslizó fuera de él y colapsó sobre su pecho, jadeando en busca de aire. -Eso fue asombroso.

Él pasó su brazo por sobre su cintura, abrazándola. -Sí, lo fue.

Ellos yacieron ahí en silencio por un momento, los latidos de Elliot sincronizados con los de ella mientras sus respiraciones se normalizaban. A lo lejos, Emma pudo oír los clicks que emitía la cámara. Sonrió ante el pensamiento de las fotos triple X, pero frunció el ceño cuando se preguntó si era algo de lo que Elliot hacía un hábito. Mientras no estaba segura de querer saber la respuesta, no pudo contener su curiosidad.

Alzó la cabeza de su hombro considerándolo con cuidado. -Así que, ¿te acuestas con todas las mujeres a las que fotografías?

-Eres la primera.

¿Qué más había esperado que dijera? Aún así, las palabras la complacieron y sonrió. -Buena respuesta.

Él levantó la mano para acariciar su cabello y alejarlo de su rostro. -Sólo estoy siendo honesto. Nunca he querido hacer algo como eso con ninguna otra mujer a la que he fotografiado.

Había una sinceridad en sus ojos oscuros que hizo que Emma le creyera y volvió a acurrucarse sobre él. No pudo evitar sentirse mareada. Eso hacía que lo que acababan de compartir fuera incluso más especial.

Mientras yacía con la cabeza sobre su torso, disfrutando la calidez de ese pensamiento, Emma miró hacia abajo y se percató que Elliot se había quitado el condón. ¿Cuándo diablos lo había hecho? Mientras pensaba en ello, también notó que su pene comenzaba a endurecerse otra vez. Sonriendo, pasó los dedos a lo largo de la base de su eje hasta la punta.

-Parece que alguien está listo para la segunda ronda.

Él rió entre dientes. -Siempre.

Ella se inclinó para darle un beso en la boca. -Mmm, me gusta eso en un hombre.

Afirmándose sobre sus rodillas, Emma trazó besos a lo largo de la línea de su mandíbula y bajó hasta su cuello. Luego descendió, explorando los esculpidos contornos de su torso y abdominales con sus labios y lengua, hasta que llegó a su pene. Ella iba a tomarlo tan duro como nunca lo había sido en su vida. Envolviendo una mano alrededor de la base, rodó la lengua sobre la cabeza para lamer el reluciente líquido preseminal de la punta. Era dulce y almizclado, y Emma dejó salir un pequeño gemido de apreciación cuando el sabor llenó su boca.

Levantó la otra mano y ahuecó las bolas en su palma. A pesar de haberse corrido hacía sólo un momento, se hallaban pesadas por la excitación y gentilmente las masajeó mientras pasaba la lengua arriba y abajo de la longitud de su eje. Recordando cómo la provocó cuando él le dio sexo oral, decidió que dar vuelta un poco la situación sería lo justo. Así que, en vez de tomarlo en su boca de inmediato, ella cerró los labios alrededor de la cabeza y succionó gentilmente.

Elliot inhaló profundamente en lo que ella estaba segura que era anticipación, pero sólo continuó rodando su lengua una y otra vez en la punta hasta que él dejó salir un gruñido de frustración. Decidiendo que ya lo había torturado bastante, cerró sus labios sobre su pene y lo tomó por completo dentro de su boca.

Por sobre ella, Elliot gruñó otra vez, aunque ahora con obvia aprobación, y Emma casi sonrió cuando lentamente movió su boca arriba y abajo de su longitud.

-Maldita sea, eres buena en eso,- dijo, con voz ronca por el deseo.

Esta vez, Emma sí sonrió mientras trazó un camino por su pene con su lengua. Cuando ella llegó hasta la punta, arremolinó su lengua sobre la cabeza antes de tomarlo hondamente con su boca de nuevo. Luego se lo llevó más profundo y succionó.

Elliot contuvo el aliento y deslizó una mano por su cabello, levantándole la cabeza. -Si continúas así, voy a correrme en esa linda boquita tuya. Y a pesar de que eso no sería malo, justo ahora, necesito estar dentro de ti otra vez.

Si bien la idea de hacer que se corriera en su boca hizo que Emma se estremeciera con anticipación, decidió que lo quería dentro de su vagina tanto como él quería estar ahí.

La acercó y besó fuerte y duro en la boca. -Ponte de manos y rodillas frente a la cámara.

Emma hizo lo que le pidió, con su vagina contrayéndose. Amaba cuando un hombre la tomaba por detrás. Y no tenía ninguna duda de que iban a lucir espectaculares en esas fotografías.

Mientras Elliot hurgaba en el bolsillo de sus vaqueros buscando otro condón, ella lanzó una mirada al monitor y vio que la cámara había capturado su beso. Maldita sea, lucían ardientes juntos.

Detrás de ella, Elliot la agarró por las caderas y Emma quedó sin aliento cuando lo sintió jugar en la entrada de su vagina con la cabeza de su pene. La urgencia de tenerlo en su interior era imposible de resistir. Cuando comenzó a penetrarla, ella intentó empujar hacia atrás, pero él la mantuvo en su lugar y se introdujo en su vagina centímetro a glorioso centímetro. Una vez que finalmente se hallaba tan profundo como podía, se mantuvo allí, llenándola completamente.

Elliot se sentía tan perfecto en su interior que Emma pensó que realmente se podría correr por el extremo placer de su unión.

Pero entonces él hizo algo que llevó ese placer a otro nivel. Se sentó sobre sus talones, instándola a que se sentara en su regazo. Esa posición empujó su pene más profundo y ella se quedó sin aliento cuando se inclinó en contra de su torso.

-¿Eso se siente bien?- preguntó, con su boca rozando su oído mientras ahuecaba sus pechos.

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