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Era lunes, la hora marcaba las 10:00 a.m y el clima parecía querer traer nostalgia a las memorias de las personas... Pero esa clase de recuerdos que más que lamentar, amaban.

El padre tuvo que detenerse al ver como Peter estaba arrodillado sobre la tierra al lado de Harley.

El niño estaba ayudándole a sembrar las rosas blancas que la señora Keener había llevado la tarde del día anterior.

- No entiendo por qué mamá no quiere que hable contigo. - Dijo la suave voz del niño, a lo que Peter sonrió.

- Los adultos no siempre entienden todo Harley, creen que ser diferente es malo...

- Que lo nuevo siempre debe ser temido - Completa Harley causando que el otro muchacho lo mirara y sonriera.

- Tu sabes de lo que hablo - Respondió Peter - Debes prometerme que no serás así, que primero escucharás; observarás y luego tomarás una decisión o la opinión que quieras.

- Te lo prometo Peter.

Ambos se sonrieron y siguieron plantando. Tony se preguntó por qué un chico como Peter podía ser utilizado y desechado por una noche. Era casi estúpido pensar en ello, Peter tenía inocencia a pesar de sus cicatrices.

-¿Por qué mi papá dice que te conoce Peter? - Preguntó Harley y Peter borró su sonrisa.

- Bueno... Yo... Nosotros...

- ¡Harley! - Habló Tony mirándolos, atrayendo la atención del niño. -La pequeña Karen te busca junto a tu madre, ya puedes retirarte.

✝️✝️✝️

- Gracias padre.

El suave susurro hizo que Tony detuviera la escoba en su mano para girarse a ver el adolescente que seguía recogiendo las hojas caídas.

-¿Por qué agradeces Peter?- El padre volvió a su tarea antes de escuchar un suave suspiro.

-Porque no creo correcto haberle dicho a Harley que su padre estuvo conmigo hace dos noches.

El pecho de Tony se retorció, claramente molesto; claramente impotente. ¿Por qué le hacían aquello? ¿Por qué Peter se aventuraba a cometer ese horrible pecado?.

-Peter... ¿Por qué haces ésto?- murmuró Tony, ambos terminando sus deberes al mismo tiempo.

- Tengo mis motivos padres... Y me gusta.

- Eso no me lo demostraste la primera vez, quiero decir, cuando viniste a confesarte. -
Peter hizo un nudo con la correa de la bolsa antes de verlo, el maquillaje cubriendo algunos moretones de los golpes recibidos por su cliente la noche anterior.

- Toda buena acción lleva su sacrificio, ¿No es así padre? -

Tony sabía ver cuando alguien tenía dolor en su alma... Y el que Peter tenía era tan profundo, tan desgarrador que era el motivo por el cuál aquel niño estaba de pie.

- Vamos Peter.

-¿A dónde?

- Es hora de tus clases de escritura.

Una suave sonrisa se dibujó en  aquellos labios rosas antes de seguir al joven cura. Entraron en la casa y ambos caminaron hasta llegar a una pequeña sala.

Peter se sentó frente a un cuaderno pulcro junto a un bolígrafo azul. Tony caminó por detrás de él hasta buscar una plancha de color con las letras del abecedario para tomarlo y colocarlo frente a Peter.

- Aquí, copia éstas letras en tu cuaderno.

-¿será mío?

- Si, tuyo- Respondió Tony, algo en el brillo de los ojos de Peter le hizo sentir en su garganta un nudo - Ahora copia, iré a la cocina.

Peter asintió, Tony sonrió y salió de ahí.

El joven padre se cubrió la boca con una mano y caminó a la cocina para colocar agua en una tetera.

Ese niño... Se sentía tan inocente y roto a la vez, tan manchado y limpio, tan pulcro y estigmatizado.

La existencia de Peter allí era pura contradicción. Pero por alguna razón, el pecho de Tony se exprimió segundos atrás, como si Peter nunca hubiera tenido nada a lo que llamar suyo...

✝️✝️✝️

- T... Tony... - Peter se ruborizó al mencionar aquel nombre.

El nombrado lo observó y Peter agachó la mirada. Su rostro se sentía caliente y tembló suavemente al escuchar los pasos del padre.

-¿Qué sucede Peter? -

- No me... Es difícil...- Peter señaló la "H" mayúscula con su bolígrafo antes que a su hoja y Tony sonrió.

El joven padre se acomodó detrás del chico, sus manos tomando las de Peter para ayudarlo con la letra antes de que el muchacho cerrara sus ojos al sentir el calor casi inocente del padre.

Ninguno de los dos se retiró, aún cuando tenía ya la letra escrita.
Ninguno tenía la valentía para romper aquel tacto.

-¿Padre, cuáles son sus pecados?-Murmuró Peter y los labios de Tony articularon palabras sin siquiera pensarlo.

- Robo, violación y asesinato. -

-¿Y Dios lo perdonó? -

- Dios lo perdona todo cuando el corazón de su hijo está dispuesto a cambiar.

- Yo quiero cambiar padre, quiero cambiar.

-¿Por qué no sales de esa vida?

- Mamá... - Murmuró Peter y simplemente calló.

Ambas bocas se mantuvieron cerradas pero sus cuerpos se mantuvieron juntos, el calor de Tony confortaba a Peter, el cual mantenía los ojos cerrados.

El ambiente casi pecaminoso jugando al borde de lo inocente se instaló en aquella pequeña sala de estar, Tony bajó su mirada para ver ambas manos juntas.

No debía haber contado sus pecados pero el secreto se escapó de sus labios como si fuera lo más natural, lo más normal y común del mundo.

El sol los abordó de costado, proyectando su sombra en el suelo.

-¿Padre Anthony?

La voz del joven entre sus brazos hizo que el nombrado girara su rostro. Ambos se encontraron, los ojos de Tony miraron su reflejo en los cafés del contrario.

Y sucedió...

Sus bocas se unieron, danzando una y otra vez, la punta de la lengua traviesa de Tony tocó suavemente el labio inferior de Peter, el cuál dejó escapar un suave suspiro.
Ambos rostros giraron en contrario, para profundizar aquel beso y sus respiraciones chocaron antes de separarse.

Peter bajó la mirada y Tony se quedó mirándolo.

"Dios perdóname, Dios perdóname."






✞JUDAS✞ STARKERWhere stories live. Discover now