twenty.

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Caminar por el instituto mientras todos te miran.

La peor sensación del mundo. Es el precio que tiene la popularidad, no todo es de color rosa (a parte de mi pelo, el cual volví a tintar de nuevo). Todos miraban atentos mis pasos, y se murmuraban cosas al oído mientras me observaban atentamente. Algunos con los ojos bien abiertos sorprendidos u otros tan solo exclamando victoria al ver a la gran Stevens en una situación así.

Mi cara parecía un cuadro de Picasso, literalmente. Llevaba más maquillaje que nunca, sobre todo en la zona de mi párpado (el cual me costó bastante poner rímel y la raya de ojos negra).

Tom estaba en frente mío a unos metros de mí, hablando con un chico bastante más bajo que él. Cuando se dio cuenta de que yo estaba ahí, dejó a mitad su conversación y sonriente caminó hasta mí.

—Bonitas gafas de sol, ¿son nuevas? —preguntó después de darme un beso en los labios. Le sonreí de vuelta y negué.

—No, las tenía desde el año pasado. ¿Recuerdas la fiesta de cumpleaños en la playa que dimos a Ryan? —pregunté. Se rascó la nuca pensativo y a los segundos afirmó—. Pues las compré ahí, en un mercadillo.

—No recuerdo haberlas visto.

***

—Usted, Mark —señaló la profesora al típico chico hablador de la clase—, ¿de qué se estaba riendo?

El chico se tapó la boca con su mano para intentar cesar su risa. Sin embargo esta no paraba y la profesora comenzaba a cambiar de color.

—No es nada —respondió.

—Oh, sí. Por algo usted se está riendo. No creo que sea tan idiota como para reírse de la nada, ¿o sí? —la profesora usó su sarcasmo más doloroso, causando que todos los demás empezáramos a murmurar a favor de ella. Él negó de nuevo—. Entonces, no tendrá ningún problema en decir de qué se reía...

Mi móvil vibró sobre mis pantalones.

Justin Timberbieber:

Me gustaría quitarte la camisa que llevas puesta.

El azul celeste te queda tan bien.

Tu pelo resalta más que nunca, y mira que eres difícil.

Y tu piel morena brilla sobre la tela de tu camisa.

Yo:

Justin, mierda, estoy en Física y Química.

¡No me digas estas cosas sabiendo que estoy en clase!

Justin Timberbieber:

Tú y yo tenemos física. No sé que problema hay, estás aprendiendo conmigo.

Y aprenderías más si dejaras a Tom.

Te gustaría saber lo que podría llegar a hacerte si te quieto la camisa.

Yo:

Bebé, te voy a dejar de hablar ahora mismo. La profesora Stone me está empezando a mirar mal.

Mierda, Justin.

Si no quieres que me hechen de clase, deja decir todo eso.

Justin Timberbieber:

¿Sabes?

Al ser más alto que tú, cuando hablamos antes (sí, estuvimos hablando) pude ver perfectamente tu escote.

Cariño, el sujetador negro te queda horriblemente genial.

Yo:

¡JUSTIN TIMBERBIEBER!

¿ME HAS MIRADO LOS PECHOS?

Justin Timberbieber:

Yo he dicho escote.

¿No que te ibas?

Yo:

Me exasperas, Justin.

Justin Timberbieber:

Corrección: te quiero, Justin.

Yo:

No, lo puse bien.

Te odio.

Justin Timberbieber:

Te amo.

Yo:

Te sigo odiando.

Justin Timberbieber:

Te sigo amando.

Yo:

Te odio mucho.

Justin Timberbieber:

Te amo mucho.

Yo:

Te odiiiiiiooooooo.

Justin Timberbieber:

Me quieres.

Yo:

Te quiero.

Mucho.

Adiós socorro, la profesora viene hacia mi.

***

—¿Te enteraste de lo último, tía? —preguntó Ashley sentándose en la mesa del comedor. Ni siquiera sé como puede llamar comida a lo que hay en su bandeja —. Y deja de mirar con mala cara mi comida.

—Eso no es comida, asesina asquerosa.

—¡Pero si solo es una hamburguesa! —se excusó.

—Pero es una hamburguesa de una pobre vaca que antes estaba mugiendo feliz con su pareja. Y ahora vas tú, y te la comes —dije lo más dramática posible, enjuagándome lágrimas invisibles.

Ella rió.

—¿Y si la vaca que me voy a comer era infeliz por que su pareja le dejó por la amiga, la vaca?

—Joder, tia. Me he perdido a partir de... —pensé—. No lo sé, solo sé que me he perdido.

—¿Te quieres callar? ¡Ya no sé ni que te iba a decir!

—Pero si no he dicho nada. Has empezado tú a montarte una telenovela con las pobres vacas —dije mordiendo un trozo de tomate que había en mi ensalada.

Desde que nací soy vegetariana. Y Ashley sabe que odio ver como ella come carne, ugh.

Mi móvil comenzó a vibrar de nuevo.

—¿Quién te envía mensajes ahora, uf? Si estás en el colegio. Y Tom no es, he oído que ha pegado a uno de un curso mayor. Y está castigado y expulsado durante un mes del instituto. Lo vio todo el director Frederick. Enserio, ¿que le ves a ese imbécil?

—Ya ni lo sé Ashlove. Creo que me está empezando a gustar un chico, pero no sé...

Justin Timberbieber:

Si seguís chillando Ashley y tú de esa forma, todos sabrán de lo que habláis.

Posdata: tú a mí sí me gustas, pelirosa.

Me giré sobre mi silla y comencé a mirar por todos los sitios si había algún chico rubio con un móvil en sus manos.

Mierda.

Casi todo el instituto estaba sentado en el comedor en grupos y la mayoría tenían los móviles sobre sus manos. ¿¡Acaso no podían dejar el trasto ese y hablar con la persona que tenían delante!?

Jamás encontraré a Justin.

Volvió a sonar.

Justin Timberbieber:

Deja de buscarme, cariño.

Yo:

No te estaba buscando.

Whatsapp (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora