19 | Ayuda

113K 9.7K 550
                                    


Capitulo diecinueve | Ayuda.


—Eso es imposible—resople escuchando exactamente lo mismo por tercera vez—. Mi hijo no sería capaz de hacer tal cosa—negó—. No es así, a quien describes no es mi hijo.


Guarde silencio, hubiera descrito nuevamente a Dalton, contando detalles de su casa, de sus empleados, de la zona, podría haber dicho muchas cosas, pero ya lo había hecho. Myriam estaba en la etapa de aceptar que su hijo era un loco.


La deje murmurar y aceptar lo que le dije, mientras me recostaba en la cómoda silla aconchada, empecé a acariciar mi abdomen, creo que había crecido mucho de repente, o verdaderamente no preste atención. Pero ya estaba muy abultado, en dos días entraría al segundo trimestre de embarazo y eso ya me estaba pasando factura.


—Yo, de verdad no sabía absolutamente nada—su rostro estaba lleno de con función—. El llamaba siempre y nunca note algo extraño. Lo último que me esperaría es esto—me señalo—. Sé que una disculpa no hará nada, pero de verdad lamento mucho que hayas pasado por esto, y más en tu estado—cruzo sus brazos sobre su escritorio—. Hablare con mi hijo, seguramente todo esto es tema de nervios—la risa nerviosa que soltó, me hizo pensar que la nerviosa era ella—. Me encargare de que te deje tranquila, pero...


—No, no—negué cortándola—. Yo no vine aquí para que usted hablara con su hijito—suspire—. Miré señora, él ya está lo bastante grandecito, y la verdad después de convivir con él un largo tiempo, se perfectamente que no le hará caso—dije—. Mi intención en venir aquí, fue que usted me de asilo hasta que mi bebe nazca, como vera—me señale—. Estoy cansada, grande y con muy pocas posibilidades de triunfar si sigo huyendo.


—Y Dalton...


—El me seguirá buscando—me encogí de hombros—. La verdad me tiene sin cuidado lo que haga. Mientras no sepa que estoy aquí—la mire fijo—. Si él se entera, vendrá, armará un escándalo y volveré a su casa. Ahí estaré tranquila un tiempo, hasta que vuelva a escapar y créame, no volveré aquí—sonreí—. Así que usted, podría ser una buena futura abuela y ayudarme—creo que mi sonrisa no podía ser más falsa.


—Entiendo que debes estar mal, pero él es mi hijo—no me gusto la forma en que lo dijo.


—Y estamos hablando del futuro de mi bebe—fruncí mi ceño—. Así que no me venga con eso.


* * *


—Mayormente estoy fuera de casa, pero siempre vuelvo. Por motivos de trabajo y familiar, nunca me quedo en mi casa—guarde silencio mientras la escuchaba y la seguía por los pasillos de la casa—. Esta es el ala privada de la casa, solo están las habitaciones familiares—revelo—. No solemos alojar visitas cerca—expuso—. Pero me gustaría, tenerte cerca, no es por...


—Sé que no confía en mi—la corte—. Así que no debe explicarse, entiendo.


Asintió en silencio antes de señalar una de las puertas.


—La del final del pasillo en la mía, las demás pertenecieron a mis hijos. La única vacía es la de Dalton, él se fue muy joven y creo que será perfecta para ti—abrió la puerta entrando—. Vivo con uno de mis hijos, Isaiah, es uno de los menores. Ahora está en casa de su padre, pero tengo entendido que vendrá pronto.


—Creí que en total eran cuatro hijos—indagué mientras miraba la habitación, no parecía pertenecer a alguien, es mas no había artículos personales de nadie.


—Isaac vive con mi esposo—camino hacia una de las ventanas y la abrió—. Aunque a veces suele venir. Y Demian, él está de viaje.


Hice un sonido para afirmar que había escuchado, aunque mis pensamientos empezaron a variar sobre él porque su hijo Demian se había fugado.


—La verdad no sé qué hare contigo—me senté sobre la cama y la miré—. Por ahora solo serás una invitada en mi casa, por si preguntan trabajas para la nueva propiedad que quiero adquirir—me encogí de hombros, me daba igual—. No sé si cambio en algo el estado de embarazo, pero hare que hagan de comer algo que te satisfaga, por lo visto no traes mucho y menos para él bebe—sonreí sin emoción, si supiera todos los millones que he gastado en cosas de bebe—. Me asegurare de proveerte lo necesario.


—¿Me tengo que quedar aquí dentro? —pregunte mirando lo espaciosa de la habitación.


—No—vacilo—. Puedes recorrer la casa si quieres, pero no salgas afuera—indico—. Esta es una reserva protegida, solo pueden entrar quienes están autorizados—asentí.


Me quede quieta cuando sus profundos ojos celestes me registraron por completo, era algo incómodo. Note que se centró mucho más en mi vientre, pero no hice comentario alguno, no es como si fuera algo normal que aparezca una mujer diciendo que carga a tu futuro nieto y le creas, es más, me sorprendió que me creyera.



Suspire profundamente cuando salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella. Me recosté en la cama cerrando mis ojos. Mi vida era verdaderamente un caos y estaba completamente sola.


La soledad siempre estuvo conmigo, no puedo evitarlo. Así que mis sentimientos hacia este bebe tal vez van más allá de lo que debería, tal vez no era la mejor persona para tenerlo, porque solo lo traería a un mundo que no merece a un ser inocente, porque nada dura.


Mi fracaso era inminente, pero no importaba, mientras más lo retrase, nada importa. Quería estar así, en paz, sabiendo que habría otro día junto a mi bebe.


Era idiota. Podía haber hecho tantas cosas diferentes, pero ¿qué diferencia hubiera hecho? Al final nada perdura y siempre seria encontrada por él.


Dalton Price.


El padre de mi bebe.


No creo que el fuera una persona mal intencionada, tal vez fueron las circunstancias tan peculiares lo que llevaron a todo esto. Si, era mejor creer eso, a recordar de por vida, que el padre de mi hijo no tiene corazón.


Era mejor engañarse a sí mismo, todos los saben, la naturaleza nos hizo así.


¿Y porque no hacerlo? ¿Por qué debería dudar de mis propios pensamientos? Él no es así, tal vez solo este asustado, pero ahora yo soy la asustada.


No es justo, no es justo pasar por esto. No debería ser así, nada debería.


—Pero no importa—el leve susurro fue acompañado por mis manos sobre mi vientre—. Siempre seremos tú y yo contra todo. No importa cuánto deba aguantar y enfrentar, nunca te dejare. 

Tendremos un Bebe-LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora