8 | Duda

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Capítulo 8 | Duda


— ¿Samira? —cerré mi boca cuando escuche la voz y los pasos apresurados—. ¿Qué haces aquí? —ladee mi cabeza cuando Dalton entro a mi campo de visión.


­—Pues decidí venir a visitarte—soltó una risa falsa—. Como la tía comento que habías decidido quedarte solo en esta casa, pensé en hacerte compañía.


—Eso veo—ladeo su cabeza—. Aunque si mal no recuerdo cuando llamaste te dije que no vinieras.


—Si pero sabes que nunca te escucho—se encogió de hombros.


Sonreí escuchando la absurda respuesta.


—Bueno—miro las maletas que traía ella—. ¿Te quedaras una temporada?


—Claro cariño—sonrió—. ¿Cómo podría dejarte solo aquí? —me miro de reojo antes de mirarlo fijamente.


— ¿Ya se presentaron? —corrió la mirada de ella y me miro.


—No—sonreí—. La verdad que solo dijo su nombre.


—Ella es Samira Zery, es la sobrina de mi madre, mi prima—la señalo—. Samira, ella es Dulce Coleman, vive aquí—la miro y nadie dijo algo al respecto.


—Dulce—me miro y por instinto me enderece—. Que dulce—rio antes de apartar su mirada—. Subiré a dejar mis cosas—tomo la manija de la maleta.


—Samira—lo miro—. Tu habitación ya no existe.


— ¿No, existe? —murmuro por lo bajo.


—Bueno—la risa nerviosa que soltó me asombro—. Mande a remodelar la habitación continua a la tuya y como la vi demasiado pequeña, me decidí por derrumbar una pared y convertir tu habitación y esa en una sola.


— ¿Entonces, la que era mi habitación ahora es...


—El cuarto de Dulce—un silencio reino.


Me removí incomoda mirando la estúpida pared a mi lado que tenía una chimenea gigante en el medio, mi nuca era víctima de las dagas imaginarias que sentía que salían de los ojos de Samira.


— ¿Dónde podre quedarme? —la voz de Samira sonó muy profunda, enojada tal vez.


—Esta la habitación de Dayana, no vendrá esta temporada debido a que empezó la universidad.


—Bien—me gire a verla asentir—. No hay problema.


De mis labios quiso salir un pequeño comentario haciendo referencia a la vena que le estaba por estallar en la frente, pero al ver como su mueca de molestia solo fue dirigía a mí, cerré mi boca.

Tendremos un Bebe-LoboWhere stories live. Discover now