tea; levi

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¿Pueden dos personas que no se conocen de nada enamorarse con solo verse una vez?

Ella creía que no, pero desde que había visto al chico de cabello azabache, esa y otras preguntas no paraban de atormentarla. Era la primera vez que sentía algo como eso en toda su vida y no sabía de qué se trataba exactamente.

Todo se remontaba al día en el que ella había empezado a trabajar en aquel bar. Lo recordaba todo perfectamente,el té que él había pedido, las miradas que ambos se habían dirigido en repetidas ocasiones, las sonrisas, sus continuos gestos debidos al nerviosismo que la presencia de aquel hombre le provocaba.

Suspiró, solo lo había visto una vez y él no se había presentado nunca más en ese bar así que todas sus esperanzas de volver a verlo se habían desvaneciendo, como si de nieve bajo los rayos del sol se tratase.

Miró la hora, había quedado con una amiga suya en un parque cercano y ella no aparecía, era algo normal así que lo dejó pasar y esperó un poco más. Al final, Hanji llegó diez minutos tarde, se la notaba agitada, y un tanto emocionada, por lo que Lyra le preguntó qué era lo que le pasaba.

-Es solo que he hecho unos descubrimientos increíbles, ¿sabías qué, según parece, en el pasado existieron unos monstruos gigantescos que devoraban a las personas?-comentó emocionada- Se les llamaban titanes y había de distintas clases, incluso había algunos que en realidad eran personas que poseían la habilidad de transformarse en tales criaturas,¿no es increíble?

-Creo que debes de dejar de ver esos programas que echan por las noches, te hacen mal-dijo Lyra, sonriente.- ¿Qué será la próxima vez? ¿Conejos con espadas láseres que exterminarán nuestra raza dentro de cuarenta décadas? ¿Monstruos del tamaño de un elefante que ayudaron a los egipcios a construir las pirámides? Cada vez que ves un capítulo nuevo de alguno de esos programas vienes diciendo tonterías nuevas.

-Amargada, ya te pareces a alguien que conozco-soltó ella.

-¡Oye! ¡Yo no soy ninguna amargada!-protestó la de cabellos negros mientras inflaba sus mofletes, como si de una niña pequeña de tratara.

-Eso dices tú, pero en realidad sí lo eres. Además de que intentas parecer muy madura pero en realidad eres súper infantil.

Y así ambas siguieron discutiendo durante horas,si así se podía llamar a aquello, ya que en ciertas ocasiones paraban y conversaban como si nada para después volver a gritarse entre ellas.

Lyra se fijó en alguien que estaba sentado en un banco bastante lejos de ellas. Era él, el hombre que había conocido días antes. Dejó de discutir con Hanji y se dedicó a observarle, su amiga lo notó y sonrió.

-¿Quién iba a pensar que te gustarían los gnomos? Pensaba que te gustaban altos-soltó ella.

La morena se sobresaltó y acto seguido se sonrojó.

-¿Cómo? A mi no me gusta nadie, y lo sabes, solo es que él me suena de algo.

La castaña la cogió del brazo y la llevó a rastras hacia el azabache.

-¡Detente!-suplicó Lyra-Nos vas a dejar en ridículo.

Pero Hanji no le hizo caso y siguió su camino hacia aquel hombre que conocía de sobra.

-¡¡LEVI!!-vociferó a medida que se acercaba a su amigo.

-Tsk, ¿qué mierda quieres cuatro ojos?- soltó él una vez que ambas se acercaron al lugar en el que se encontraba.

-Espera, ¿os conocéis?- preguntó un tanto desconcertada la de ojos marrones.

-Claro-contestó la castaña- Levi y yo somos amigos de toda la vida,¿verdad, enano?

Él se limitó a chasquear la lengua y concentrar su vista en el libro que sostenía entre sus manos. Lyra observó la portada de aquel ejemplar y la reconoció de inmediato.

-Mira, parece que a alguien le gustan tus libros-soltó la chica de gafas al mismo tiempo que le propinaba suaves codazos a su compañera.

Ella se sonrojó al sentir la mirada interrogante del azabache sobre ella y le sonrió.

-Sí, bueno- dijo Lyra, no sabía exactamente qué decir y notaba que cada vez se sonrojaba más.

-¿Por qué no le cuentas en qué te inspiraste para escribirlo mientras yo me voy a comprar algunas cosas que necesito?

Hanji le guiñó un ojo a su amiga y, cuando se alejaba le gritó:

-¡Suerte!

La de cabellos negros maldijo por lo bajo y observó al hombre que se encontraba a su lado, que seguía leyendo el libro como si nada, se juró que cuando volviese a ver a Hanji la mataría.

Superando la vergüenza que sentía en aquel momento, Lyra se sentó junto con Levi y le preguntó qué le parecía su obra a lo que él le respondió que, de momento, no estaba mal. Ella suspiró, cuando publicó ese escrito pensó que muy poca gente lo iba a comprar o que no le gustaría a casi nadie, sin embargo, este había adquirido cierto éxito, y pensar que el género del que trataba ese ejemplar ni siquiera se asemejaba al que ella estaba acostumbrada a escribir.

Después de varios minutos, la chica se levantó para marcharse cuando la voz del azabache la detuvo:

-Espera, tengo que preguntarte algo.¿De qué conoces a la cuatro ojos?

-Te refieres a Hanji,¿verdad?

Levi asintió y la joven sonrió evocando el día en que ambas se conocieron y recordando todo lo que habían hecho juntas.

-Verás, Hanji y yo estudiamos juntas en el instituto, desde entonces nos llevamos muy bien. Fue ella la que me animó a publicar ese libro, claro que como a mí me daba mucha vergüenza que la gente lo leyera, me inventé un seudónimo para que nadie me reconociera-rememoró el día en que su gran compañera le insistió en que lo publicara y la discusión que se llevó a cabo en el apartamento que ambas compartían debido a que ella no quería hacerlo.

-Entonces no te podré llamar por este nombre.

-No, pero la próxima vez que vayas al bar en el que trabajo, puedes preguntar por una tal Lyra-le dijo mientras le guiñaba un ojo-así podremos hablar, siempre y cuando no haya más clientes.

SEMPITERNO; aotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora